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Europa recomienda usar mascarilla en público a los asintomáticos de coronavirus

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades avala la utilización de mascarillas en tiendas o transporte público, aunque advierte que son una "medida complementaria" a otros tipos de prevenciones

  • Dos mujeres con mascarillas caminan por Barcelona.

El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) recomienda el uso de mascarillas en público, tanto en personas con síntomas que ya saben que están infectadas de coronavirus como para asintomáticos, principalmente en espacios cerrados y concurridos, como tiendas, centros comerciales o el transporte público.

"El uso de mascarillas en público puede servir como medio de control para reducir la propagación de la infección, al minimizar la excreción de gotas respiratorias de los individuos infectados que aún no han desarrollado síntomas o que permanecen asintomáticos", detallan en un nuevo informe, en el que, en cualquier caso, puntualizan que "no se sabe en qué medida el uso de mascarillas en la comunidad puede contribuir a reducir la transmisión".

Sobre el tipo de mascarillas, avalan que se podrían usar aquellas "hechas de diversos textiles". "Especialmente si, debido a problemas de abastecimiento, se debe dar prioridad a las mascarillas médicas para su uso como equipo de protección personal por parte de los profesionales sanitarios", puntualizan.

El EDCD aclara que las mascarillas faciales deben usarse "solo como medida complementaria y no como sustituto" de las medidas preventivas como el distanciamiento social, la higiene meticulosa de las manos y evitar el contacto con la cara, la nariz, los ojos y la boca. "El uso apropiado de mascarillas es fundamental para la eficacia de la medida y puede mejorarse mediante campañas de educación", recalcan.

Por último, insisten en que las recomendaciones sobre el uso de mascarillas en público "deben tener en cuenta cuidadosamente la falta de pruebas científicas, la situación de la oferta y los posibles efectos secundarios negativos".

Frente a la OMS y el Gobierno

Esta recomendación cautelosa de Europa contradice a la postura que hasta hace unos días mantenía el Gobierno de España, que sigue sin tomar un decisión clara al respecto y se ha abierto a instar al uso generalizado de mascarillas que no tenía "ningún sentido" cuando comenzó la crisis sanitaria. Un posicionamiento que se enmarca en las directrices de la Organización Mundial de la Salud.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, reiteró el pasado lunes en rueda de prensa que sólo se recomienda el uso de mascarillas médicas en la población general en caso de personas enfermas o que cuidan a un paciente en su casa. Así, pidió que se diera prioridad al acceso a este tipo de mascarillas a los profesionales sanitarios en primera línea contra el coronavirus.

"Sabemos que pueden ayudar a proteger a los sanitarios, pero son escasas a nivel mundial. Nos preocupa que el uso masivo de mascarillas por parte de la población general pueda agravar la escasez para las personas que más las necesitan. En algunos lugares, esta escasez está poniendo a los sanitarios en un verdadero peligro", advirtió.

El dirigente de la OMS explicó que en los centros sanitarios se sigue recomendando el uso de mascarillas médicas, guantes y otros equipos de protección personal para los profesionales sanitarios. En el caso de la población general, indican que se podrían utilizar en aquellos países en los que no estén disponibles otras medidas contra el Covid-19 como la limpieza de manos y el distanciamiento social, debido a la falta de agua, por ejemplo.

"Lo que está claro es que hay una investigación limitada en esta área alentamos a los países que están considerando el uso de mascarillas para la población en general a que estudien su eficacia para que todos podamos aprender. Lo más importante es que solo deben usarse como parte de un paquete integral de intervenciones", reclamó Tedros.

Además, la OMS publicó este jueves un informe sobre el uso racional de equipos de protección individual (EPI), en el que, entre otras consideraciones, avisa de que las mascarillas realizadas con algodón pueden ser una fuente potencial de infección, ya que no son resistentes a los fluidos y, por tanto, pueden retener la humedad y contaminarse.

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