Política

Podemos pierde casi 30 escaños pero aspira a formar gobierno con Sánchez

El partido morado se queda sin representación en cinco regiones y teme que el líder socialista se decante por un ejecutivo con Ciudadanos

  • Pablo Iglesias (Unidas Podemos), votando en Galapagar

Podemos pasa de tercera a cuarta fuerza en estas elecciones generales. Pierde casi la mitad de sus escaños, pero puede aspirar a entrar en el gobierno gracias a una mayoría con el PSOE y los independentistas. El PSOE, no obstante, puede elegir a Ciudadanos como futuro aliado, lo que relegaría al partido de Pablo Iglesias otra vez a la oposición.

"Nos hubiera gustado un resultado mejor, pero somos una fuerza política imprescindible para que haya un gobierno de izquierdas en España", ha afirmado esta noche Iglesias, y ha agregado: "Hemos quedados [con Sánchez] en reunirnos con brevedad y quien no entiende que España es plurinacional, es que sencillamente no entiende España". 

Hace tres años, la formación morada logró un total de cinco millones de votos y 71 escaños (hasta el 21,1% de los sufragios sumando las marcas regionales). Esta vez el partido de Iglesias se ha quedado en 42 escaños, con casi 3,5 millones de votos, sin contar sus aliados de En Marea y Compromís

Iglesias ha defendido su intención de hablar con Pedro Sánchez "con discreción" para avanzar en un posible Ejecutivo rojo-morado. "Ahora toca trabajar mucho, hay que hacer un programa de gobierno y cumpliremos con el mandato de trabajar para que haya en España un gobierno de izquierdas", ha afirmado el dirigente. 

El líder de Podemos ha agregado que "el peso parlamentario del bloque progresista supera el peso del trío de las derechas de Colón". Y ha evitado hablar de ministerios: "Hay que hablar de un programa de gobierno, les pido paciencia y discreción".

Sin representación en cinco regiones

Después de una intensa campaña electoral, Podemos esperaba recuperar parte de su electorado que se había decantado por el PSOE por el miedo a Vox. Las previsiones electorales planteaban un apoyo de entre el 12% y el 15% de votos para los morados, de manera que el resultado de esta noche dibuja un escenario agridulce para Iglesias: por un lado tiene opciones para entrar en un Ejecutivo de coalición a Sánchez y los independentistas, pero teme que el líder socialista prefiera pactar con Albert Rivera.

No obstante, Iglesias pierde el liderazgo de Barcelona, donde pasa de primera a tercera fuerza. En Madrid, pierde dos escaños, y en Andalucía se queda por detrás del PSOE, PP y Ciudadanos, con nueve escaños (un diputado menos que en 2016). También en la Comunidad Valenciana desciende a la cuarta posición. Escenario parecido en el País Vasco, con los socialistas que se adelantan a los morados.

Podemos solo aguanta en Baleares (dos escaños), Murcia (un diputado) y Canarias (tres escaños). En Aragón, Asturias, Navarra pierde un escaño, en Galicia tres y en Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura y La Rioja se queda sin representación.

Apoyo de los taxistas

Iglesias volvió a la primera línea política el 23 de marzo pasado, tan solo un mes antes de las elecciones. El partido estaba dividido y desmotivado y la gestión de la número dos, Irene Montero, cuestionada. Sin embargo, a la luz de los resultados electoral se puede afirmar que el secretario general ha salvado los muebles y hasta recuperado votos con respecto a las previsiones demoscópicas.

En las encuestas manejadas por la dirección de Podemos se empezó a apreciar el “efecto Iglesias” cuando el candidato apartó sus ataques a las “cloacas del Estado” y apostó por la moderación y el “voto útil” contra un Ejecutivo de Sánchez con Rivera. Esta es una de las claves del resultado de los morados, que permite a Iglesias alejar una rendición de cuentas interna.

Delante del Teatro Goya de Madrid, cuartel general de Podemos para la noche electoral, decenas de taxistas se han reunido para aplaudir al partido morado. “Si se puede” y “la derecha ha perdido”, han gritado para celebrar lo que han considerado una “victoria” de Podemos.

Cuatro veces candidato

Iglesias apeló a la movilización en los últimos días de campaña: “Que no se quede nadie sin votar. El voto a Unidas podemos vale doble: para frenar la derecha y que haya políticas progresistas”, dijo ante 3.500 militantes en el auditorio del Manzanares en Madrid el pasado viernes. A lo largo de los últimos días, el candidato cambió el registro de sus intervenciones y lo fío todo a los debates electorales del lunes (RTVE) y martes (Atresmedia). Sobre todo en el segundo debate salió ganador, lo que según fuentes de Podemos ha permitido dar en la recta final un vuelco a la situación.

El secretario general de Podemos concluye esta noche el cuarto ciclo electoral al frente de la formación morada. Fue el candidato en las europeas de 2014, y el cabeza de lista en las generales en 2015 y 2016. A diferencia de los últimos comicios, Iglesias se jugaba esta noche su supervivencia al mando del partido, después de la defección de Íñigo Errejón y los enfrentamientos internos.

"Nos hubiera gustado tener un resultado mejor. Creo que uno de los problemas fundamental de Podemos ha sido dar un imagen interna que no ha estado a al altura de nuestros militantes. Claro que nos hubiera gustado un resultado mejor, pero es suficiente para cumplir con nuestro objetivo", ha concluido Iglesias.

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