Cada vez más profesionales de diversos sectores y países se están viendo forzados a abandonar sus hogares para buscar mejores opciones laborales fuera de sus fronteras. En el caso del ámbito sanitario los máximos responsables están trabajando para que esa movilidad sea lo más eficiente posible y se eviten problemas a los que actualmente se enfrentan quienes cambian de país para ejercer.
Con esta premisa se reunieron la pasada semana en Madrid destacados representantes de las autoridades competentes en la regulación de los profesionales sanitarios, en la llamada European Health Professionals´Competent Authorities (EurHeCa). Se trata de responsables de los colectivos médico, enfermero, odontólogo y farmacéutico de países como España, Francia, Portugal, Malta, Bélgica, Bulgaria, Polonia, Rumanía o Irlanda. Su objetivo es aunar criterios en temas clave para estas profesiones, como la libre circulación de profesionales, la tarjeta profesional europea y el papel de los colegios en el ámbito deontológico.
La Directiva de Cualificaciones Profesionales establece una tajerta profesional europea, lo que supondría tener un mismo nivel educativo en todos los países miembros
Además, uno de los temas clave para el colectivo sanitario es la nueva Directiva de Cualificaciones Profesionales, aprobada en noviembre de 2013 - en fase de trasposición en 28 países miembros- con la pretensión de hacer más eficiente el sistema de reconocimiento mutuo de las cualificaciones de la Unión Europea. Esto supondría un incremento y una mejora de la movilidad laboral para los trabajadores cualificados, algo que se defiende desde la EurHeCa, pero que también comporta unos riesgos.
"Como autoridades competentes, debemos prestar atención a la decisión que se tome al respecto porque si no nos es conforme luego no podremos cambiarla. No queremos limitar la movilidad de los profesionales, que resulta tan beneficiosa para todos, pero tampoco podemos dejar de contemplar todos los problemas que conlleva. Tenemos que pensar en las consecuencias. Por ejemplo, en Rumanía, cada año se forman 3.500 médicos, pero emigran más de 4.000, de manera que en los últimos 10 años han perdido más de 15.000 médicos", comentaba Patrick Fortuit, presidente de la EurHeCa y de la Orden de Farmacéuticos franceses.
Principal desafío
La directiva europea dispone también el que es uno de los principales beneficios a la vez que un problema clave para su implementación: se trata de la tarjeta profesional europea, una especie de certificado electrónico que facilitará a los profesionales el reconocimiento de sus cualificaciones de manera más fácil y rápida. A través de un microchip desarrollado a través del Sistema de Información del Mercado Interior, el sanitario podrá saber cuáles son los trámites necesarios para trabajar en otro estado miembro a la vez que permite a las autoridades compartir información y detectar posibles inhabilitaciones de los profesionales.
El principal problema de esta medida, que también es uno de sus objetivos, es que exigiría tener un mismo nivel educativo en todos los países europeos. Además, el plazo de transposición de la directiva es hasta 2016, lo que supone que si la intención es finalizarlo antes del límite, puede que el resultado no sea el más adecuado, "sino sólo el más rápido de implementar", decía Fortuit.
Países como Alemania o Reino Unido, entre los principales receptores de profesionales españoles, no están por ahora en este grupo de trabajo
Desde el Consejo General de Enfermería explican que para intentar solucionar estos inconvenientes, los responsables sanitarios han decidido poner en marcha un proyecto piloto con una sola de las profesiones afectadas, aunque aún no se ha decidido cuál será. Ésto se hará en próximas reuniones, una vez que se estudie cuál sería el órgano regulador encargado y quién correrá con los costes.
Otro de los aspectos controvertidos de la directiva, según explican desde el consejo, es el principio de acceso parcial para determinadas profesiones en función de las competencias propias de cada profesión. Los sanitarios han acordado remitir una consulta a los servicios jurídicos de la Comisión Europea para que aclare el ámbito en el que será posible ese acceso parcial, ya que no está claro cómo, en qué condiciones y para qué profesiones será susceptible de aplicación este principio.
Con ese primer horizonte marcado de 2016, las autoridades sanitarias continuan trabajando con su calendario de reuniones para obtener los mejores resultados. Desde el Consejo General de Enfermería afirman a Vozpópuli que la idea es que se vayan adhiriendo más países al proyecto, aunque de momento sólo figuran los mencionados en el artículo. Del lado español participaron la pasada semana tres representantes de los enfermeros y uno de los farmacéuticos, mientras que los médicos estuvieron ausentes. Sí sorprende, por ejemplo, que países como Reino Unido o Alemania, entre los principales receptores de mano de obra española, no participen en la EurHeCa. Precisamente hace unos meses Máximo González Jurado, presidente de los enfermeros, advertía de las ofertas engañosas que su colectivo recibe para trabajar en Alemania, mientras que los médicos han aumentado notablemente las peticiones de acreditaciones para trabajar fuera de España.