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España empieza a priorizar a los jóvenes ante la saturación de las UCIs y la alta mortalidad entre ancianos

El aumento del número de enfermos críticos en nuestro país está comenzando a obligar a los sanitarios a establecer protocolos de acceso a las UCIs en función de las posibilidades de supervivencia de los pacientes

  • Un paciente ingresa protegido con mascarilla en Urgencias del hospital de La Paz.

Este viernes, durante su rueda de prensa diaria, el director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón, confirmó lo que muchos ya temían: ya se están produciendo situaciones en los hospitales españoles en las que, ante la falta de camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI), los médicos están teniendo que elegir a qué pacientes salvan.

A datos de este viernes, 20 de marzo, el número de enfermos críticos por coronavirus en nuestro país ascendía a 1.141 personas, de las cuales la mayor parte se concentran en Madrid: 678 pacientes. España cuenta con unas 4.400 camas de UCI en todo el territorio, pero como es de esperar, o están repartidas igual que los contagiados. En Madrid, por el momento, se espera poder aumentar hasta en 1.500 el número de plazas en UCI. 

Ayer, el doctor Simón aseguró que aunque no se trataba de una situación generalizada en todo el territorio nacional, en algunas UCIs se han tenido que restringir de manera excepcional el acceso de los pacientes a las mismas, debido "a la sobrecarga y la presión asistencial".

Los médicos de las unidades de cuidados intensivos llevan días preparándose para cuando llegue el momento en el que la falta de capacidad en las UCIs les obligue a tomar este tipo de difíciles decisiones. Esta semana, la Sociedad Española de Medicina Intensiva Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) publicaba una guía ética para ayudar a los sanitarios durante ese proceso. La recomendación es clara: ante la duda, hay que priorizar al paciente que "tenga mayor esperanza de vida con calidad".

Los criterios de acceso cada vez son "más restrictivos" 

De esta forma se podrá decidir "no ingresar a personas en las que se prevé un beneficio mínimo (como situaciones de fracaso multiorgánico, riesgo de muerte calculado por escalas de gravedad elevado o condiciones de fragilidad avanzada...). También se tendrá que "valorar cuidadosamente el beneficio de ingreso de pacientes con expectativa de vida inferior a dos años". En ese sentido, apuntan que además de la gravedad de la enfermedad tienen que tenerse en cuenta factores como la edad de los pacientes.

Este tipo de protocolos no son nada nuevo, ya que las unidades de cuidados intensivos siempre han tenido criterios de restricción al acceso de pacientes para no verse sobrepasadas. No obstante, la crisis sanitaria que está causando el Covid-19 en nuestro país está obligando a los facultativos a prepararse para un aluvión de enfermos críticos. Según explicaba Simón, siempre los criterios de acceso a las 4.400 camas de UCIs que hay en España siempre han sido "más laxos que ahora", pero que con la crisis se han visto forzados a volverse más restrictivos.

"Admitir un ingreso puede implicar denegar otro a otra persona que puede beneficiarse más, de forma que hay que evitar el criterio primero en llegar, primero en ingresar", apunta el texto, atribuido al Grupo de Trabajo de Bioética de la Semicyuc, un trabajo que cuenta con el visto bueno de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Según explican, este 'proceso de selección' se conoce como sistema de triaje.

"Esta situación excepcional, en la que podemos vernos obligados a aplicar sistemas de triaje en situaciones de emergencia, obliga a que la asignación de recursos deba tener en cuenta priorizar el máximo beneficio de todos los pacientes", explica la guía ética. Según el documento, en situación de saturación o desbordamiento “es necesario priorizar la atención de los casos potencialmente más recuperables”.

Sanidad trabaja para establecer un protocolo nacional

El objetivo de establecer estas pautas éticas es intentar garantizar que ante una situación de falta de plazas, el acceso a las mismas sea el más justo posible. De la misma manera, pretenden que todos aquellos que accedan a las UCIs tengan posibilidades de sobrevivir.

Por el momento, las recomendaciones que hacen los médicos internistas han sido adoptadas parcialmente por el Ministerio de Sanidad en su protocolo oficial, donde se centran sólo en las cuestiones técnicas. Es decir, cuándo se debe optar por un tratamiento u otro o cómo manejar a los pacientes con insuficiencia respiratoria.

Por el momento, sólo se tiene constancia de tres fallecidos en nuestro país que sean menores de 65 años

La parte ética de cómo elegir a los pacientes cuando no se disponen de camas suficientes no se ha incluido todavía. No obstante, este viernes, al ser preguntado sobre si desde el Ministerio están trabajando por ampliar este documento en colaboración con las sociedades científicas para establecer unos acceso a las UCIs "lo más homogéneos posibles".

La mayoría de los fallecidos son de elevada edad

Esta problemática viene dada de la mano de que la inmensa mayoría de las muertes se producen en personas de muy elevada edad. De hecho, algunos de los focos más letales del virus se han generado en residencias de ancianos. Aunque desde el Ministerio de Sanidad no se están dando todavía los datos de fallecidos por edades, la gran mayoría de los mismos son mayores de 65 años.

En Italia, donde sí se están proporcionando los datos de la mortalidad por edades, la edad media de los fallecidos es de 80,5 años, mientras que el 99% de los mismos presentaba patologías previas. Un patrón que por el momento, parece cumplirse también en nuestro país. 

Por el momento, en España sólo se tiene constancia de tres fallecidos en nuestro país que sean menores de 65 años. El más joven de todos, un chico de Málaga de 21 años, sufría leucemia antes de contagiarse. Los otros dos han sido un guardia civil de Madrid con 37 años sin patologías previas y la primera profesional sanitaria en caer ante el virus, una enfermera de 55 años en Vizcaya. 

La realidad es que la enfermedad afecta ante todo a los más mayores. El propio Simón lo ha reconocido en diversas ocasiones: cuando una persona mayor se contagia por Covid-19 tiene muchas más probabilidades de desarrollar un cuadro clínico grave. "Sabemos que las personas mayores, como era de esperar y los grupos de riesgo tienen una incidencia de neumonía grave superior al resto", afirmaba el responsable del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias este miércoles.

En particular, Simón aseguró que el 33% de los afectados por coronavirus son personas mayores de 65 años. El portavoz de Sanidad especificó que el 18% de los casos tienen más de 75 años. Además, el 32% de esas personas, junto a los grupos de mayor riesgo de padecer la enfermedad, han tenido en algún momento de su tratamiento un cuadro clínico grave.

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