“Llevo preso en este centro penitenciario de Soto del Real desde el 5 de diciembre de 2012, es decir, que hasta el día de hoy llevo en prisión un total de 3 años (en realidad 3 años y casi cuatro meses a 1 de marzo de 2016, fecha del escrito). Desde que estoy internado en este centro he desempeñado diferentes tareas, como son: ordenanza en la biblioteca del módulo en el que estoy, así como diversas actividades y cursos, uno de ofimática y otro de entrenador personal. También he impartido clases de matemáticas y he observado en todo momento un comportamiento personal adecuado y de normal convivencia. De todo ello, y de las hojas meritorias trimestrales, se acompañan justificantes, así como que estoy cursando en el centro, a través de la UNED, el grado de economía”, señala Díaz Ferrán en el escrito de alegaciones presentado ante el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria y que firma de puño y letra.
El escrito pone de relieve su disconformidad con una acuerdo de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias del 3 de febrero anterior, en el que se le comunicaba que continuaba clasificado en segundo grado con criterios que, en su opinión, “son abstractos e imprecisos, pues imposibilitan conocer en qué se fundamenta la resolución. Concretamente, en el párrafo tercero dice lo siguiente: ‘De su valoración se infiere que en el penado concurren circunstancias personales y penitenciarias de normal convivencia, sin que pueda afirmarse que esté capacitado, por el momento, para llevar un régimen de vida en semilibertad’. Esta imprecisión arbitraria origina indefensión y vulnera el principio de seguridad jurídica que exige que toda resolución quede fundamentada”.
El expresidente de la CEOE es ordenanza en la biblioteca del módulo en el que está encarcelado, ha impartido clases de matemáticas, ha hecho un curso de entrenador personal y estudia Económicas a través de la UNED
El empresario reseña también que su relación con su familia es buena. “Desde mi entrada en este centro, mi mujer y mis tres hijos han venido a verme en todas las ocasiones que permite el régimen penitenciario, tanto familiares (mi mujer y mis tres hijos) como íntimas (mi mujer). Cuento en el exterior con mi familia ya mencionada, mi mujer, tres hijos y ocho nietos, y lógicamente viviría con mi mujer, además de que cuento con mi pensión de autónomo y la ayuda de mis hijos e hijos políticos.
Díaz Ferrán alude también a su edad como argumento para que se le conceda el tercer grado. “He de hacer especial atención a mi edad de 73 años y al artículo 72.4 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, que dispone lo siguiente: En ningún caso se mantendrá a un interno en un grado inferior cuando por la evolución de su tratamiento se haga merecedor a su progresión.
El expresidente de la CEOE deja igualmente constancia de que “no consumo drogas ni tampoco he consumido nunca. Así como tampoco he asistido a ningún programa terapéutico de rehabilitación de toxicómanos, ni en el exterior ni en este centro penitenciario”. Por último, señala que “estoy medicado para la tensión arterial y para la próstata, así como tengo la necesidad de usar un aparato denominado CEAD debido a apnea del sueño”.
Por todo ello, “suplica” al juzgado de Vigilancia Penitenciaria que “tenga por presentado este escrito y por formulado recurso contra la clasificación de segundo grado, interesando mi clasificación en tercer grado”.