Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los hospitales madrileños están "abarrotadas" de enfermos, según denuncian los intensivistas. Actualmente cifran en unas 500, como mucho, las camas de UCI abiertas en los hospitales públicos -925 instaladas según la Comunidad de Madrid- y son 354 enfermos con coronavirus ingresados en esas unidades (datos del martes). El resto son pacientes con otras enfermedades. Hay camas cerradas de críticos porque faltan enfermeras para atenderlas y los hospitales privados ya no aceptan pacientes derivados de la sanidad pública. La conclusión es que las UCI están "hasta arriba de enfermos".
En conversación con Vozpópuli, el doctor Miguel Sánchez, miembro de la Sociedad Española de Medicina Intensiva (SEMICYUC) y jefe del servicio de Medicina Intensiva del madrileño Hospital Clínico San Carlos esquematiza la situación que atraviesa una comunidad donde, asegura, la curva de contagios "es más plana, pero no para de crecer". La situación, abunda, es preocupante. "En esta semana llegaremos a los 360 ingresados por covid y estamos que no sabemos dónde poner a los enfermos", afirma.
Según las cifras aportadas por el intensivista, que sostiene que Madrid sí vive una segunda oleada de la pandemia, en la primera oleada las unidades de críticos de los hospitales madrileños funcionaron "como una única UCI y pasamos de 650 camas, que es más o menos lo que hay en Madrid entre camas públicas y privadas -estas últimas representan un 20% del total- a tener más del triple". En los momentos más terribles de la pandemia, en Madrid llegó a haber casi 2.000 puestos de UCI abiertos.
"Esa cifra ahora sirve como referencia equivocada a muchos para hacer la estadística y decir que sólo tenemos el 15/20 % de ocupación en UCI. El problema es que ahora mismo no tenemos esas camas. Nos faltan camas. De las que normalmente tenemos -que pueden ser en la pública unas 500, como muchísimo-, hay camas cerradas en muchos hospitales porque el 33 % de las enfermeras están de vacaciones siguiendo las instrucciones que le dio la Consejería de Sanidad de irse hasta septiembre", explica.
Este mismo martes, desde CCOO Sanidad Madrid se aportaban datos sobre ocupación de camas de UCI en la comunidad y se indicaba que si Madrid llegó a casi triplicar sus camas es porque se incorporaron todas las camas disponibles de otras unidades como Reanimación Post-Anestésica (URPA), Unidad de Reanimación (REA), Unidad Coronaria (recuperación infartos), Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), Unidad Cuidados Paliativos (UCP) o Unidad de Cuidados Quirúrgicos (UCQ). Un 20% de estas camas se dedicaba, antes de la pandemia, a observación tras cirugías ambulatorias o pruebas diagnósticas invasivas.
Las quejas de los hospitales privados
"Hasta primeros de octubre, a este ritmo, estaremos así de mal como poco. Claro que estamos en segunda oleada, por supuesto que sí", afirma contundente el miembro de la Sociedad Española de Medicina Intensiva. Además, desvela, en esta ocasión las UCIs de los hospitales privados "no están participando y no nos aceptan enfermos para trasladar" lo que , asegura, podría contribuir a la descongestión de las unidades de críticos madrileñas. Miguel Sánchez no busca razones, pero manifiesta un deseo: "Ojalá se llegue a un acuerdo" para que, como sucedió en la primera oleada de la pandemia, los hospitales privados "ayuden" a los públicos.
Desde la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) indican a Vozpópuli lo siguiente: "Somos cumplidores de las decisiones administrativas según qué territorios. Y la sanidad privada no tiene ahora mismo una presión importante en tratamiento covid en las UCIs, al igual que la pública salvo hospitales públicos concretos".
Sí hay que reseñar que, a comienzos de septiembre, la patronal se quejaba de que, pese al "firme compromiso" que había mantenido "ante la emergencia asistencial vivida en España", el Gobierno había emplazado a la sanidad privada a acordar con cada comunidad la forma de compensarle los recursos dedicados a atender a los pacientes covid de la sanidad pública durante la pandemia.
Hasta diez comunidades autónomas, criticaban, aún se encuentran en periodo de evaluación de las compensaciones por la anterior puesta a disposición de recursos de los hospitales privados. "Mientras, en los principales países europeos las ayudas y compensaciones no han tardado en tomar forma y desde distintas fórmulas", subrayaban entonces.
"Abarrotadas de enfermos"
Así las cosas, las UCIs madrileñas están al límite prosigue el jefe de Intensivos del Clínico. Además, añade el doctor Miguel Sánchez, muchos centros sanitarios no han suspendido la actividad quirúrgica, "de manera que hay enfermos no covid a los que también hay que atender. Las UCI están abarrotadas de enfermos covid, que no paran de venir, y también de pacientes no covid".
"Estamos hasta arriba y nos está costando mucho trasladar enfermos de un hospital a otro", asegura el jefe del servicio de Medicina Intensiva del Clínico
Con esas tres limitaciones, "menos camas y menos personal, no tener a las privadas y mantener actividad no covid, estamos hasta arriba y nos está costando mucho trasladar enfermos de un hospital a otro. Cuando una UCI tiene una cama libre la ofrece, pero es muy difícil. Como mucho hay dos o tres traslados al día porque está todo el mundo igual. Estamos en una situación muy mala y sin camas", asevera el intensivista.
Según los datos facilitados por las comunidades este martes al Ministerio de Sanidad, a excepción de Cataluña, que no ha actualizado sus cifras por "problemas técnicos", Madrid sigue acumulando un tercio de los nuevos contagios en las últimas 24 horas (1.207) y ha informado de 3.595 nuevos casos. Le siguen Navarra, con 302 nuevas infecciones confirmadas ayer, y del País Vasco, con 270.
