Junto con la edad, la obesidad empieza a perfilarse como uno de los mayores factores de riesgo en la infección por coronavirus. Los pacientes, también presentan un peor pronóstico. En España, los médicos han observado durante estos meses que, en los pacientes jóvenes (por debajo de los 65 años) que han atendido con graves complicaciones por la enfermedad, un número elevado presentaba sobrepeso extremo.
El peso excesivo es uno de los principales factores identificados de mal pronóstico en personas que desarrollan la covid-19 según la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO). "Se han empezado a publicar trabajos transversales donde se ve que los sujetos con obesidad tienen mayores necesidades de ventilación mecánica y que este paciente se complica más cuando se infecta", explica a Vozpópuli Francisco Tinahones, presidente de la sociedad.
Existen artículos que, incluso, explica el médico, encuentran "una relación gradual: a medida que se incrementa el peso aumentan las complicaciones y, yendo a obesidades mórbidas, las complicaciones pulmonares graves son prácticamente el doble".
Preocupación a nivel internacional
Los trabajos sobre el tema, como apunta Tinahones, son múltiples. Un reciente informe de un grupo de investigadores en Nueva York publicado en The New England Journal of Medicine ha determinado que aquellas personas que sufren obesidad severa son hasta seis veces más susceptibles de sufrir un caso grave de covid-19 y tener que ser hospitalizados. En Francia, un trabajo desarrollado por médicos determinó que el 90% de los pacientes que presentaban obesidad mórbida necesitaron ventilación mecánica para poder curarse de covid-19, frente a los pacientes con un peso menor.
En Reino Unido, por otro lado, un informe elaborado por el Consorcio Clínico del Coronavirus, una suerte de alianza de investigadores y médicos dedicados a analizar esta nueva enfermedad, ha descubierto que el riesgo de fallecer por covid-19 era un 37% más elevado entre los pacientes con obesidad.
De hecho, los resultados y los últimos estudios publicados al respecto han preocupado tanto a las autoridades sanitarias del país, que cuenta con una de las tasas de obesidad más altas de Europa, que el Departamento de Salud británico está investigando la relación entre la obesidad y el coronavirus de manera oficial.
Un IMC mayor de 40 aumenta el riesgo de infección
En Estados Unidos, añade el especialista, se considera la obesidad mórbida como un factor de riesgo de importantes de complicaciones tras la infección, casi a la altura de la edad. El médico recuerda que la mayoría de los pacientes con esta enfermedad tienen otras patologías, como hipertensión o diabetes que complican el pronóstico cuando se infectan con el virus. Los centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de este país, detalla, han reconocido que tener un índice de masa corporal (IMC) mayor de 40 es un factor que aumenta la vulnerabilidad en esta infección.
"Ahora hacen falta grandes series para saber si solo la obesidad es un riesgo o también lo son las enfermedades aparejadas. Se intuye que, al margen de que está claro que estas patologías mal controladas tienen un efecto negativo en la evolución del paciente infectado, la obesidad de por sí aumenta la evolución del cuadro", apunta el especialista.
En la gripe común, por ejemplo, agrega, "existe mucha experiencia y se sabe con rotundidad que las personas obesas tienen más necesidad de ventilación mecánica". El presidente de la SEEDO advierte que, en cualquier caso, hacen falta "evidencias sólidas porque no ha dado tiempo a un análisis de la mayoría de las grandes series que se están produciendo en muchos países".
Pacientes jóvenes con sobrepeso
En el caso de España, detalla el doctor Tinahones, hay compañeros que relatan, que de los pacientes jóvenes que han atendido con complicaciones, un elevado número presentaba "obesidades extremas". De momento, explica, carecen de datos científicos, pero "parece, por la experiencia clínica de la mayoría de los médicos que han atendido a pacientes con covid-19, en edades por debajo de 65 años, el sobrepeso era una constante".
Según la SEEDO, el IMC y el peso es significativamente mayor en pacientes con una forma grave de infección por covid-19. Entre los fallecidos con el virus, apuntan desde la sociedad científica, el 88.2% de los pacientes tenían un IMC mayor de 25 kg / m2, que es una proporción significativamente mayor que en los supervivientes (18.9%).
Papel importante en la transmisión del virus
Además, por analogía con otras infecciones respiratorias, apuntan desde la sociedad, se considera que la obesidad puede desempeñar un papel importante en la transmisión del coronavirus. En el caso de la gripe A, por ejemplo, aumenta la duración de la eliminación del virus (el tejido adiposo puede servir como reservorio). En el caso del SARS-Cov-2, se ha comprobado que también puede infectar el tejido adiposo y luego diseminarse a otros órganos, explica el doctor Francisco Tinahones.
El presidente de SEEDO detalla que “la expresión de ACE2 (receptor que podría estar implicado en la entrada de covid-19 en las células humanas) en el tejido adiposo es más elevada que en el tejido pulmonar y, por tanto, podría acumularse el virus en muy alta proporción en este tejido, retardando su eliminación”.