En la película de Rocky III, el personaje de Sylvester Stallone ha olvidado quién era. El lujo, el éxito y la publicidad han hecho que deje de recordar que antes era un humilde boxeador de barrio que practicaba el jab en un trozo de carne de vacuno. En Vox hay muchos que creen que a su partido le ha pasado un poco como a Rocky Balboa, y que necesita recuperar sus orígenes para volver a nacer con fuerza renovada. En las filas regionales del partido ha empezado a correr como la pólvora un manifiesto crítico con la deriva actual de la formación donde los críticos exigen la celebración de un Congreso Refundacional.
El documento, al que ha accedido Vozpópuli, carga contra la "inexistente" "democracia interna" de Vox y la falta de "libertad de opinión" de la que gozan sus dirigentes políticos, siempre monitorizados desde Bambú. "Es imposible realizar ningún análisis ni existe libertad de iniciativa. Cualquier opinión personal es reprimida o reprendida. Hay un férreo control sobre las redes sociales personales con exigencias y apercibimientos", reza el escrito.
Entre sus críticas se encuentran también que "todos los candidatos se eligen por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), ya sea para cargos orgánicos como electos" y que "existen dudas públicas sobre el destino de los fondos económicos del partido no aclaradas".
Denuncian, a su vez, la situación de los cargos provinciales del partido: "Los cargos electos de las provincias estamos abandonados a nuestra suerte y nuestra única misión es obedecer las órdenes de Madrid y callar".
Manifiesto Pro Congreso Refundacional Enero 2024 by pbernabeu on Scribd
El regreso de capital humano perdido
El diagnóstico que hacen del partido es que "el Vox que supo hacer muchas cosas bien ha cogido un rumbo de autodestrucción inapelable e insoportable". Para tratar de revertir la situación, exigen que se "convoque a la mayor rapidez un Congreso Refundacional para dotarnos de las herramientas normativas precisas que garanticen una estructura potente, que aseguren un funcionamiento democrático, que aglutine los distintos matices ideológicos existentes en Vox y que abran la puerta a órganos que trabajen en la elaboración de proyectos y programas concretos para desarrollar en los ámbitos municipal, autonómico y nacional donde tenemos representación".
También consideran necesario que el partido se abra "al retorno e incorporación de cientos de personas valiosas que a lo largo de estos años y por el cada vez más irrespirable aire interno, han sido laminadas o han abandonado el proyecto". La última baja parlamentaria se producía esta misma semana, con la renuncia de la mediática Carla Toscano a su acta de diputada.
Otro de los aspectos a los que apelan es la importancia de dotarse de unos "estatutos que garanticen un funcionamiento democrático y una estructura orgánica que permita la participación activa de los militantes, acorde con la realidad territorial y competencial de España".
Recuperar el manifiesto fundacional
Todas las propuestas podrían resumirse en la necesidad de volver "a los orígenes", de recuperar los valores que defendía el manifiesto fundacional del partido, en el que participaron personas que ya no forman parte de él. "Debemos primero convertirnos en el partido que decimos que somos, pero verdaderamente no somos".
El grupo de críticos detrás del manifiesto -cargos y ex-cargos electos nacionales, municipales y provinciales- explican que el manifiesto fundacional contempla valores que generaron "esperanza" en millones de españoles. Denunciaba la "escasa calidad de nuestra democracia, sin vínculos entre representantes y representados, y manejada por un grupo reducido, cooptado y oligárquico”.
En uno de sus puntos se proponía "una nueva Ley de Partidos que garantice su funcionamiento democrático y la transparencia y equidad de su financiación". Esgrimen tres compromisos de funcionamiento recogidos en el manifiesto fundacional que consideran que se han dejado de cumplir:
- Vox se estructurará democráticamente de modo que todos sus candidatos y cargos orgánicos sean elegidos por los afiliados en elecciones primarias y rindan periódicamente cuentas ante ellos, en cuyo nombre actúan.
- Vox se financiará mediante cuotas de sus miembros y donaciones de sus partidarios que serán gestionadas por un Director económico financiero, externo a la estructura política y responsable ante los órganos de gobierno. Las cuentas anuales serán auditadas y publicadas.
- La disciplina de partido no podrá invocarse nunca para coartar la libertad de opinión y expresión de los dirigentes y miembros del partido, puesto que Vox acepta como parte fundamental de su capital político la capacidad de análisis y la libertad de iniciativa de sus miembros.
La Asamblea Extraordinaria: "Un golpe de mano a la venezolana"
El manifiesto también es muy crítico con la convocatoria de la Asamblea General Extraordinaria, un movimiento que ha dejado sin opción de maniobra a posibles candidaturas alternativas -solo 6 días para recabar los más de 3.000 avales necesarios-. En el documento se expone que tal convocatoria es "de dudosa legalidad" y se ha proclamado "con la cantinela de fortalecernos 'frente a los enemigos de España'", cuando lo que busca, según los promotores, es "fortalecer a los que tienen el poder del partido para consolidar Vox como estructura a su servicio. Un golpe de mano a la venezolana".
Los impulsadores del manifiesto alegan en declaraciones a este periódico que "no tiene un pase" que se convoque una Asamblea General Extraordinaria y no se incluyan "puntos de debate sobre los estatutos, sobre el programa, sobre la marcha del partido... Solo hay votación y luego mitin de Abascal".
El batacazo del partido en las generales, que la dirección de Vox siempre ha atribuido a la estrategia del PP de llamar al voto útil, tiene distintas causas según los propulsores del manifiesto: "El evidente abandono de los principios contemplados en nuestro manifiesto fundacional, la marcha voluntaria o forzada de personas de gran talla política, el enroque de la Dirección nacional, el nuevo talante bronco y antipático, el apoyo a la algarada, la negativa a todo por sistema sin plantear alternativas, ha traído como consecuencia una línea ascendente en el desapego de los españoles y descendente en las expectativas políticas de Vox".