Economía

Juan Muñoz: “No veo ninguna diferencia entre 'Sálvame' y el Congreso"

Saltó a la fama como cómico de Cruz y Raya. En esta entrevista con 'Vozpópuli' habla de la pandemia, de política y de esas noches en las que a los humoristas les apetece más llorar que hacer reír

  • Juan Muñoz

Hacer reír se ha convertido en una tarea titánica hoy en día, pues las malas noticias agrían el carácter y minan la moral de los ciudadanos. Los humoristas tampoco lo han pasado especialmente bien últimamente, pues una gran parte de los actos sociales ha sido etiquetada como peligrosa, ante la amenaza constante de la covid-19.

Quizá sea una buena idea charlar con un cómico en tiempos de tristeza. ¿Por qué Juan Muñoz? Porque recientemente fue el protagonista de varias noticias por unas declaraciones sobre la situación económica que él mismo considera desafortunadas. 'El rubio' de Cruz y Raya habla en esta entrevista de la pandemia, de su vida, de sus años de vino y rosas; y de la corrección política.

Pregunta: Dijo usted que prefiere morirse de covid-19 antes que de aburrimiento...

Respuesta: La prensa se ha pasado con el titular, como siempre, aunque esas palabras tampoco fueron acertadas. Por eso he pedido y pido disculpas.

P: Se calentó usted...

R: Me calenté, claro, pero bueno, yo lo que quería era defender los negocios y a las personas que trabajan de cara al público, porque si no pueden trabajar se van a ahogar. Creo que tenemos que acordarnos de ellos, de los que no van a poder ni siquiera pagar su seguro de autónomos o trabajar.

P: Le cayó una buena, en cualquier caso...

R: Pues sí, porque juntar en la misma frase la palabra 'morir' con 'covid' fue un error. Y pido sinceras disculpas por eso.

P: Hay quien le ha puesto incluso a la altura de Miguel Bosé...

R: Pero yo no hablé de conspiraciones, sino de realidad. De la gente que está en la calle y lo está pasando mal. Yo mismo tenía este año cuarenta funciones y ha pasado lo que ha pasado. En cualquier caso, ojo, yo con ese vídeo me refería a todos los trabajadores y negocios afectados, no sólo a los de la noche. Hay gente que interpretó mis palabras como una defensa única y exclusiva por mi parte de que abran las discotecas. Ya sabes, siempre aprovechan para lo mismo.

P: ¿Por qué tiene usted esa fama de juerguista?

R: Vamos a ver, a mí me colgaron ese sambenito, como a otros el de gafe. Mira, yo tuve una época de juventud, cuando llegué a Madrid, en plena época de 'la movida', en la que salía mucho. ¡O directamente no entraba en casa! Me juntaba con gente maravillosa, como Joaquín Sabina o Coque Malla. Conocí a mucha gente a la que admiraba y con la que compartía copas.

Yo tuve una época de juventud, cuando llegué a Madrid, en plena época de 'la movida', en la que salía mucho. ¡O directamente no entraba en casa!"

P: Y ya no...

R: ¡Qué va! Mira, llega un momento de la vida en el que todo cambia mucho y uno adopta otros hábitos. Y a mis 54 años no me apetece la noche. Me gusta quedar con un amigo a comer una paella y que a las siete de la tarde cada mochuelo se vaya a su olivo.

P: El nombre del dúo tampoco ayudaba...

R: (Ríe) Claro, es que haberte llamado Cruz y Raya, pues hombre, ¿cómo se iban a resistir a hacer la gracia? Han hecho tantas veces la misma broma que ya ni les contesto. En fin, a mí me gusta la vida tranquila, pero me colgaron el sambenito de la noche y ya sabes lo que pasa...

P: Si es que, al final, uno se da cuenta de que las limitaciones para la juerga las pone el propio cuerpo...

R: ¡Pero sin duda alguna! Mira, a mí el único vicio que me quedaba era fumar y lo dejé hace dos años. El puñetero tabaco me ha tenido enganchado durante 25 años y ahora soy el tío más feliz del mundo. He ganado en salud. La nicotina es mucho más adictiva que el resto de las sustancias y uno ya no es un joven que pueda probar cualquier cosa y se siente inmune. Mira, no, eso ya no, aunque todavía haya alguno que comience a hacer la broma de 'el raya' de Cruz y Raya. De verdad, a ver si algún día les deja de hacer gracia. Ya aburre.

