El último gran unicornio europeo ya está bajo las astas del toro de Wall Street. Spotify comenzó a cotizar este martes en la Bolsa de Nueva York (NYSE) mediante un sistema atípico por el que su precio lo fijaba la oferta y la demanda de ese día y no los "colocadores" tradicionales.
Este proceso, sumado a las dudas actuales que existen en le mercado sobre las tecnológicas, produjo que su cotización tardara casi tres horas en fijarse, que sería finalmente de 169,5 dólares por acción, un 26% superior a la establecida por el NYSE, que la valoraba en los 132 dólares por título. Finalmente, la compañía cerró su jornada más corta a un precio de 149,60 dólares, lo que supone una capitalización bursátil de unos 26.500 millones de dólares.
Este precio ha demostrado que sigue habiendo apetito inversor por las tecnológicas, que también se sintió en la salida a Bolsa de Dropobox el pasado mes de marzo. Fue menos mediática, pero la compañía cerró su primera jornada con una subida del 35,6%, hasta los 28,5 dólares por acción.
Esta es una tendencia muy habitual en las grandes OPVs de compañías de este tipo. El día en que Snapchat salió a Bolsa los inversores también se frotaron las manos y se lanzaron a comprar como si no hubiera un mañana. La compañía que está detrás de la app de fotos efímeras se revalorizó un 44% en su primer sesión, hasta los 24,48 dólares. Ahora, su acciones cotizan con un descuento de 10 dólares, sobre los 14.
No obstante, para rally bursátil el de Twitter, la empresa ganó más de un 72% en su estreno. Google, por otro lado, también vivió una puesta de largo dulce, con un repunte de sus acciones del 18%, hasta los 100 dólares tras cambiarse más de 22 millones de acciones en una sola jornada. Así, la única gran tecnológica que tuvo un comienzo discreto fue Facebook, que cerró casi plana su primera sesión, con una discreta subida del 0,97%, hasta los 80.000 millones de valoración. Cabe destacar que ahora es una de las empresas con mayor capitalización bursátil del mundo, a pesar de los golpes que ha sufrido durante las ultimas dos semanas.
Aún así, las compañías de este tipo nos han enseñado que esto no es como se empieza, sino cómo de disruptiva puedes llegar a ser y la mejor muestra es la de Netflix. Comenzó a cotizar hace algo más de 15 años a un precio de 15 dólares por acción, que la situaba con una capitalización bursátil de 300 millones de dólares. Ahora, el gigante de videos en streaming vale 128.000 millones de dólares.