El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, acumula varias jornadas de reuniones con colectivos sociales. El objetivo de las entrevistas es armar una propuesta que desbloquee la investidura. La mayor parte de las asociaciones define estos encuentros como una "escenografía" algo desorganizada. Hay un relator que toma nota de lo que se dice y un único turno de palabra de tres minutos para los asistentes.
Educación, sanidad, despoblación, autónomos, ecologistas o sindicatos. Sánchez se está reuniendo o se va a reunir con todos ellos. El líder del PSOE ha iniciado simultáneamente los contactos con los grupos minoritarios del Congreso y despachará con el rey Felipe VI este miércoles en el palacio de Marivent (Palma de Mallorca).
La propuesta final que perfila el jefe del Ejecutivo le permitirá argumentar ante la opinión pública que 150 colectivos o más (de 15 a 20 por encuentro) han participado en la elaboración del documento final. Sánchez quiere utilizarlo como base de un programa de la sociedad civil para negociar con Podemos.
Cuota de "fuego amigo"
La organización de las reuniones está siendo un poco caótica, en parte por las fechas veraniegas. Las asociaciones son avisadas con distintos margenes de la fecha y la hora, y se les indica el lugar la víspera. El PSOE ha evitado tanto Moncloa como su sede de la calle Ferraz en Madrid para reforzar el concepto de diálogo con la sociedad civil.
La elección de los colectivos corre a cargo del partido. Todos coinciden en que hay una cuota de "fuego amigo". Y que se trata de no dejar fuera a nadie, aunque es imposible contentar a todos. Se han producido algunas quejas.
Según ha sabido Vozpópuli, las reuniones -que se celebran a puerta cerrada- comienzan con una intervención de Sánchez. El presidente se ciñe al tema en cuestión y no ofrece pistas sobre si habrá o no Gobierno. En todo caso, da por hecho que la idea es poner en marcha el programa a partir de septiembre.
A continuación se da un turno de palabra de tres minutos al portavoz o representante de cada organización. Hay cierta manga ancha si alguien se excede. Los colectivos tratan de condensar sus reivindicaciones en ese tiempo. Un relator toma nota de todo lo que se habla. Y el propio Sánchez, dicen algunos asistentes, también coge apuntes.
Una "escenografía"
El presidente está acompañado por técnicos del partido y del Gobierno por si alguien le hace alguna pregunta concreta. Si no puede responderla trata de remitir al Ministerio correspondiente.
Los participantes coinciden, más o menos en general, en que se trata de una "escenografía". Lo que cuenta, dicen, es lo que se haga a partir de que se forme Gobierno o haya Presupuestos. Pero tampoco quieren renunciar a trasladar sus inquietudes al presidente en persona. Y pasarle factura si incumple.
Sánchez ha empezado a compatibilizar esta agenda con entrevistas políticas. A Compromís le seguirá el PNV. No está definido cuando lo hará con Podemos. Sánchez y el líder morado, Pablo Iglesias, no han mantenido nuevos contactos.