Sanitatem

La relajación de los jóvenes ante el virus preocupa: "El mensaje que les ha llegado es que el virus sólo mata a los mayores"

Los expertos piensan que no hay que "criminalizarles"; los adolescentes no se ven a sí mismos como un riesgo, salvo que hayan tenido contacto directo con la enfermedad

  • Varios jóvenes con mascarilla consultan sus teléfonos móviles.

La 'nueva normalidad' ha traído nuevas preocupaciones en forma de rebrotes. Algunos, como ha sucedido en Huesca, entre adolescentes cada vez más relajados, que organizan fiestas o botellones donde, ni guardan la distancia de seguridad, ni usan mascarillas. Las voces consultadas por Vozpópuli lo atribuyen a varios factores: "percepción cero de riesgo" propia de la edad (en el caso de los adolescentes); no tienen miedo porque piensan que ellos no van a enfermar (el mensaje que les ha llegado es que el virus sólo mata a los mayores) y tampoco creen ser un peligro, a la hora de transmisión, para los adultos. Además, en su realidad no conciben que pueda volver a producirse una pandemia y encerrarse en casa. 

"El adolescente bebe y conduce porque cree que el accidente le ocurre a otro. En este caso, con la covid, se aplica igual, es la percepción de riesgo cero ya propia de la edad", señala Soraya Bajat Palacios, Jefa del Servicio de Psicología del madrileño Hospital de la Zarzuela cuando este digital recaba su opinión sobre una conducta de riesgo que, precisa, ve a diario en la calle con adolescentes y jóvenes .

Bajat Palacios no muestra sorpresa ante ese comportamiento. Lo analiza de la siguiente manera: "Ellos vieron todo lo que pasó con la pandemia pero no lo han registrado. El mensaje con el que se han quedado es: esto no afecta a personas jóvenes, la gente joven (entienden que ser joven es tener menos de 25 años) no muere. Por tanto, esto a nosotros no nos afecta", añade.

Tampoco les ha llegado el mensaje de que precisamente ellos, a pesar de que si cursan la enfermedad es de forma muy leve o asintomática, sean uno de los grupos de edad que más brotes originan. "Mira que se ha insistido, pero eso tampoco lo han escuchado. No piensan que sean un riesgo. Ni que, aún siendo asintomáticos, puedan contagiar. Ellos sólo han registrado que están bien", señala la Jefa de Psicología del Hospital de la Zarzuela.

Una fiesta, el origen del brote de Huesca

El miedo a que este tipo de comportamientos provoquen rebrotes está justificado. Algunos de los que se están experimentando ya han tenido su origen en fiestas o botellones. Es el caso del que está teniendo lugar en Huesca que ha provocado que al menos cuatro comarcas tengas que retroceder de golpe a la fase 2. En particular, se reparte en cuatro localidades: Bínefar, Zaidín, Fraga y Monzón. Se cree que el foco de Bínefar podría tener su origen en un botellón al que acudieron varios jóvenes que trabajaban en la misma empresa hortofrutícola de Zaidín, el núcleo del foco.

De hecho, según comunicó hace poco el alcalde de la localidad aragonesa, Alfonso Adán, ya están trabajando en poner en marcha un programa de concienciación dirigido a los jóvenes del municipio ante posibles repuntes de casos. Se han planteado hasta contratar "informadores jóvenes" para que les adviertan sobre posibles fiestas masivas durante los próximos días.

La pasada noche del martes, noche de San Juan, se tuvieron que disolver varias fiestas ilegales por todo el país. En Vizcaya, al menos tres menores tuvieron que ser atendidas en el Hospital de Urduliz en Vizcaya tras participar en un botellón. En Cádiz, las autoridades policiales tuvieron que desalojar la playa de Santa María debido a la aglomeración de jóvenes que se habían reunido allí a celebrar San Juan, lo que ha provocado una reprimenda por parte del subdelegado del gobierno de la ciudad, José Pacheco.

"Si la lías, nos lías a todos"

En Valencia, la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública ha lanzado una campaña dirigida al público joven con la que pretende advertir de los riesgos que conllevan las aglomeraciones. Bajo el lema "Si la lías, nos la lías a todos", el cantante Nyno Vargas pone voz e imagen a un vídeo en el que pretenden acercar esta advertencia a los adolescentes.

