Jorge Javier Vázquez nunca leerá esto, ya que detesta los diarios digitales, como se ha afanado en decir en Sálvame. O quizá así, ya que todo sabemos que del amor al odio hay sólo un paso. Sea como fuere, el presentador ha demostrado este miércoles que es buena persona.
Uno puede caerte bien o mal, mejor o peor, pero si tiene corazón y bondad se le perdona todo. O casi todo. Jorge Javier Vázquez no ha estado muy acertado en los últimos meses –por no respetar otras opiniones diferentes a la suya–, pero el amor que siente por sus perros lo cambia todo. Sobre el segundo él mismo lo ha demostrado en su última columna de la revista Lecturas, que versa sobre sus perros adoptados y sobre el amor que siente hacia ellos.
Jorge Javier Vázquez: la prueba de que es muy buena persona la tenemos en sus perros
Si un humano ama a los perros es que es bueno, suele decirse. Y es cierto en la mayoría de los casos –vale, en Hitler no, pero siempre está la excepción que confirma la regla–. Jorge Javier Vázquez ha dado una segunda oportunidad a perros que estaban viviendo en protectoras. Actualmente tiene cinco perros conviviendo con él. Ha escrito sobre Tom, el último en llegar a su casa:
"Traen a ‘Sálvame’ un perro con mirada tristísima. Lo veo antes de que lo entren al plató con Hugo, la persona que se encarga de conducir la sección del programa en la que fomentamos la adopción. En cuanto lo vi no tuve ninguna duda: el perro se venía a mi casa. Al menos esa noche. Luego ya veríamos, pero tenía claro que no quería que volviera a la protectora. Ese día me di cuenta de que son los perros los que nos eligen a nosotros. Al mirarme, me pidió que no lo abandonara. Se llamaba Koke, pero el nombre no me gustaba nada, así que le he puesto Tom por Tom Brusse. Mis otros perros han aceptado su llegada con alegría. Estoy muy orgulloso de ellos. Son buenos perros. Muy generosos, aceptan sin problemas a nuevos miembros porque entienden que vienen de lugares donde no sobraba precisamente el cariño", escribe Jorge Javier Vázquez.
"Tom vivía con una familia de Granada que lo maltrataba. Lo echaban de casa sin miramientos y él siempre volvía, aunque lo único que le esperaban eran palos y malas palabras. Yo lo veo precioso, con una cabeza poderosa y una mirada que te taladra el alma. El jueves por la noche la señora que trabaja en casa me advierte de que tenga cuidado al llegar de ‘Supervivientes’ porque Tom está durmiendo en el salón y tiene miedo de que se escape al abrir la puerta. Al llegar me reciben Lima y Luna alborotadas y felices, como de costumbre. Y eso que son las dos y media de la madrugada. Enciendo una luz para ver a Tom y lo encuentro mirándome fijamente desde un rincón del salón sentado sobre sus dos patitas. Voy a acariciarlo y se escabulle escondiéndose detrás de un sofá. Consigo acariciarle la cabeza y me voy a la cama pletórico".
"Cuando Lima llegó a casa solo estaba Cartago, mi primer galgo. Lima se pasó tres meses ladrando sin parar, dando vueltas al jardín desde la mañana hasta la noche. Inquieta, intranquila, nerviosa. Un día vino a casa una persona y me dijo: 'Ya se le pasará'. (...) Y Lima es hoy una perra feliz. En eso se convertirá Tom. En un perro feliz. Porque ningún perro se merece no serlo", finaliza.
¿Qué opinas? ¿Crees que si una persona ama a los perros es buena de por sí? Dicen que sólo las almas buenas pueden sentir amor hacia los animales.