Tesorero bueno, tesorero malo. Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas sirvieron desde la caja fuerte del PP a ocho ejecutivas, pero quienes les trataron de cerca guardan un recuerdo muy diferente de ambos: “Álvaro era educado y afable, Luis todo lo contrario, creía que era el jefe de todo”. La convicción de que éste último quiere compartir culpas con quien fue su ayudante durante más de 15 años, provoca en miembros del Gobierno y en Génova, 13, un profundo malestar.