El letrado Alberto Martín, abogado del padre de Nadia, ha anunciado que dejará su defensa para centrarse exclusivamente en la de la madre, al entender que esa es la mejor estrategia para recuperar la tutela de la niña, que la familia considera prioritaria.
Aunque todavía no ha formalizado su renuncia en el juzgado, Martín ha avanzado hoy a Efe que tiene previsto dejar de defender a Fernando Blanco, que permanece en prisión preventiva desde el pasado 9 de diciembre acusado de una presunta estafa en los donativos que recaudaba para su hija de 11 años, aprovechándose de que, al parecer, la niña padecía una grave enfermedad.
De esa forma, el abogado solo representará a Margarita Garau, madre de la niña, que está imputada en la causa por estafa pero se encuentra en libertad provisional, a diferencia de su marido.
En opinión de Alberto Martín, la defensa separada de la pareja es la mejor estrategia para conseguir que la madre pueda recuperar la tutela de la menor, que el juez retiró a los padres tras tomarles declaración como investigados el pasado mes de diciembre. El letrado descarta que ese movimiento presuponga la existencia de un "conflicto de intereses" entre ambos miembros de la pareja.
Además, recuerda que, a diferencia de Fernando Blanco, la madre de Nadia nunca dispuso de dinero procedente de los donativos que los padres de la menor recaudaron fraudulentamente, con la excusa de que necesitaban fondos para los tratamientos que, según sus padres, su hija precisaba por la enfermedad rara que padece.
Alberto Martín anunció ya su intención de que los padres de Nadia mantuvieran una estrategia de defensa separada, con abogados distintos, después de que el pasado mes de enero el juez de La Seu d'Urgell (Lleida) que investiga el caso los citara para interrogarlos por el hallazgo de fotografías de contenido sexual de la menor en un lápiz de memoria de la pareja.
Tras su declaración como investigados del pasado mes de enero, el juez abrió un nuevo procedimiento contra los padres de Nadia por los delitos de exhibicionismo, provocación sexual y explotación sexual.