Se cumple un año de la campaña de las elecciones autonómicas del 28 de mayo, un periodo en el que Pedro Sánchez lanzó una batería de promesas electorales para convencer con poco éxito a sus votantes. Entre ellas, el presidente hizo mucho hincapié en convertir la vivienda "en el quinto pilar del Estado del Bienestar", un mantra que también repitió en diversos mítines durante la campaña del 23-J y en los sucesivos comicios en los que el PSOE ha participado.

Con el objetivo de aumentar el número de vivienda pública, Sánchez prometió 184.000 viviendas en alquiler social o precio asequible, una cifra lejana a la realidad actual, dado que el Gobierno tan solo tiene en marcha "en torno a 80.000 viviendas". Esas fueron las palabras de Isabel Rodríguez, ministra de Vivienda, en una entrevista del pasado 14 de abril en El País, que es a la que remiten desde el equipo de comunicación de la ministra a los periodistas que preguntan por la situación actual del proyecto.

Cierto es que las primeras sensaciones fueron muy positivas, dado que el Gobierno movilizó en pocos meses el 43% de las viviendas prometidas. El problema es que desde junio de 2023, el Ministerio de Vivienda no realiza ninguna actualización destacable y el proceso se ha paralizado casi por completo.

Haciendo caso a las palabras de la ministra Rodríguez, serían tan solo alrededor de 9.000 viviendas más que las movilizadas por el Gobierno hasta el pasado 31 de julio, fecha en la que el Ministerio de Vivienda dio su última actualización de los datos del Plan de Vivienda en Alquiler Asequible (PVAA). En él, se afirma que el objetivo es tramitar 184.000 viviendas en alquiler social o a precio asequible y que por el momento, había 71.620 movilizadas `por el Gobierno y 47.209 ya firmadas.

De este modo, el proceso ha acabado atascado y sin demasiados avances en estos últimos diez meses. Por ejemplo, el Gobierno todavía no ha movilizado ni un céntimo de los 4.000 millones de euros que iba a destinar de los fondos europeos del Plan de Recuperación para la construcción y rehabilitación de hasta 43.000 viviendas públicas y privadas destinadas al alquiler social.

Además, no ha habido apenas progreso en las 50.000 viviendas prometidas de la Sareb. Cuando Sánchez hizo el anuncio el 16 de abril de 2023, ya había 14.000 viviendas habitadas de manera irregular y pendientes de regularizar, que son las mismas que Vivienda incluyó en su gráfico de junio. Un conjunto de inmuebles que ya estaban en marcha: el 'banco malo' anunció su proyecto un mes antes, de modo que esos 14.000 pisos ya se encontraban dentro del programa de vivienda asequible y social antes de que el presidente hiciese su anuncio.

En cuanto al resto de las 50.000 viviendas de la Sareb prometidas por Sánchez, no ha habido grandes avances. A finales de 2023, los ayuntamientos y comunidades tan solo adquirieron 350 viviendas de las 21.000 disponibles y de las 15.000 que se iban a construir en colaboración de capital privado -el llamado Proyecto Viena- todavía no hay nada en marcha.

Tampoco es buena señal que de las 47.209 ya firmadas, el Gobierno haya incluido 7.234 que formaban parte del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, que se publicó en el BOE el 10 de marzo de 2018, antes de la llegada de Sánchez al Gobierno. Es decir, que el ministerio de Isabel Rodríguez, de las 14.234 viviendas contempladas en este plan y en el de 2022-2025, tan solo ha puesto 595 viviendas que se corresponden con el plan actual, haciendo un total de 7.829 pisos y casas ya en desarrollo.

Por tanto, el Gobierno de Pedro Sánchez necesita pisar el acelerador si quiere llegar al objetivo de 184.000 viviendas en precio o alquiler asequible y salir del atasco en el que se encuentra actualmente el proyecto. Pese a que su plan anunciado el pasado año se encuentra en barrena, el presidente ha insistido en lanzar nuevos planes para facilitar el acceso a la vivienda, como los 2.500 millones de euros de avales a través del ICO durante la campaña de las elecciones gallegas.

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