El diseñador Manuel Pertegaz ha muerto esta madrugada en Barcelona a los 96 años de edad, según han informado a Efe fuentes de su estudio de diseño. Los funerales tendrán lugar mañana a las 12:30 en el tanatorio del barrio de Sant Gervasi. Su muerte supone la desaparición de uno de los grandes maestros de la alta costura.
Pertegaz, que había nacido en Olba (Teruel) hace 96 años, aunque siempre fue ciudadano de Barcelona, donde vivió desde los 9 años, culminó una de las carreras más largas y fructíferas de un artista español con el diseño que, quizá, es el sueño de cualquier modisto: vestir de novia a una futura reina. El modisto cumplió el suyo diseñando el traje de boda que la Reina Letizia llevó al casarse con Felipe VI en mayo de 2004, un encargo que consideró un gran honor y un gran broche para una carrera que arrancó cuando era casi un niño.
Cuando doña Letizia eligió a Manuel Pertegaz para crear su vestido de novia, el diseñador aragonés ya era un mito de la alta costura, con seis décadas de éxitos a sus espaldas, si bien consideró el encargo como una gran responsabilidad porque, según explicó entonces, "es un traje que pasará a la posteridad y en él he puesto toda mi experiencia, interés y cariño".
Tenía trece años cuando Pertegaz empezó a trabajar en una sastrería de Barcelona, que abrió una sección de moda de mujer, y fue entonces cuando descubrió que lo que más le gustaba era la moda femenina. A partir de ahí empezó una meteórica carrera que le consagró como maestro de la alta costura.
El nombre de Manuel Pertegaz también estará para siempre asociado a grandes actrices de la época dorada de Hollywood, como Ava Gardner, Audrey Hepburn o Paulette Goddard, a mujeres famosas de la alta sociedad nacional e internacional, como Jacqueline Kennedy, Aline de Romanones, Bibis Samaranch, y a la realeza, como la reina Sofía cuando todavía era princesa o la duquesa de Windsor.
Tras la postguerra, sus estilosos trajes sastre y sus vestidos comenzaron a destacar entre las mujeres españolas, y a medida que mejoraba la economía, se hacía un hueco en Barcelona y en Madrid, porque vestir de Pertegaz era símbolo de elegancia y de modernidad. Su maestría con la aguja hizo incluso que le ofreciesen suceder a Christian Dior al frente del taller de la casa Dior cuando el diseñador francés murió de forma repentina de un ataque al corazón, pero siempre prefirió quedarse en su taller de Barcelona y seguir cosiendo en su país.
Tras la boda de los actuales reyes de España, Pertegaz empezó a retirarse, pero todavía tuvo tiempo, con 90 años, para presentar en Barcelona su primera colección de joyas, caracterizadas por el trazo de la M de su nombre y los círculos, como símbolo del botón.
En 2012 su taller de la Avenida Diagonal de Barcelona dejó de coser, coincidiendo con la jubilación de sus costureras más fieles, pero el estudio siguió abierto y continúa trabajando en las líneas de complementos que desarrolla su equipo creativo, y que hasta el final supervisó Pertegaz.
El modisto vivía retirado en una casa de las afueras de Barcelona, pero hasta el último momento nunca dejó de visitar su famoso taller.