Política

Podemos renuncia a la presidencia del Congreso para pelear por los ministerios

Pablo Iglesias teme que Pedro Sánchez use los cargos institucionales como trampa para forzarle a apoyar la investidura y que llegue una oferta de última hora que involucre a Irene Montero

  • Pablo Iglesias en un desayuno informativo en Madrid.

Pablo Iglesias ha decidido perder el primer set de la negociación con Pedro Sánchez pero solo para ganar el match ball de la coalición de gobierno. La formación morada amagó con hacerse con la presidencia de la Mesa del Congreso (llegó a pedírselo a Sánchez, según fuentes de Podemos), pero ahora ha decidido pisar el freno. Teme que los socialistas le estén tendiendo una trampa: ofrecer sillones de ámbito institucional a cambio de su exclusión del Ejecutivo. Esa maniobra ataría las manos al secretario de Podemos, dejándole sin argumentos ante un posible rechazo de la investidura.

La estrategia se dirige a la opinión pública. Podemos no quiere que sus movimientos se interpreten como una lucha por los sillones. Y que los socialistas utilicen la presencia de miembros de Podemos en lugares de peso institucional para señalarles como responsables de un posible fracaso de las negociaciones. Eso arrinconaría a Iglesias y le impediría utilizar el argumento de que sin miembros de Podemos no habría garantías de un “cambio real”.

“La dirección dijo que teníamos el control de la Mesa”, comentan varios dirigentes del partido morado, que este martes se mostraron poco sorprendidos por el giro que está tomando la negociación de la mesa del Congreso. A menos de cambio de última hora, Podemos dejará que los socialistas se hagan con la presidencia (Carmen Calvo y Margarita Robles son los nombres más sonados) y que ellos tengan el mismo peso del PP y Ciudadanos, con dos asientos. Gloria Elizo, que también estuvo en la mesa de la última legislatura, lideraría el equipo de los morados.  

Decisión reciente

La decisión se tomó en los últimos días, explican en la formación morada, cuando el equipo de Podemos decidió rebajar sus exigencias por el temor a que Sánchez usara la presidencia del Congreso como antídoto a un ejecutivo rojo-morado. Fue en el mismo momento en que Iglesias barajó la consulta entre las bases como última carta para abstenerse en la investidura en el que caso de que la sangre llegue al río, como desveló Vozpópuli.

La política española se adentra en un difícil escenario. El Parlamento fragmentado obliga a las formaciones políticas a llegar a acuerdos. Sin embargo, en países más acostumbrados a ello se suelen determinar dinámicas bipolares antes del voto. Aquí, en cambio, los vetos cruzados del multipartitismo amenazan con paralizar todo el sistema político. Y en este caso a repetir las elecciones: una opción que asustaría más a Sánchez que ha Iglesias, según Podemos.

Irene Montero en el Congreso de los Diputados

La opción Irene Montero

“Pablo está dispuesto a todo para obtener ministerios”, comentan algunos dirigentes destacados de la formación, que añaden: “La frágil situación interna y la voluntad de garantizar el relevo a Irene Montero le obligan a entrar en el ejecutivo”. La propia Montero comentó en el Congreso que su intención es avanzar en un “plan de gobierno completo que implica definir cuál es el Consejo de Ministros, cuáles son las estructuras que vienen en cada ministerio, y por supuesto el plan a nivel programático”.

“Todo eso es un plan que tiene que negociarse de forma conjunta", remarcó este martes Montero, cuyo nombre se ha llegado incluso a barajar como posible última oferta de Sánchez para la presidencia del Congreso. Una idea que representaría una manzana envenenada para Podemos y que Sánchez podría desvelar a última hora para ubicar al partido morado en una difícil encrucijada. La mesa ordena los gastos de la Cámara baja y su presidente es la máxima autoridad de las Cortes y la tercera autoridad más importante del Estado.    

Búsqueda de interlocutores

A la espera de que se resuelva el asunto (la formación de la mesa será el día 21 de mayo), Podemos va al contrataque. La dirección morada está convencida de que el PSOE está dividido entre aperturistas y los que consideran que sería un suicidio brindar a Iglesias la posibilidad de destacar con tan solo 42 escaños.

La diputada socialista Adriana Lastra en el Congreso

Los puentes de momento están abiertos sobre todo con el grupo de fieles al presidente en funciones, entre cuyas filas destaca el nombre de Adriana Lastra, figura sólida del sanchismo y dirigente que ha negociado con Montero los puestos en la mesa del Congreso. Ella podría revelarse una de las palancas para convencer a Sánchez de que sin gobierno de coalición no habrá investidura.

Iglesias también confía en que Sánchez no se mueva como el “PSOE tradicional”. Y que su ambición de poder acabe decantado la balanza a favor de los morados. Podemos quiere ministerios de peso y cargos altos (secretarías de Estado y direcciones generales) en varios departamentos, lo que se ha conocido como la opción valenciana. Esta fue la promesa que Sánchez le hizo a Iglesias a una semana de los comicios generales del 28 de abril, aseguran en Podemos, y que el líder del partido morado está decidido en cobrar. 

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