"Llegamos al campo de concentración de noche, en pleno invierno, tras un largo viaje en un tren para ganado, sin agua, sin aire,... cuando nos sacaron del vagón pensamos que nos iban a fusilar, pero no lo hicieron, fue mucho peor..."
Así comienza el relato de José Marfíl Peralta, deportado número 12342 de Gusen, uno de los "Últimos españoles de Mauthausen", esos miles de compatriotas que acabaron en un campo de concentración gracias a las gestiones del cuñadísimo — y ministro de la Gobernación franquista— Ramón Serrano Suñer.
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La mano derecha de Franco consiguió convencer a Hitler, tras una visita en septiembre de 1940, para que deportara a todos los prisioneros [rojos] de guerra españoles a los campos de concentración del Reich. Era su sentencia de muerte.
"Son las 4 de la mañana, los prisioneros están ya despiojados y uniformados con el famoso 'pijama de rayas'. El capitán del campo de Mauthausen les ofrece su bienvenida:"
"El capitán comenzó su discurso: 'Todos los que habéis entrado por esa puerta saldréis por allí'... señalando la chimenea del crematorio", cuenta Marfil Peralta en el documental Deportado 4443.
70 años después de todo aquel sufrimiento la memoria de todos estos ciudadanos españoles que fueron testigos del Holocausto ha sido rescatada en un expendido trabajo del periodista Carlos Hernández de Miguel, sobrino del deportado 4443.
Un libro, una página web, un documental, una cuenta de Twitter que 'resucitó' minuto a minuto la experiencia del cautiverio de Antonio Hernandez y ahora, en colaboración con el ilustrador Ionnes Ensis, un libro con 250 dibujos que intentan 'dar vida' a todo ese 'olor a muerte' del exterminio nazi.
"Consciente de que el libro no alcanzaría a todos los públicos, realicé diversas acciones en Internet para que la historia interesara, especialmente a los más jóvenes." Cuenta Carlos sobre @deportado4443 en el prólogo del nuevo libro "Deportado 4443. Sus tuits ilustrados." Ediciones B. Abril 2017.
Tal fue la labor de documentación e investigación del periodista que mientras la cuenta de Twitter iba narrando en tiempo real las penurias del prisionero 4443 muchos de esos jóvenes lectores preguntaban al periodista por datos de sus familiares.
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El nuevo libro de Carlos y Ioannes es una puñalada. No hay espacio a la invención, una descripción y narración cronológica hecha desde el rigor histórico y cimentada en miles de horas que el equipo ha dedicado al dibujo y a la documentación. El propio ilustrador nos cuenta cómo ha sufrido lo indecible por sacar adelante las 250 ilustraciones que dan forma a los tweets de @deportado4443.
"Había días que tenía que dejar de dibujar. Acababa llorando por la intensidad y la emoción de lo que tenía entre manos"
El libro es una inmersión traumática en la memoria de la madre de todos los horrores y errores históricos con un lenguaje visual fácil y directo. Te sientes allí. Se huele la podredumbre, la muerte. Hay pocas palabras, las suficientes. La profundidad de una ignominia dibujada en las cuencas hundidas de todos esos famélicos prisioneros. Recordar la historia y subrayarla como sus costillas para no olvidar jamás.
250 láminas que cuentan en trazo corto y muy poca luz las sombras más oscuras del siglo XX y que también persiguieron a nuestros compatriotas. Mucho negro y poco blanco. Solo hay una concesión al color en el forro de la tapa dura, quizás a la esperanza, quizás para no espantar al lector de portadas. Ese azul gastado de los uniformes a rayas, como aquella niña de rojo que pintó Spielberg en su celebérrima Lista de Schindler. 
Entre 4 y 14 horas por cada dibujo. Más de 2000 horas de trabajo que han dejado tocado al ilustrador, un artista con una metodología muy particular que ha pasado todo ese tiempo dándole vueltas a escenas terroríficas:
"Cuando decidía la escena que iba a dibujar preguntaba a mi equipo para documentarme, al rato recibía una colección de fotos horribles del archivo del Holocausto".
@datienzao y @jmsrogero pertenecen a ese equipo de trabajo. Dos compañeros y amigos de la Universidad Complutense con familiares exiliados y deportados que se han implicado en el proyecto. El 5 de mayo de 1945 los estadounidenses liberaron los campos de concentración de Gusen y Mauthausen. Los famélicos republicanos supervivientes recibieron a las tropas aliadas con el cartel: "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras".Con la libertad llegó el caos a ambos campos pero no se fueron del todo ni las penurias ni las atrocidades... 
La orquesta de prisioneros de Mauthausen —esa misma que amenizaba las ejecuciones nazis— improvisó un concierto de liberación en el campo. Al clarinete el alicantino Antonio Terres, amigo inseparable del @deportado4443.La música como final de una película de terror, o como principio de otra. Un mes estuvieron los prisioneros sin que nadie los reclamara. Una vida (o media ya) por construir. Al final un camión los sacó de un pasado que nunca llegarán a abandonar...
