Por los suelos de Marabilias han pasado los principales robots-aspiradores del mercado en sus sucesivas generaciones. Todos ellos realizan su labor aspiradora de manera digna, pero hay formas y formas de limpiar, como le diría una implacable madre a su nuera. Acaba de pasar por esos mismos suelos el Vorwerk Kobold VR200. No lo podrás ver en ningún gran almacén o tienda de electro, porque su venta se realiza de forma directa, tras la visita de un comercial de la marca, efectivamente, con la misma técnica mediante la que puedes comprar la Thermomix. Sí, el idolatrado robot-cocinero es de la misma casa que este robot-aspirador.
Una vez que lo pones en marcha, realiza un estudio de todo el perímetro de la sala, identificando las paredes y obstáculos a la vez que aspira. Cuando ha delimitado su territorio de actuación, se ocupa de las zonas centrales de la sala. Para ello, utiliza los sensores de ultrasonidos y rayos láser con los que está dotado, culpables también de que los choques contra el mobiliario sean en realidad ligeros toques.
El funcionamiento del VR200 no difiere apenas del de un robot-aspirador autónomo ‘tradicional’: lo pones en marcha y pone todo su empeño para que no quede una brizna de polvo en el suelo. La diferencia con otros es que, en este caso, ese empeño es de una perseverancia y detallismo sorprendentes. Nos referimos a que trata por todos los medios de llegar al fondo de todos los rincones, de introducir su hocico en todo escondrijo de acceso complicado, de superar obstáculos. Por ejemplo: en su recorrido, se topa con una gruesa tapa de una mesa y la intenta rodear, pero en ese trance se encuentra con la maceta preferida de la abuela; intenta pasar entre ambos y si no puede, lo intenta por un lado, por el otro, dando un rodeo, etc.
El robot VR200 almacena toda la información del recorrido y memoriza los obstáculos.
Lo mismo sucede si la altura del VR200 (9 cm) le hace chocar contra el transversal de una silla o de la bandeja inferior de una mesa; en estos supuestos, se desplaza de manera lateral por si hay una posibilidad física a través de la cual penetrar. Cabezota hasta decir basta. Almacena toda la información de recorrido, obstáculos fijos y programación en una memoria propia, a partir de la cual establece estrategias lógicas y eficientes de aspiración.
Puedes delimitar la zona de actuación cerrando las puertas de las habitaciones, colocando obstáculos o, de manera más profesional, utilizando la cinta magnética que viene en el kit, porque su instinto primario es el de recorrerse toda tu morada sin descaro alguno.
Este riguroso tesón de nada serviría si no se acompañara de una elevada potencia de succión. Pues la tiene, siendo capaz de absorber la suciedad de las rendijas del parqué, de los huecos que puede generar el rodapié y de la que se incrusta en las alfombras. Porque aspirar el polvo/arena/desperdicios de la planicie central de salón, libre de obstáculos, lo hace cualquiera. El fabricante asegura que su potencia efectiva de aspiración es hasta tres veces mayor que los modelos de la competencia.
Como buen robot-aspirador, puedes programar a capricho qué días y durante qué tramos horarios quieres que realice su trabajo. No sabes la alegría que da regresar a casa y comprobar lo limpito que está el suelo sin haber tenido que invertir una sola caloría en ello. Ahora bien, si estás viendo la tele y se te antoja que se ponga aspirar, puedes utilizar el mando a distancia que viene de serie (o levantarte y dar la orden mediante su pantalla y mandos táctiles).
El fabricante asegura que su potencia de succión es tres veces mayor que la de la competencia.
Se adapta a todo tipo de suelos (parqués, baldosas y moquetas) y se atreve con las alfombras (a las que se sube gracias a unas ruedas con vocación todoterreno). Un cepillo helicoidal con láminas de caucho y cerdas que rota 30 veces por segundo, más un cepillo lateral que arrastra la suciedad hacia el anterior, son dos de sus piezas fundamentales.
Una vez que ha llenado su depósito, bien puedes vaciarlo de manera manual (no necesita bolsa y el filtro es extraíble), o utilizar un aspirador estándar mediante el orificio dedicado. Asimismo, si en su afanosa labor se queda sin energía, él mismo regresa a su estación de recarga mientras su pantalla muestra un gentil "Regreso a mi base de carga", no le vayas a echar la bronca. Tras alimentar su batería interna, prosigue la limpieza donde la había dejado. El precio de este maravilloso cachivache: 749 euros.