Análisis

El debate en los pasillos: 'Profesor X’ vs ‘El Grinch'

   

  • Mariano Rajoy, presidente en funciones, durante su discurso de investidura.

Como si de un déjà vu se tratara, sus señorías, funcionarios, ujieres, policías y reporteros se toparon este martes con el segundo Pleno de investidura en sólo seis meses. Algo inédito en democracia. Pero el problema no es la novedad, porque para todo siempre hay una primera vez (qué se lo digan a Pedro Sánchez que ha pasado a los libros de historia por estrenar aquí el casillero del fracaso), sino la sensación de que esta situación de bloqueo puede eternizarse.

Sobre todo porque el candidato Rajoy tampoco tiene hoy día la certeza de superar el examen. Había expectación en cómo el líder del PP pondría en valor su alianza con Ciudadanos, pero su discurso dedicó más hojas a lanzar la voz de alerta sobre unas terceras elecciones el 25 de diciembre que a desgranar el acuerdo de investidura sellado con los centristas, antiguos socios del PSOE.

Y en esa continua advertencia, el líder popular, desde el minuto uno, dirigió la mirada hacia Sánchez, conocido ya en el vecindario twitter como ‘El Grinch’ de Ferraz. “Salvo que alguien pretenda juguetear de nuevo con el interés y la paciencia de los españoles, o prefiera repetir elecciones: la opción que traigo a esta Cámara es la única que parece viable”, enfatizaba Rajoy. Ninguna mueca en el rostro de su adversario Sánchez, que, eso sí, lucía el bronceado más insultante del arco. Que el líder del PSOE puede robarnos la Navidad, imitando al personaje de Theodor Seuss en el pueblo de Villaquién, fue el leitmotiv de la exposición inicial de Rajoy.

Que el líder del PSOE puede robarnos la Navidad, imitando al personaje de Theodor Seuss en el pueblo de Villaquién, fue el leitmotiv de la exposición de Rajoy

“Señorías, difícilmente se me ocurre un mayor daño a la democracia española que decir a los ciudadanos que su voto ha sido inútil en dos ocasiones y tener que repetir las elecciones generales por tercera vez”, repetiría Rajoy, entre aplausos de su bancada (todos menos Moragas, que ya se lo sabía). Pero en esta búsqueda de culpables ante un posible horizonte de incertidumbre y más urnas, el presidente popular no sólo aludió al líder socialista sino también al populismo, a Unidos Podemos y sus mareas. Recriminaba así, implícitamente, a la formación morada y confluencias que siguiera alentado la búsqueda de un gobierno alternativo por la izquierda.

“Mi propuesta es la única razonable en las actuales circunstancias”, recalcó Rajoy. Al igual que en la trama de Pesadilla antes de Navidad, Sánchez dibujado como el Jack Skeleton de la nueva política española, dispuesto a aliarse con el tridente de traviesos Lock, Shock y Barrel (Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Alberto Garzón) para arruinar la Pascua a los españoles. No obstante, en las filas de Podemos también comparaban a Rajoy con un personaje de animación. Oído su “soporífero y tedioso” discurso, comentaban en los pasillos del Palacio que el jefe del Gobierno en funciones recordaba a ese mutante de Marvel capaz de introducirse en la mente de los demás y absorber toda ilusión y esperanza. El ‘Profesor X’ de la Moncloa, en plena acción. Hipnotizados con tanta cifra de recuperación económica, Iglesias y sus colaboradores sólo gesticularon para negar que los españoles recuperaran la soberanía plena en 1812 y dejaran de ser "súbditos" del monarca, como decía Rajoy desde la tribuna. "Ahora eres de la Merkel", le respondían los autodenominados 'herederos del 15-M' desde el escaño.

Los de Rivera esperan más guiños

Bajado el telón, llegaban más impresiones. “Ha sido una intervención de tecnócrata, sin alma, ni iniciativa”, decía un dirigente en Podemos, o “propia de un político del pasado, con un proyecto agotado”, comentaban los diputados socialistas. Hasta en la cúpula de Ciudadanos, los nuevos socios, sorprendió la "falta de entusiasmo" del orador. Los de Albert Rivera esperan, porque así se lo han transmitido emisarios populares, que el inquilino de la Moncloa les dedique más guiños y realce, en lo que resta de debate, las medidas consensuadas en el reciente pacto, sobre todo en materia de lucha contra la corrupción. En cambio, desde el PP cerraban filas con el jefe. Preguntados sobre si Rajoy no había pecado de una intervención tediosa, contestaban que el candidato “ha sido fiel a su estilo, diciendo claro a los españoles que o los señores del PSOE permiten que haya gobierno o el país se irá otra vez a elecciones y no estamos para eso”.

Con todo, en la bancada popular, como explicaba un veterano diputado a este diario, confían en que Rajoy bajará a la arena en la réplica de este miércoles, y sobre todo el viernes (segunda votación), tirando de su experiencia, apuntaba la fuentes, como “hábil parlamentario”. De momento, puro marianismo.

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