El comisario José Luis Olivera, también conocido como “el Oli” por su amigo Villarejo, fue uno más en la fiesta que presidió el ministro Fernando Grande-Marlaska este miércoles con motivo del 196 aniversario de la Policía Nacional. El acto tuvo lugar en un edificio del complejo policial de Canillas con la presencia de decenas de uniformados. Tras los discursos de rigor, luego hubo un catering donde este comisario de confianza de Villarejo pudo departir amistosamente con sus excompañeros a pocos metros del ministro y su equipo.
Olivera ni siquiera está ya en la Policía. Ha cambiado las esposas por los balones. Hace unos meses le fichó la Real Federación Española de Fútbol que preside Luis Rubiales. Su presencia en la fiesta del Cuerpo fue muy comentada en los corrillos. Para algunos era una presencia incómoda. Olivera, quien lo fue todo en la Policía, se ha visto salpicado por la estrecha relación que mantuvo durante años con el excomisario Villarejo, en prisión provisional por delitos que van desde el cohecho a la organización criminal.
Habitual en los audios del excomisario
Son muchas las cintas del polémico mando que han visto la luz desde que se iniciaron las pesquisas en las que se alude a José Luis Olivera como uno más. Tanto Villarejo como el también comisario Enrique García Castaño hablaban de él como alguien a quien poder acudir, incluso para pedirle información. El abogado de Villarejo aportó como prueba de que su cliente tenía un estatus especial en el Cuerpo un correo remitido por el propio Olivera que así lo refrendaba.
Villarejo llegó a ofrecer los servicios de Olivera al PP para torpedear el caso Gürtel. Olivera era entonces responsable de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), el ariete de la Policía Nacional contra la corrupción. A pesar de esa relación con Villarejo, Olivera no está investigado en ninguna de las más de veinte piezas separadas del caso Tándem.
Considerado un policía afín a Rubalcaba, el PP le apartó de la UDEF en 2012 tras la victoria de Rajoy. Sin embargo, con el tiempo se ganó la confianza del ministro Fernández Díaz. Tres años después le puso al frente del CITCO, la macroestructura de Interior que investiga el terrorismo y el crimen organizado. Su nombre llegó a sonar para director adjunto operativo de la Policía tras la jubilación de Eugenio Pino.
Es normal que los comisarios ya retirados que han tenido altas responsabilidades en la Policía sigan acudiendo a este tipo de actos. Pueden ser invitados por el Cuerpo o sus excompañeros. No obstante, algunos de los que se han visto salpicados por las revelaciones del caso Villarejo han dejado de asistir. Es el caso de Enrique García Castaño o Eugenio Pino, dos habituales años atrás. Olivera fue cesado del CITCO precisamente al poco de llegar Grande-Marlaska al Ministerio. Este miércoles, ambos volvieron a coincidir.