Se avecinan cambios en el mundo de los autónomos. O eso parece después de que la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, avanzara el lunes que el Gobierno estudia que los trabajadores por cuenta propia contribuyan al Estado en función de sus ingresos reales, hasta ahora libres de elegir su base de cotización entre un mínimo y un máximo estipulado.
Este sistema permite que la mayoría de los autónomos opte por aportar el mínimo legal (ahora 278,87 euros al mes), independientemente de sus ingresos; recortando la recaudación de la Seguridad Social y, consecuentemente, su futura pensión por jubilación. Este es el punto que la Subcomisión del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) se empeña en solucionar.
Ya a principios de año se expusieron diferentes fórmulas para modernizar el sistema, entre ellas la que contempla ahora el Gobierno, propuesta por UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), de duplicar la base mínima (de 918 euros a, al menos, 1.840 euros) de aquellos que ganen más de 40.000 euros netos anuales.
Esta reforma pone el foco en hacer el sistema más “justo” y que la cotización se ajuste lo máximo posible a los ingresos del autónomo, según el presidente de UPTA, Eduardo Abad. Se trata de un modelo basado en tres estadios de cotización: el de los trabajadores que no llegan al Salario Mínimo Interprofesional (10.302,60 euros al año); los que no alcanzan los 40.000 euros anuales netos, el grueso de los autónomos; y aquellos que ingresan más de esa cifra.
Los autónomos que no alcanzan el Salario Mínimo tendrán una tarifa especial como la actual de 50 euros
Para los primeros, y con la finalidad de rebajar su carga de cotización, proponen “una tarifa especial” como la actual de 50 euros, de la que disfrutan los nuevos autónomos durante su primer año. Esta ayuda sería temporal, hasta que eleven sus ingresos pasen a otro tramo. La propia ministra hablaba de este colectivo como la razón de ser de la posible reforma: “Están sobrecotizando. No es razonable es que un autónomo que un mes tiene unos ingresos de 150 euros tenga que pagar esa cuota de 300".
El segundo grupo, aquellos que están por encima del SMI pero por debajo de los 40.000 euros anuales, se quedaría como está. “Que sigan eligiendo entre la base mínima y la base máxima estipulada cada año”, propone el secretario general de UPTA. Distinta sería la situación de los que superen esos ingresos, a los que se les impondría “una base mínima de cotización de 1.840 euros, justo el doble de la que tenemos todos los autónomos hoy”.
Abad explica que su propuesta fue la que más respaldo tuvo en el seno de la Subcomisión y reconoce haber mantenido conversaciones no sólo con el PSOE sino con el resto de grupos parlamentarios. “Prácticamente todos se han comprometido a transformar el informe que realice la Subcomisión del RETA en una Proposición de Ley. A partir de ahí, con la participación de todos, se definirá la fórmula adecuada”, asegura.
Prestaciones del autónomo
Magdalena Valerio aprovechó la ocasión para repasar otros puntos, como la prestación por cese de actividad, el paro de los autónomos, el ‘talón de Aquiles’ de este colectivo. “Los requisitos para acceder a ella son muy difíciles, por lo que en estos momentos se está recaudando más por cotizaciones de lo que se reparte por prestaciones”, decía.
El trabajador por cuenta propia debe cotizar un 2,2% más durante los doce meses inmediatamente anteriores si quiere estar cubierto, pero no está obligado a hacerlo. Abad critica que no sea un “sistema solidario” en el que los que mejores condiciones tienen colaboren con los desempleados; como ocurre con los trabajadores por cuenta ajena, que contribuyen sin distinciones.
UPTA quiere que los autónomos puedan incrementar su cotización a final de año para generar más pensión, pero con incentivos fiscales
Pero ésta no es la única prestación que preocupa. Otro asunto importante es la jubilación del autónomo. Al aferrarse la mayoría a la base mínima de cotización, la pensión que les queda es muy baja. Por eso, Abad pide que al final de cada ejercicio, el trabajador pueda hacer una aportación extra con incentivos fiscales, como ocurre con los planes de pensiones privados. “Es incomprensible que el sistema público, que es de todos, tenga peores condiciones fiscales que los planes privados”, dice.
UPTA también tiene su particular propuesta para facilitar la incapacidad temporal cuando el autónomo esté enfermo y necesite la baja. Como en el caso de la jubilación, “los autónomos que cotizan por la base mínima tienen una prestación baja y, además, tienen que seguir pagando la cuota cada mes; por lo que la mayoría acaba por no acogerse a ella”, explican. Por eso, proponen bonificar el 100% de la cuota durante la baja laboral, es decir, que sea el Estado quien pague la cuota del autónomo durante esos meses.