No es fácil implementar estrategias SEO efectivas que tengan un impacto positivo y duradero en este sentido. Para empezar, las variables que se entrelazan son demasiadas. Arañas, links internos, url amigable, algoritmos, certificados de seguridad SSL o keywords son algunos de los conceptos que engrosan la lista del técnico SEO, cada uno con sus peculiaridades.
Es imposible hablar de SEO y no mencionar la palabra keyword. Y es que las palabras clave son tan importantes que se debe pensar en ellas hasta para elegir el nombre de la página. Es tal su importancia que usar en el dominio la keyword más potente del nicho, la meta-descripción o el título de la web puede jugar un papel relevante en la indexación y el posicionamiento en los resultados de Google.
Pero una etiqueta no va a solucionarle la vida a nadie. Por mucha palabra clave que aparezca en el dominio, no hay nada que hacer si no se usan correctamente en los contenidos de la web. Para empezar, el H1 debe ser tan sagrado como el title y contener las keywords. Igualmente, las palabras clave deben aparecer en el texto (destacándolas en negrita si es posible) con naturalidad y respondiendo a una densidad significativa pero equilibrada.
Aspectos formales
Las palabras claves son importantes, sí, pero abusar de ellas es pecado mortal para Google. Por eso nunca está de más tirar de sinónimos; algo que, además de enriquecer el texto, aporta sentido global al contenido de cara a la visita de las arañas googlelianas. Si encima los bots encuentran este festín semántico dentro de un texto extenso, la probabilidad de generar leads proveniente del tráfico orgánico aumenta.
Pero, ojo, la cantidad no debe estar reñida con la calidad; vamos, que no hay que rellenar el texto como si fuera un pavo de Navidad. De nada sirve escribir un post de 1.500 palabras si no aporta información rica e interesante. De la misma forma, tampoco sirve de nada duplicar los contenidos para hacer bulto en el ciberespacio. En serio, el Gigante de Internet se toma fatal el contenido duplicado, por lo que nunca está de más vigilar el tema del plagio.
Los bots de Google no saben si el contenido duplicado es fruto de la mala praxis propia o de la codicia ajena, así que parte del trabajo de los posicionadores web también debería consistir en solucionar este tipo de problemas. Evidentemente, rastrear la red en busca de plagiadores sin escrúpulos es una tarea titánica, por no decir de locura. Por suerte, Google ofrece su herramienta Webmaster Tools.
Técnicas de mejora
Adelantar a la competencia en los resultados de los buscadores no es solo cuestión de escribir bien y crear contenidos de calidad, también hay que echar mano de estrategias SEO relacionadas con la optimización del sitio web. En este sentido, es importantísimo conseguir que la velocidad de carga de la página no aburra a las arañas. Prefieren webs con un código maqueado, que se note que lo han optimizado a conciencia.
Lo mismo ocurre con las imágenes. Si están optimizadas, con su texto alternativo y un title con keywords, agradarán más a los bots y la probabilidad de aparecer más arriba en la lista de resultados aumentará considerablemente. La cuestión es que la velocidad de carga sea mínima, independientemente del dispositivo desde el que se conecte el usuario (haciendo uso de plantillas responsive).