Ahora mismo, detalla el doctor Miguel Sánchez, en Madrid hay una lista de espera de unas seis UCI, de otros tantos hospitales, que necesitan derivar enfermos a otros centros que estén menos saturados. El problema, incide, es que todos los hospitales públicos están al límite. Pone el ejemplo del suyo, el Clínico: "Tenemos 18 enfermos, para 16 camas covid, y nos han llamado para 4 enfermos más de planta. Los demás están igual".
Planes de elasticidad de los hospitales
Antes de llegar a esa derivación de pacientes, indican desde la Consejería de Sanidad de Madrid preguntados por Vozpópuli, lo que se hace es aplicar los "planes de elasticidad" e ir reduciendo cirugías programadas como se viene haciendo en los últimos días en centros sanitarios con más pacientes por coronavirus como el 12 de Octubre, el Gregorio Marañón o el Infanta Leonor, de Vallecas, una de las poblaciones más afectadas por los contagios.
Los datos aportados a este digital desde la Consejería de Sanidad de Madrid, hablan de que en la región hay 925 camas UCI instaladas. De ellas, 354 con pacientes covid a fecha de martes. Esto supone, indican, un 38,2 por ciento del total de camas.
Este mismo martes, desde CCOO Sanidad Madrid, aportaban otras cifras de camas UCI en la región. Antes de que comenzara la pandemia, aseguran, los hospitales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) contaban con 359 camas estructurales por lo que las unidades de cuidados intensivos de la sanidad pública estarían ya a más del 84% de su capacidad.
Si no se dedicaran a pacientes con covid-19 las otras unidades de cuidados críticos quirúrgicos y traumatológicos donde, antes de la pandemia, se atendía a pacientes de cirugía, politraumas, quemados o cirugías ambulatorias, prácticamente el sistema estaría al límite de su capacidad en cuanto a UCI, añadían desde la organización sindical que cita hospitales como el Príncipe de Asturias, de Alcalá de Henares, donde instalaron diez nuevas camas UCI, tras la primera oleada de contagios, y ya son permanentes.
Tener previstos planes en los hospitales
Desde la SEMICYUC, propusieron a Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Comunidad de Madrid, un listado de las medidas que se debían adoptar para que las UCI no volvieran a colapsarse. "Pero como todo el mundo preveía que la segunda oleada sería en octubre, todo el mundo se lo ha tomado con mucha tranquilidad. Pues no ha sido en octubre, ha empezado en julio", indica el doctor Sánchez.
Entre las propuestas, tener entrenados "a profesionales de especialidades afines, prever hacia dónde te expandes en los hospitales y ver cómo se va a atender a esas camas de críticos. Una cama de UCI no es sólo un respirador. Es muchísimo más, es enfermería, médicos, monitores, camas especiales...Eso es lo que hay que tener previsto, poder montarlo en respuesta de cualquier brote".
"A la vista experiencia de Ifema, que fue extraordinaria, necesitamos un hospital de emergencias. Los hospitales (tradicionales) en este tipo de pandemias se ahogan", señala el intensivista
En esa línea, el miembro de la sociedad científica ve con buenos ojos la apertura del Hospital Isabel Zendal, un centro de emergencias que se está construyendo en Valdebebas y que estaría finalizado en otoño. "A la vista experiencia de Ifema, que fue extraordinaria, lo necesitamos. Los hospitales (tradicionales) en este tipo de pandemias se ahogan. No es un invento nuestro, de hecho hay varios ejemplos de hospitales de emergencias. Puede ser como Ifema que ayudó muchísimo con enfermos de baja intensidad o, lo contrario, hacer unas UCIs muy grandes, pero eso ya es una decisión política", agrega.
El doctor Sánchez asegura que ya hace semanas que han trasladado la situación que viven las UCI madrileñas al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. "Con toda la simpatía hacia el consejero, y alabando la labor estupenda que sin ninguna duda ha hecho, le decimos que ahora mismo las UCI de Madrid están abarrotadas y no podemos más".
Enfermos menos graves en la UCI
También explica otro aspecto. Desde el estallido de la pandemia, los intensivistas han analizado sobre los factores que hacen que los enfermos tengan más mortalidad. "Uno de ellos, es el retraso de ingreso en intensivos. En esta segunda ola, hemos aplicado lo que hemos aprendido de la primera. De manera que hemos ingresado a los enfermos posiblemente antes, nos ha dado tiempo a ponerles las gafas nasales de alto flujo -con oxígeno-, que aumentan el volumen de los pulmones y funcionan mejor. Muchos enfermos con eso no llegan a ponerse la respiración artificial y nuestra mortalidad actual es la mitad de la que tuvimos en la primera ola", detalla el intensivista.
"Estamos intentando ingresar a los enfermos antes y menos graves. Es posible que hayamos cambiado de actitud y podamos ingresar enfermos menos graves antes pero también es posible que, desde el punto de vista biológico, el virus haya cambiado su comportamiento", señala Miguel Sánchez.
¿Es menos letal entonces? "Hay que tener mucho cuidado en esto. Hay muchos factores que no controlamos en esto y son especulaciones. Igual que podría ser también algo que llamamos efecto cosecha y es dramático: que han fallecido todos los enfermos que tenían que fallecer porque en la primera oleada ingresamos a mucha gente mayor. Cuando ya ha fallecido población de más alto riesgo, la parte buena es que tienes enfermos más jóvenes y que tienen más resistencia y mejor pronóstico. Pero todo eso son especulaciones, no soy virólogo", concluye.