Mariano Rajoy ha leído esta tarde en el Congreso 36 folios que contienen su programa de investidura y en el número 20 hay una oferta a los barones del PSOE que busca ser definitiva para obligar a Pedro Sánchez a facilitar dentro de un mes la formación de Gobierno. Se trata de un pacto de alcance nacional para cambiar el modelo de financiación de las comunidades autónomas a través de una negociación con los socialistas y el resto de los partidos que garantice un sistema más solidario para cubrir el coste de los servicios públicos. En estos momentos, el PSOE preside seis comunidades autónomas y gobierna otras dos en coalición. Son, junto a Cataluña, las que consumen el grueso de los 264.000 millones de deuda pública regional y necesitan de manera urgente una operación de salvamento que Rajoy está dispuesto a promover en cuanto se rompa el bloqueo político. Casualmente, Ximo Puig (comunidad valenciana), Susana Díaz (Andalucía), Javier Fernández (Asturias), Guillermo Fernández Vara (Extremadura) y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) son los barones más enfrentados a Sánchez y algunos de los que apuestan con mayor contundencia por dejar que gobierne el PP.
Rajoy lanza a los barones más críticos con Sánchez el señuelo de una nueva financiación autonómica
Estos dirigentes regionales a los que Rajoy ha ofrecido superar la asfixia económica son también los que en un comité federal pueden acabar doblando el brazo al actual líder socialista para que pase del ‘no’ a la abstención y permita atender el resto de los pactos de Estado que el presidente en funciones ha ofrecido también a todo el arco parlamentario para garantizar el futuro de las pensiones, la reforma educativa y la lucha eficaz contra la violencia de género.
El mensaje que hoy ha lanzado Rajoy al PSOE ha sido nítido: si continúa obstaculizando la formación de Gobierno tras ocho meses de incertidumbre y dos elecciones, será el responsable de poner a España en riesgo ya que el país, ha dicho el presidente, puede verse abocado de nuevo al colapso económico y al desastre en el que estuvo a punto de sucumbir en 2012 como consecuencia de una herencia que contribuyó a destruir casi cuatro millones de empleos.
Con estas referencias, Rajoy ha emplazado al PSOE a favorecer un Gobierno de amplia base parlamentaria, “estable, sólido, duradero y tranquilizador”, que pueda agotar la legislatura y tenga como prioridades consolidar la recuperación, garantizar la unidad de España frente al reto soberanista y transmitir confianza a los poderes económicos y también a familias y pensionistas. “Urge cerrar el paso a dudas sobre la solvencia de España”, ha argumentado el presidente haciendo suyos los puntos principales del acuerdo cerrado con Ciudadanos con el que ve posible que 20 millones de españoles, casi tres más que en la actualidad, trabajen en 2020.
Las reformas que contiene el pacto con Albert Rivera implican un gasto adicional de 28.000 millones hasta 2020 suponiendo que se agote la legislatura, a partir de los complementos salariales destinados a las familias con menos recursos, la lucha contra la pobreza infantil y las nuevas partidas que irían a sanidad, educación y dependencia. Los ingresos extra para compensar este gasto procederían, según este acuerdo, de un aumento del Impuesto sobre Sociedades a las grandes empresas, condenadas a pagar 15.000 millones más en cuatro años, de un retoque de la amnistía fiscal y de la eliminación de duplicidades en la administración. Tan poca concreción en esta y otras medidas da al próximo Gobierno un amplio margen de maniobra para gestionar estos compromisos en tiempo y forma, a lo que se suma la convicción que predomina en el equipo económico de que muchas de las iniciativas pactadas – desde la reducción a tres del número de contratos laborales hasta la importación de la famosa mochila austriaca – serán de muy difícil aplicación.
El presidente advierte al PSOE que puede volver el colapso económico si no se forma Gobierno
En todo caso, Rivera podrá presumir hoy en el Congreso de haber condicionado buena parte del programa con el que Rajoy concurre a la investidura, e incluso de haber influido en la contundencia con la que ha confirmado su decisión de preservar la unidad de España y frenar el soberanismo en Cataluña. En los pasillos del Congreso, algunos ministros y diputados del PP se preguntan con qué discurso Sánchez podrá defender este miércoles su “no es no” cuando desde la Presidencia en funciones se le ha ofrecido, a pesar de sus dos derrotas electorales consecutivas, un Gobierno de coalición abierto a todo tipo de pactos.
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