Los espectadores de Misión Imposible IV pudieron ver una superproducción que comenzaba en Budapest y, tras diez minutos escasos, Tom Cruise y la acción se trasladaban a Moscú y Abu Dhabi, para concluir en la India en un final de infarto. Es decir, Europa quedaba reducida a un escenario secundario. Si los cardenales eligen a un papa no europeo, y hay muchas posibilidades de que ocurra, asistiremos a un movimiento geopolítico similar a la elección del polaco Karol Wojtyla, que fue uno de los responsables del derrumbamiento del bloque socialista.
Como la historia de la Iglesia es tan larga, muchos datos se desconocen. Por ejemplo, se da por sentado que el papa suele ser italiano y, en todo caso, europeo. La realidad es que entre los 265 pontífices católicos, sobre todo en los primeros siglos, coincidiendo con la existencia del Imperio romano, hubo papas africanos y asiáticos, y algunos judíos. Los italianos se hacen con el papado de manera ininterrumpida en el siglo XVI, con Clemente VII, en 1523, sucesor del flamenco Adriano VI, súbdito de Carlos I de España y V de Alemania. El 16 de octubre de 1978, un cónclave eligió a Juan Pablo II, y desde entonces, él y su sucesor, Benedicto XVI, han sido europeos pero no italianos.
De los 115 cardenales reunidos en el Cónclave, sólo 28 son italianos, la quinta parte, y europeos 60, el 52%. La prensa italiana ha enfocado el cónclave como una final de la Copa del Mundo de fútbol y se ha empeñado en que los cardenales de su país han pactado un candidato único para evitar un tercer papa seguido no italiano. ¡35 años ya sin un pontífice de Génova (Benedicto XV), de Brescia (Pablo VI) o de la misma Roma (Pío XII)! Pero el cónclave del que salió Juan Pablo lo formaron 111 cardenales y de ellos 25 italianos, o sea, una proporción similar: y la llamada de la sangre no se escuchó entonces.
De Estados Unidos provienen 11 cardenales, que forman el segundo grupo nacional en tamaño. Tienen a su favor la reforma de sus diócesis después de los escándalos sexuales, su apuesta por la nueva evangelización y el apoyo recibido de Juan Pablo II y Benedicto XVI. ¿Pero cómo recibirían a un papa que celebra el 4 de julio las personalidades árabes y musulmanas, amén de las masas de antiyanquis de Europa y América? ¿Considerarían que la CIA ha colocado a un agente en Roma? Bueno, si ha podido inocular un cáncer mortal a Hugo Chávez, la CIA lo puede hacer todo.
Otros países extraeuropeos tienen a su favor que se trata de lugares de gran crecimiento del número de cristianos, a diferencia de Europa, donde el invierno demográfico, unido a la secularización, están haciendo retroceder el catolicismo. Dentro de la Capilla Sixtina se sientan cinco brasileños y, también, cinco indios. En África la religión católica ya es la mayoritaria, a pesar de la persecución realizada por un sector de los musulmanes, o quizás gracias a ella. Además, los católicos de este continente, que en 1910 los 1.220.000 bautizados eran menos del 1% del total del mundo, en 2010 se habían elevado hasta el 16% y 171.480.000 de almas.
Un papa indio o nigeriano y de piel oscura… ¿Cuántos millones de seres humanos tragarían saliva o abrirían la boca al verlo asomarse al balcón de la Plaza de San Pedro?