Andaba servidor sumergido en la lectura de Las otras niñas (Roja y Negra), que es una fenomenal novela de un fenomenal escritor llamado Santiago Díaz que ha construido un personaje fenomenal como es la inspectora Indira Ramos. Todo era fenomenal, ya ven, hasta que mi amiga enfurecida llamó con un enfado aún mayor de lo habitual.
- Te pasaste el otro día con el artículo sobre Julián Muñoz.
- Mira, en cambio yo creo que me quedé corto.
- Tampoco es que se esté blanqueando a un corrupto, se dice claramente que está condenado y él admite que se valió de su cargo, etcétera. La cosa va de él y la Pantoja.
- No dije en momento alguno que esta docuserie -ya llamarla así tiene tela, pero en fin- blanquease a este delincuente, pero sí dije y repito que se le da pábulo sin presentar la versión de la otra parte, que es algo parecido a blanquearle. Y te añado, ya que estamos, que eso se hace sin tener en cuenta que el susodicho puede estar mintiendo, como hizo primero a los ciudadanos y luego a los tribunales. No es de fiar y, por ello, su testimonio resulta cuando menos poco creíble. Así que sí, confirmo que me quedé corto.
- Eres un exagerado. Lo de Muñoz es una maravilla si te lo sabes tomar con humor y distancia, que es lo que hacemos muchos aunque tú creas que somos una recua de idiotas.
- No voy a discutir. Te voy a recomendar algo.
- A ver qué serie de culto me vas a vender ahora.
- Si lo dices por el artículo sobre Succession, también me reafirmo en lo dicho. Pero ahora quería hablarte de crónica negra. Porque, aunque parezca mentira teniendo en cuenta lo que abunda, resulta que existe una manera de contar los crímenes en televisión sin caer en el amarillismo habitual.
- Eso sí que es difícil de sostener, querido.
- Lo parece, pero no es tan difícil. Mira, Movistar acaba de estrenar Crímenes, una serie dirigida por Carles Porta. A este periodista al que no tengo el gusto de conocer le dieron un Ondas el año pasado por Crims, serie emitida en Catalunya Ràdio en formato podcast. Y ahora lo han convertido en producto televisivo. El primer caso es aquel famoso crimen de la Guardia Urbana. La cosa tiene fuerza porque ni a Harlan Coben, ahora tan de moda, se le hubiera ocurrido un argumento semejante. Pero lo interesante es cómo se cuenta.
- Ilústrame.
- Se cuenta, como te decía, mostrando los hechos y organizándolos con interés pero huyendo del sensacionalismo que suele usarse en estos casos. Es una obra de true crime, sí, pero diferente a lo que había visto hasta ahora.
- Pero ese caso es truculento de narices.
- Sí, es truculento, pero la clave es cómo se narra. Lógicamente el contenido es duro, por momentos morboso, pero porque así fue la realidad. Esto es una crónica negra clásica, lo más objetiva posible, con un nivel de documentación enorme, como demuestra la participación de muchos protagonistas: el fiscal, el investigador, un periodista que escribió un libro, abogados de las partes... Está muy trabajado para que te enganche aunque el tono y el formato son más bien austeros.
Las partes escabrosas se enseñan, sí, pero sin exagerar, sin añadir músicas estrafalarias, sin regodearse
- Suena contradictorio. Coño, que esto iba de un triángulo sexual y de un asesinato y de mentiras.
- Te repito que las partes escabrosas se enseñan, sí, pero sin exagerar, sin añadir músicas estrafalarias, sin regodearse. Después de verlo, me he leído una entrevista al autor, que habla de "las tres erres: rigor, respeto y ritmo". Una buena forma de sintetizar cómo es Crímenes. El único defecto que le veo es que tal vez cuatro capítulos de casi una hora sea demasiado metraje, lo que provoca, a mi juicio, que haya momentos repetitivos y que sobre tanto plano de las cerillas y el coche ardiendo... Pero, en todo caso, es muy recomendable.
- Tengo Movistar, pero ya sabes que antes de tanto crimen voy a ponerme a ver otra vez lo de Julián Muñoz.
- Yo prefiero la lectura. Estoy enganchado a Las otras niñas. Y no, aunque lo pienses, no es una novela negra más. Porque lo que ha hecho el autor en este caso es simplemente extraordinario. Te atrapa y no te suelta. Tienes que leerlo.
- Cada loco con su tema.
-Pues eso.
-Adiós.