P: El otro día leía sobre la vida de Eugenio y pensaba: ¿por qué hay tantos cómicos que tienen una vida tan trágica?

R: Llega un momento en la vida del cómico en el que la popularidad es tan elevada que no puedes salir a la calle sin que te vean. Te paran por la calle, te piden que les hables... y llega un momento en que te encierras y te deprimes. Te vuelves más reservado. Ahí te da por pensar, por leer, por la música. ¿Qué quiero decir con esto? Que la sociedad parece que nos pide ser cómicos 24 horas; y eso afecta. Nosotros tenemos vida y problemas. El caso de Eugenio es perfecto porque era una persona muy introvertida y creo que esto que te cuento le pudo afectar mucho.

La sociedad parece que nos pide ser cómicos 24 horas; y eso afecta. Nosotros tenemos vida y problemas"

P: ¿Hay veces que uno sale al escenario con abatido, pero tiene que contar chistes?

R: Buff, sucede, sucede... La última vez que me pasó fue en verano. Mira, mi madre vive en Málaga, fui a visitarla porque no la veía desde antes de la pandemia y la verdad es que fue una enorme alegría. Pero el último día, antes de irme, le dio una angina de pecho y tuve que dejarla en urgencias, en el hospital, porque yo me tenía que ir a trabajar a Valencia. Imagina la situación al día siguiente. Estas cosas pasan y hay días en que anímicamente y moralmente no te apetece salir al escenario. Pero bueno, hay que pensar que esto es una profesión y ya está.

P: Me acordé de usted hace un tiempo, cuando el cómico Rober Bodegas hizo una serie de chistes sobre los gitanos y fue muy criticado. Yo creo que no hay ningún cómico en este país que haya imitado más a los gitanos...

R: Ya, pero a ver, todas las cosas que yo he hecho han sido con el máximo respeto. Cuando yo he hecho humor de ese pueblo he hecho una parodia de un personaje, no de todos ellos. Mi personaje era Juan de Dios, que tenía una furgoneta y vendía malacatones. Yo creo que Rober no acertó. Alguno de sus chistes fue de mal gusto. Porque no todas las familias de gitanos son iguales, como ocurre con las del resto del mundo; y generalizar suele ser injusto.

P: Pero sea sincero: ¿cree que un proyecto como su película 'Ja me maten' se lo compraría una productora o le entraría miedo por lo que pudieran decir?

R: De hecho, ya te digo que hay gitanos que me han dicho que haga la tercera parte, que la tengo escrita y que se llama Ja me rematen, que es el final, y la verdad es que no hay mucho interés de ninguna televisión por hacer el proyecto. Pero bueno, yo sí que voy a rematarlo con mi buen amigo José Carabias. Así que el año que viene seguramente ruede un cortometraje, que lo produciré yo y pondremos la guinda al pastel.

P: ¿Ya ha pensado en el argumento?

R: ¡Lo tengo escrito! Mira, empieza con el papa y conmigo en la puerta de casa diciendo que no nos han comprado la última película. Y a partir de ahí empieza la acción.

P: No le oculto que hay una buena parte de la crítica cinematográfica a la que no le gustaron las dos primeras partes...

R: No la entenderían, pero Ja me maten está entre las cien películas más taquilleras del cine español. Mira, el cine es como la música: hay un tipo que va destinado al público más elitista y otra para el resto. Hay cine comercial que le gusta más a la gente de a pie, a la que le gusta ir a la sala a echarse unas risas y que no tiene más pretensión que ésa. ¿Por qué no respetarlo?

P: Supongo que es eso, cuestión de respeto...

R: Es que en este nuevo siglo todo el mundo habla de democracia y respeto, pero a la hora de la verdad parece que todos quieren imponer lo suyo.

En este nuevo siglo todo el mundo habla de democracia y respeto, pero, a la hora de la verdad, parece que todos quieren imponer lo suyo"

P: ¿Se puede hacer ahora humor incorrecto?

R: Mira, yo humor incorrecto creo que ni lo he hecho ni lo hago. Respeto mucho a quienes lo hacen, eso sí. Lo que te puedo decir es que hay muchos gitanos que me dicen que les encantan mis parodias.

P: ¿Cómo recuerda los años de Cruz y Raya desde la distancia?

