La Justicia francesa ha dejado en libertad bajo control judicial al histórico dirigente de ETA, Josu Ternera, detenido hace solo unas semanas después de 17 años huido y tras protagonizar diversas fugas cuando las fuerzas de seguridad le pisaban los talones. No es la primera vez que las autoridades galas adoptan una decisión en este sentido. En 2010 ya excarcelaron a David Pla Martín, que había sido detenido en el marco de una investigación contra el entramado de abogados de la banda. El terrorista aprovechó para fugarse y acabó siendo el jefe de la organización criminal.
Pla, de origen navarro, había sido arrestado en Hendaya el viernes 16 de abril de aquel año y solo dos días después fue puesto en libertad tras pasar a disposición judicial porque Francia consideró que no existían suficientes pruebas contra él. Eso a pesar de que desde el Ministerio del Interior que entonces dirigía el fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba ya tenían pruebas suficientes para acreditar que era uno de los "hombres fuertes" del aparato político de la banda terrorista y el máximo responsable de la estructura de apoyo a los presos de ETA.
Según Interior, Pla lideraba ya entonces una estructura orgánica denominada Halboka, siglas en euskera de 'Hornak Apurtuz Laster Borrokalariak Kalea (Rompiendo las Paredes Pronto los Luchadores a la Calle)". Esa estructura se encargaba de gestionar todas las actividades del colectivo de presos, incluida la defensa de etarras y dirigentes de la izquierda abertzale. Pla fue detenido en aquella operación en la que fueron detenidos en España otros diez componentes de este grupo, entre ellos varios abogados.
Operación de Grande-Marlaska
Se les acusaba de ser los transmisores de los mensajes de ETA en la prisiones. Entre otras misiones tenían la labor de evitar las deserciones en el siempre férreo colectivo de presos terroristas. La operación de Halboka estuvo dirigida desde la Audiencia Nacional por el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. David Pla, sin delitos de sangre, ya estaba desde hacía tiempo en el foco tanto de la Policía como de la Guardia Civil y su puesta en libertad generó un gran malestar entre los expertos en la lucha antiterrorista.
El ministro Rubalcaba declaró que acataba y respetaba la decisión judicial pero afirmaba que lograrían aunar indicios suficientes contra él: "Vamos a seguir trabajando para presentar pruebas, porque creemos saber cuál es el papel que este señor jugaba en la banda terrorista". Pla, en cambio, pasó a la clandestinidad y acabó siendo el jefe del aparato político dentro un comité de dirección (Zuba) que integraban también Iratxe Sorzábal e Izaskun Lesaka. Esta es la cúpula que decidió decretar en 2011 el alto el fuego definitivo.
Detenido en Baigorri
Pla no sería detenido de nuevo hasta el año 2015 junto a la también dirigente de ETA Iratxe Sorzábal en una casa rural de la localidad vascofrancesa de Baigorri. Entre medias había sido uno de los representantes de la banda en Oslo donde esperaban una negociación a la que se había comprometido el Gobierno socialista antes de perder el poder en las elecciones de noviembre de 2011. El nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy nunca acudió a ese diálogo y la delegación etarra -entre la que también estaba Josu Ternera- abandonó Noruega.
Fuentes de la lucha antiterrorista creen que Pla todavía desempeñó desde la cárcel un papel de influencia y asesoramiento respecto a los siguientes movimientos de la organización como la escenificación del desarme llevada a cabo en 2017. El último paso ya fue la disolución definitiva el año pasado.
David Pla Martín salió de la prisión parisina de Osny el pasado 18 de abril tras cumplir la condena de cinco años de cárcel que le impuso el Tribunal Correccional de París. Se encuentra a la espera de que se resuelva una euroorden de 2011 activada por España por lo que permanece bajo control judicial, según informó el colectivo de apoyo a presos de ETA, Etxerat.