Desde la Generalitat catalana, según advertía hace unos días en una entrevista con TV3 el director general de Profesionales de Salud, Marc Ramentol, están muy preocupados por el aumento de contagios que se está detectando en jóvenes de entre 15 y 29 años. Ramentol lo atribuía a "su forma de socializarse, más cercana entre ellos".

"Yo los observo mucho y van todos sin mascarilla. También me he dado cuenta de que las chicas están más pendientes de los riesgos. Solo cabe insistir. Ser machacones con el mensaje, sin olvidar que hay padres que consienten esas actitudes porque ellos mismos lo están haciendo. Lo cierto es que hablamos de una generación más inmadura y de padres más permisivos de lo que eran los nuestros, donde la adolescencia cada vez se alarga más: hasta que se independizan de casa ", señala la psicóloga Soraya Bajat.

Bajat aplaude iniciativas como la de Valencia en la que sean personajes populares, con influencia entre los más jóvenes, quienes intenten que el mensaje les llegue. "Sólo así les puede llegar algo más, tampoco mucho más", admite y alude a famosos que no son precisamente un ejemplo a seguir. Alude al caso del tenista Novak Djokovic, que ha dado positivo en coronavirus.

Los hijos de sanitarios, más concienciados

Lo que sí ha notado Soraya Bajat es que la conducta es radicalmente distinta en hijos de sanitarios o de personal que ha estado directamente implicado en la lucha contra el coronavirus. O, añade, entre quienes tienen en su familia a un enfermo crónico grave o ha fallecido alguno de sus padres con la enfermedad. "Ahí se han 'adultizado', tienen una importante conciencia del riesgo. El resto, no", insiste. 

Por eso, señala, no ven como una realidad un nuevo rebrote. "Creen que es imposible. Y si lo hubiera, sería entre septiembre/octubre, que es lo que escuchan, así que no les preocupa. Piensan: 'Fenomenal, así no volvemos a clase'. Si hubieran oído que la amenaza de un nuevo rebrote y volver a encerrarse fuera en agosto, cuidado que sería diferente, pero ahora están disfrutando del verano sin pensar en más". 

Jóvenes que alertan a otros jóvenes

Pero no todo es negativo. La psicóloga alaba el comportamiento que los más jóvenes han tenido durante el confinamiento y cómo lo han aceptado. Eso sí, gracias a las nuevas tecnologías, que les han permitido no aislarse de su entorno.  

"Es verdad que la palabra adolescencia conlleva esa falta de percepción del riesgo, es propio de criaturas en proceso de crecimiento. Pero creo que hay chicos y chicas con gran variedad. No se pude meter a todos en el mismo pool", precisa la doctora María Sainz, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, del Colegio Oficial de Médicos de Madrid. Coincide en que habría que reflexionar sobre el mensaje que se les ha hecho llegar respecto a que el coronavirus es sólo peligroso para las persona de más edad. 

La epidemióloga lo comprueba cada año a través del 'Programa de formación de agentes jóvenes en educación para la salud', que dirige y donde, asegura se encuentra a jóvenes "muy comprometidos" que, en la línea de lo planteado por el alcalde de la localidad aragonesa de Bínefar podrían actuar como "líderes de grupo e influir en que se mantenga el distanciamiento, que no se achuchen, no se besuqueen, en un lenguaje que ellos entiendan perfectamente".

"No hay que criminalizarles. A los que lo incumplan, incluso plantearse sanciones. Pero como esto afecta a toda la comunidad hay que tirar de los que tienen sentido de la responsabilidad y los hay que lo tienen desde muy niños, que pueden hablarles del lavado de manos, del distanciamiento... Ahora la pelota está en el tejado general, y hay que fomentar que hagan ese juego de liderazgo", apunta. 

