La infanta Cristina se sentó el pasado sábado 8 de febrero ante el juez Castro para relatarle su versión del Caso Nóos. La hija del Rey trató de dar respuesta, por ejemplo, a si realmente obtuvo un beneficio personal de las actividades ilícitas de su marido, algo que no deja de sorprender teniendo en cuenta que no necesitaba ingresos extra, pues durante toda su vida ha percibido cantidades considerables gracias a su trabajo, empleo que por cierto no le ha faltado nunca. De hecho, la duquesa de Palma no sabe lo que es ir a sellar a la oficina del paro cada tres meses. No conoce los portales de empleo que cada día visitan millones de españoles en busca de una oportunidad laboral.

Por primera vez, una infanta de España se sentará en el banquillo de los acusados. Cristina de Borbón y Grecia deberá el próximo lunes rendir cuentas ante la Justicia por ser presuntamente cooperadora necesaria de dos delitos fiscales cometidos por su marido, Iñaki Urdangarin. Sus abogados intentarán que se le aplique la 'doctrina Botín'. Sin embargo, su futuro judicial es, a día de hoy, incierto. Sólo tres personas lo conocen: Samantha Romero, Eleonor Moyá y Rocío Martín. Son las magistradas que la juzgarán.

En la montaña rusa de las contradicciones de Palacio en este caso –desde aquel “la justicia es igual para todos”, hasta la decisión de apoyar el recurso del fiscal contra la primera imputación- lo que el Monarca y su entorno han conseguido ha sido congregar ayer a más de 300 periodistas de todo el mundo en torno al juzgado de Palma, es decir, han convertido las angustias judiciales de la familia real española en un trending topic mundial.

Para redondear los ingresos de la hija del Rey durante su estancia en Ginebra y que ésta y su familia puedan vivir de forma desahogada y mantener su nivel de vida, el Aga Khan IV, en respuesta a la llamada de don Juan Carlos completará con otros 300.000 euros anuales el sueldo de igual importe que mantiene de La Caixa. En total, la infanta percibirá 600.000 euros al año.