El Vaticano iniciará este miércoles un debate sobre la mujer que incluirá temas como el papel femenino en la Iglesia, los feminicidios y la cirugía estética como agresión al cuerpo de la mujer. Precisamente este último punto, recogido en el borrador sobre el que los miembros y consultores del Consejo Pontificio de Cultura trabajarán hasta el próximo 7 de febrero, es uno de los que mayor oposición suscita al definir la cirugía estética como el "burka de la carne" y "una forma de agresión al cuerpo femenino".
"La cirugía estética puede encuadrarse como una de las muchas posibles manipulaciones del cuerpo que exploran sus límites respecto al concepto de identidad", advierte el documento 'Las culturas femeninas: igualdad y diferencia', recogido por Europa Press, al tiempo que añade que cuando no es médicoterapéutica, puede expresar "agresión a la identidad femenina, mostrando el rechazo del propio cuerpo en cuanto rechazo del período de la vida que se está atravesando".
En esta línea, el texto denuncia el uso "indiscriminado e indiferenciado" del cuerpo femenino por parte de la comunicación o la publicidad a veces con fuertes alusiones sexuales y "denigración del rol femenino" y lamenta que ninguna batalla política o social haya logrado acabar con la "explotación del cuerpo femenino con fines comerciales".
El documento a debate admite "posiciones ancestrales" en instituciones eclesiales
Por otro lado, apunta que la pobreza es "causa y consecuencia de la violencia sobre las mujeres" y aporta estimaciones de la ONU, según las cuales, más del 70 por ciento de las personas que viven en la indigencia son mujeres. En este sentido, afirma que "la prostitución puede ser considerada la forma más difundida de esclavitud, incluso en las sociedades civiles y democráticas". También denuncia que el feminicidio es el homicidio de la mujer "en cuanto mujer, para apoderarse de algo que se considera un derecho exclusivo, recurriendo a la humillación y a la violencia, ya sea física o psicológica".
"Excesiva presencia masculina"
Estos temas surgen del documento 'Las culturas femeninas: igualdad y diferencia', elaborado por un grupo de mujeres, y serán estudiados durante la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio de Cultura hasta el próximo sábado. En el texto se reivindica el papel de la mujer en la Iglesia y se admiten "posiciones ancestrales" y una "excesiva presencia masculina" en instituciones eclesiales. "El terreno aparece minado por el prejuicio y el encastillamiento en posiciones ancestrales con una excesiva presencia masculina, muchas veces refractaria a cualquier confrontación", expone.
En todo caso, el documento aclara que el sacerdocio femenino no está en discusión, cosa que, por otra parte, según indican las autoras, "según las estadísticas, interesa más bien poco a las mujeres". "No se trata de poner en marcha una revolución contra la tradición. Las voces femeninas con sentido común no pretenden ni piensan en arrancar trajes o puestos a los varones, subvirtiendo la relación de poder entre sexos ni, mucho menos, ponerse una birreta púrpura, a costa del reconocimiento de las mujeres con todas sus peculiaridades femeninas", detalla.
Así, muestra que el "objetivo realista" podría ser abrir a las mujeres las puertas de la Iglesia para que ofrezcan su competencia, sensibilidad, intuición, pasión y dedicación, en plena colaboración e integración con la componente masculina. Asimismo, admite que el clero tiene una visión errónea de la mujer.
El texto denuncia el uso "indiscriminado e indiferenciado" del cuerpo femenino por parte de la comunicación
"¿Qué es lo que no funciona hoy, cuando la imagen de la mujer que tienen los hombres de Iglesia en general no corresponde ya a la realidad? Hoy las mujeres ya no pasan la tarde rezando el rosario o en devociones pías", explica el texto presentado esta mañana en el Vaticano.
Amas de casa
Según indican las autoras del estudio, en el pasado las mujeres han tenido que luchar para poder ejercitar profesiones o asumir roles de decisión que aparecían destinados exclusivamente a los varones y se preguntan: "¿Sólo en el pasado?". Concretamente, una de las preguntas que se plantean en el borrador de trabajo es si las labores del hogar -"labores de cura"- siguen siendo "cosa de mujeres", de los "ángeles del hogar", y si se retribuye económicamente este trabajo.
En cualquier caso, el documento defiende las diferencias porque "cancelarlas" significaría "empobrecer la experiencia personal" y advierte de que la "oleada igualitaria" ha sido "tan fuerte" que en los últimos años, en Occidente, se ha llegado a afirmar que "el sujeto es neutro, y escoge y construye su propia identidad, es propietario de sí mismo y responde en primer lugar a sí mismo".