Lo que no puede ser es que nieguen la existencia del virus o que pueda afectar a otros que no sean su familia", dice la doctora María Sainz

Lo que no puede ser, admite, es que nieguen la existencia del virus o que pueda afectar a otros que no sea su familia. La doctora Sainz , aprovecha, para denunciar la falta de profesionales en salud pública que ha habido hasta el momento y ahora se ha puesto en evidencia. "Ahí hay un agujero. Somos necesarios en la comunidad, no sólo los profesionales clínicos", apunta.  

No descargar toda la responsabilidad en ellos

"Tampoco podemos descargar toda la responsabilidad en ellos, no sería justo", asegura a Vozpópuli el policía, escritor y conferenciante motivacional Javier Ramón González, más conocido como Espíritu González quien, admite, aún siendo "una persona muy positiva, siempre lo he sido, y no voy a dejar de serlo", siempre queda la preocupación por "volver a retroceder". 
González, mando de la Policía Local, de Cartagena (Murcia), recuerda "momentos muy duros en el habitáculo del coche de policía, haciendo mil y un controles para evitar los desplazamientos, llegando incluso a visitar a las personas que estaban enfermas para comprobar que guardaban la cuarentena, mientras escuchábamos en la radio cómo la lista de fallecidos se multiplicaba por momentos.
"'Recordaremos al virus siempre' o 'quizá esto sea lo más duro que vivamos en nuestras vidas' eran dos de las frases que más compartíamos con nuestros compañeros en el patrulla o con nuestras amistades y familiares", señala el policía quien piensa que los ciudadanos pueden "hacer mucho para evitar rebrotes, pero no creo que todo esté en nuestras manos". Lo peor, y lógico a la vez, señala es que, a medida que avanzan los días, parece que "nos vamos relajando". Con la nueva normalidad, asegura, a los policías "nos resulta más difícil atajar con contundencia las irresponsabilidades que se siguen cometiendo". 

En los jóvenes es donde se ven algunas de las negligencias más grandes", asegura el policía Espíritu González

Espíritu González apunta al alcohol como "el peor enemigo de la responsabilidad. Aunque creamos que somos capaces de controlarlo todo, cuando nos tomamos dos cervezas perdemos el miedo y el respeto al virus, y por ahí puede venir otro de los peligros. Es cierto que la población en general parece que cada vez se conciencia más sobre el uso de mascarilla, pero todos sabemos que es muy difícil llevarla varias horas seguidas sin tener ni un sólo despiste. En los jóvenes es donde se ven algunas de las negligencias más grandes. Podemos observar grupos de niños que pasean todos con su mascarilla, y en la siguiente manzana, otro grupo de adolescentes que la llevan en el codo", indica.  

Pueden ser el origen de la mayoría de los brotes 

Gran parte del problema se centra en el hecho de que los jóvenes son uno de los colectivos que menos sufre la covid-19, ya que apenas les afecta y muchos de ellos no llegan a desarrollar síntomas, por lo que si se contagian pasan desapercibidos. La pregunta que puede surgir, por tanto, es la siguiente: si lo sufren menos, ¿hasta qué punto pueden suponer un riesgo en materia de contagio?

De acuerdo con un estudio japonés publicado la semana pasada en la revista científica de Emerging Infectious Diseases y recogido por el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, son precisamente los jóvenes los que originaron la inmensa mayoría de los focos que expandieron el virus por el país asiático. 

Según un reciente estudio, los jóvenes de entre 20 y 29 años generaron un 27% de los brotes de covid-19 en Japón

En particular, de acuerdo con las conclusiones de este estudio, los jóvenes de entre 20 y 29 años generaron un 27% de los brotes de covid-19 en Japón. Los adultos de entre 30 y 39 años originaron otro 23% de los focos, por lo que juntos causaron en torno a un 50% de todos los brotes analizados.

De esta manera, los investigadores advierten sobre el riesgo de no mantener las medidas de distancia social incluso cuando una persona no aparenta estar infectada, ya sea asintomática o se encuentre en periodo de incubación. Y es que otra de las conclusiones a las que han llegado es que en aquellos casos donde se ha podido determinar cuándo empezaron los síntomas, en al menos un 56% de los casos el paciente cero aún se encontraba en fase presintomática y por tanto, ni siquiera se encontraba mal.

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