Sociedad

El Gobierno no actuará sobre el herbicida “probablemente cancerígeno” de Monsanto hasta el dictamen de Bruselas

Francia y Colombia limitan el uso de los productos que contienen glifosato, pero Madrid no va a reclasificarlo como medida preventiva hasta que lo haga Bruselas.

  • El producto Roundup de Monsanto se vende en tiendas de todo el mundo.

España no va a tomar ninguna acción preventiva sobre los herbicidas que contienen glifosato hasta que no se tengan los resultados de una “evaluación encargada por la Comisión Europea”, asegura el ministerio de Agricultura a Vozpópuli. Esta sustancia ha sido etiquetada como “probablemente cancerígena” por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, en sus siglas en inglés), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud. En su informe del pasado mes de marzo, la organización científica lo eleva hasta el nivel de riesgo 2A, y asegura que “hay evidencias convincentes de que causa cáncer en animales de laboratorio” y “evidencia limitada” de cáncer en humanos. 

El glifosato es el componente herbicida más utilizado del mundo, con un negocio anual de más de 5.000 millones de euros, según Transparency Market Research. El producto estrella que lo contiene es el Roundup de la multinacional estadounidense Monsanto. Tras el estudio de la OMS, Francia trata ahora de limitar la venta del producto. La ministra de Ecología Ségolène Royal ha pedido a las tiendas de jardinería “que dejen de vender el producto Roundup de Monsanto” porque “Francia tiene que estar a la ofensiva en el frente contra los pesticidas”.

El Gobierno de Colombia ordenó, unas semanas después de la publicación del informe, la detención de la fumigación de las plantaciones de coca con el mismo producto, informa The New York Times. La destrucción desde el aire con herbicidas es una parte clave en la estrategia del país en la lucha conjunta con Estados Unidos para la lucha contra el narcotráfico.

“Ciencia basura”

También ha pedido la eliminación de su uso al por menor el presidente de la Conferencia de Protección del Consumidor alemán, Christian Meyer: “No debería encontrarse en jardines, parques o lugares de recreo de niños”, ha asegurado.

Monsanto no ha querido responder las preguntas de este periodista, y dirigen a una nota de prensa en la que la empresa de en Misuri asegura que en esa misma lista de la IARC también se ha considerado cancerígeno el café, los teléfonos móviles, el extracto de aloe vera o conservas de verduras asiáticas. El Consejero Delegado Hugh Grant ha asegurado directamente que el es “ciencia basura”.

"Se debe aplicar el principio de precaución"

Del lado contrario está Greenpeace, que ha lanzado una campaña a nivel global en la que pide que se prohíba este producto. “Tras la alerta de la OMS de que puede ser cancerígeno para los seres humanos, creemos que se debe aplicar el principio de precaución y actuar inmediatamente con medidas para proteger la salud de las personas”, opina Luis Ferrerín, responsable de Agricultura de Greenpeace España. El Gobierno dice que sólo cuando se disponga del informe de Bruselas: “España adoptará las decisiones legales sobre autorización de productos fitosanitarios formulados con glifosato de manera armonizada con el resto de Estados miembros”.

Desde Greenpeace se acusa al Ejecutivo de ser más imprudente que el resto de los socios comunitarios. “En Europa, el permiso de uso de esa sustancia termina en 2015, pero en España hay diez de los 125 productos con glifosato autorizados hasta 2017, ¿por qué? La salud de los agricultores es la primera que se ve afectada por el uso de estas sustancias químicas”, afirma Ferrerín.

Aunque esta campaña va contra el uso generalizado del glifosato, los grupos ecologistas organizan habitualmente marchas y campañas contra Monsanto. Creadora de una buena parte de las semillas transgénicas utilizadas a nivel global, tiene una capitalización de mercado de 50.000 millones de dólares. Recientemente ha ganado un caso en el Tribunal Supremo de Estados Unidos contra un granjero a la que la compañía pedía que pagara la licencia de unas semillas transgénicas resistentes al herbicida Roundup. Él asegura que el aire las transportó y mezcló con otras que él adquirió y que, por tanto, no tenía que abonar cantidad alguna.

En la Unión Europea, el glifosato está aprobado como sustancia activa para la protección de las plantas, explican a Vozpópuli desde Bruselas. La aplicación para renovar su aprobación está en estos momentos siendo revisada. Esta reevaluación es un requerimiento legal, porque en el sistema de la Unión Europea la aprobación de un pesticida se hace solo por un determinado tiempo. “El examen es una rutina que empezó mucho antes de que el IARC anunciara su reclasificación”. La Comisión ha pedido a la Autoridad Europea de Seguridad Alimenticia (EFSA en sus siglas en inglés), que tenga en cuenta todos los nuevos datos, pero también que obtenga “información detallada sobre cómo ha llegado a esa conclusión el IARC”. Esta sustancia está presente en centenares de presentaciones diferentes utilizadas en productos agrícolas o forestales, pero también para uso doméstico.

“Puede llegar a la cadena alimenticia”

La propia directora del informe, Kathryn Z. Guyton, ha explicado por teléfono a este reportero que la reclasificación ha sido fruto de la conclusión científica de 17 expertos de 11 países reunidos en marzo. ¿Cómo reacciona a la descalificación de Monsanto como “ciencia basura” del informe? “Representantes de Monsanto estaban presentes como observadores en esa reunión, pero no hicieron alegaciones”. Guyton advierte de que el glifosato puede llegar a la cadena alimenticia: “Una de las áreas científicas que revisamos en es cómo se puede dar la exposición, y nos dimos cuentas que puede haber exposición al glifosato a través de los alimentos”, concluye.

"En animales de laboratorio la evidencia es concluyente"

Se detalla que, mientras que en animales de laboratorio la evidencia es concluyente, en humanos es limitada. ¿Por qué? “En animales los dos estudios que se han realizado, de acuerdo con nuestros criterios, suponen una prueba suficiente de carcinogenicidad. En humanos, sin embargo, algunos de los estudios que se han ido acumulando en los últimos ocho o diez años son positivos para el glifosato, por eso decimos que hay pruebas limitadas”.

Monsanto, sin embargo, se queja de que se excluyeron estudios importantes en el informe, que la conclusión no se apoya en datos científicos y que no hay relación causa-efecto. Por su parte, el director general patronal de productos fitosanitarios en España (AEPLA) pide que no se gobierne “a golpe de titular, aunque sean titulares del país vecino”. Defiende que, frente al informe del IARC, hay otro de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación “que dice que no hay caso, además de treinta años de evidencia en contra de la carcinogenicidad del glifosato”. Además, apunta, entre los productos de alta probabilidad de cáncer, la lista 1, está el tabaco o la emisión de gases diésel, pero no por ello se prohíben. “Está bien revisarlo, porque la ciencia evoluciona, pero todo riesgo tiene que medir el daño real frente a la exposición: un coche puede ser peligrosísimo, pero con seguridad y buena conducción es una máquina perfectamente segura”, concluye.

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