R: Muy bien. Recuerdo lo bien que me lo pasaba con mi compañero y las cosas tan buenas que hicimos juntos. Creo que es algo que él echará de menos, como yo. Era ir a trabajar y pasarlo bien.

P: Fueron unos cuantos años...

R: Cuando llegamos a Madrid lo hicimos con las maletas llenas de ilusión y vacías de dinero. Y si quieres que te diga la verdad, esos primeros años en la capital, esas tardes nerviosas esperando a que nos llamaran para conseguir un programa de televisión o una entrevista... Eso era tan maravilloso que no lo cambio por nada.

P: Y tuvieron éxito...

R: Luego se convirtió en una profesión y nos pasó como a los futbolistas cuando entran en un gran club. Llegó el dinero y la fama, y cambió todo. Luego la ilusión y la forma de ver las cosas cambia. Y al final todo se desgasta.

P: ¿Es difícil mantener la cabeza sobre los hombros cuando llega el éxito?

R: A mí no me costó y, de hecho, sigo siendo la misma persona y conservo los amigos que tenía antes de ser famoso. Mira, mi madre era portera de un edificio de vecinos en Barcelona y yo me crié en un Gran Hermano. Desde la cocina de nuestra casa veíamos a los vecinos que subían en el ascensor por un cristal. Entonces, estoy acostumbrado a la exposición y a tratar con un montón de gente.

Conozco a algún músico que se ha suicidado. Otros están en el banco de alimentos"

P: Cuando uno trabaja en dúo, ¿es difícil aguantar al compañero de fatigas o que te aguanten?

R: Por supuesto. Es como un matrimonio. Tú puedes admirar y querer a la persona con la que convives y trabajas, pero también tienes tus momentos de bronca. Eso sí, yo te puedo decir una cosa, yo con mi compañero (José Mota) nunca discutí por algo personal. ¿Profesionalmente? Claro que si, pero nunca por cosas personales.

P: Habrá gente que se pregunte cómo han sido sus años posteriores...

R: Pues mira, lo primero que hice fue una gira con una obra de 'comedia del arte', que nunca lo había hecho. Luego empecé a hacer monólogos, monté espectáculos, me llamaron para hacer varias cosas en televisión y muchas no me apetecieron, como irme a una isla con famosos o meterme en una casa. Con Tu cara me suena me lo pasé muy bien, eso sí. Y luego llevo cuatro años en la Dirección de la sala de fiestas del Gran Hotel Gandía Palace. Ahí hago mis espectáculos, hago mi propio show, invito a otros artistas... Es humor familiar.

P: Y La Veneno...

R: Efectivamente, he tenido la oportunidad de trabajar en la serie de La Veneno. Me llamaron 'Los Javis' y eso es lo último que he hecho.

P: ¿El arte peligra si con la pandemia no se toman las medidas políticas acertadas?

R: Los que somos artistas nos hemos reinventado. Yo, por ejemplo, he hecho un canal de YouTube y tengo redes sociales. Aunque claro, eso no nos reporta nada económicamente. Quiero recordar que hay un montón de gremios que dependen de nosotros: los transportistas; los técnicos de luz y sonido; la gente que limpia el teatro, los feriantes...y no sé qué va a suceder con ellos. Y el vídeo polémico que hice el otro día también iba en defensa de ellos. Aquí hay que poner una solución porque nos vamos a morir; no sé si de asco o de pena. No lo sé.

Aquí hay que poner una solución porque nos vamos a morir; no sé si de asco o de pena. No lo sé"

P: La cosa está muy mal...

R: Es que yo conozco a algún músico que se ha suicidado. Otros están en el banco de alimentos. Eso está sucediendo en todos los gremios. Hay que buscar alguna fórmula para que la economía no se estanque. ¡Es que ni siquiera se sabe si vamos a poder comernos las uvas en compañía!

P: ¿Cree que los políticos han estado a la altura?

R: Yo creo que no lo ha estado ninguno. Mira, yo no soy de ningún partido. Yo creo que en las buenas ideas y en las buenas personas; y creo que últimamente hay muy poco de cada cosa. Había un político al que siempre admiré, que era don Julio Anguita. Eso no me sitúa ni de un lado ni de otro; me sitúa al lado de un intelectual que sabía muy bien cómo hacer política. Y hoy en día la verdad es que no veo ninguna diferencia entre 'Sálvame', 'El Chiringuito de jugones' y el debate sobre el estado de la nación.

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