Francisco Nicolás Gómez-Iglesias ha vuelto a dar señales de vida. Tras desaparecer ha dado muestras de que sigue su debacle por televisión, tal como refleja el último SMS que el bautizado como “Pequeño Nicolás” envió a uno de los contactos, Miguel Bernard. El secretario general de Manos Limpias, con quien se reunió para pedirle que desactivara el proceso contra la infanta recibió un SMS el pasado lunes que firmaba "Fran". Francisco Nicolás escribía desde el teléfono móvil de su madre para mantener una conversación y para advertir: “He visto los informativos. Cuando puedas hablamos”.
El mensaje de texto llega después de haber sido acus
ado de delitos de estafa, usurpación de función pública y falsedad por haber cobrado hasta 25.000 euros por la venta de un falso informe del CNI, según fuentes de la Policía. Ante esas acusaciones, el abogado del pequeño Nicolás contactó con Miguel Bernard para intentar que no presentara cargos contra el joven. Manos Limpias mantuvo su pretensión de personarse como perjudicada en la causa.
Miguel Bernard telefonéo a Francisco Nicolás el pasado domingo y recibió como respuesta un mensaje de texto 24 horas después en el que se le decía literalmente: “Ví la llamada el otro día (...) He visto los informativos. Cuando puedas hablamos. Abrazos. Espero que estés bien. Un abrazo y gracias por todo”.
Nicolás mensajea a sus contactos
Según fuentes de su entorno, el joven ha comenzado a retomar la relación con algunos de los contactos que mantuvo cuando realizaba gestiones en beneficio propio o ajeno, una cuestión que sigue por determinarse. Sin embargo, Francisco Nicolás se muestra especialmente contrariado porque se hayan roto completamente sus puentes con una institución: el Ayuntamiento de Madrid, donde algunos de los más altos cargos que le proporcionó ayuda no ha respondido a sus nuevos mensajes.
La reaparición de Francisco Nicolás, sin embargo, sólo ha sido telefónica. Los contactos a los que ha mensajeado aseguran que Francisco Nicolás no ha abandonado Madrid en ningún momento y que sigue pendiente de la evolución judicial de su caso, pero sigue sin salir a la calle y sin arriesgarse a aparecer físicamente.
Severidad judicial
El caso ha sido abordado con una severidad judicial sorprendente para los propios abogados del chico que han visto cómo se enfrenta a delitos de falsedad, estafa y usurpación de funciones públicas por un presunto delito de 25.000 euros, cargos mayores que los que han de afrontar los responsables de las tarjetas black de Caja Madrid, entre otros. También para sorpresa de sus abogados, el juez ha dictado el secreto del sumario, una medida a la que sólo se recurre en casos especialmente sensibles o de alarma social y no para quienes los responsables aludidos siguen describiendo como un "timador".