Corrían los primeros tiempos de la crisis. El presidente del Gobierno, entonces José Luis Rodríguez Zapatero, se inventó una inversión, el ‘Plan E’, que pretendía dar trabajo a los primeros miles de afectados de la crisis. La mayor parte de las inversiones fueron improductivas y se gastaron 12.000 millones de euros en infraestructuras muchas de ellas inservibles. Mandaba en la ciudad de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón, y a uno de los cerebros del ‘Plan E’ en el Ayuntamiento de Madrid se le ocurrió que se podrían arreglar y levantar el hormigón de una carretera interior de la Casa de Campo para darle un tono más ecológico.
Comenzaron los trabajos y por suerte pasó por la zona uno de los miembros de Gefrema, una asociación que se ocupa de reclamar que no se destruyan vestigios de la Guerra Civil. En algunos casos incluso han colaborado para su restauración. La pista que se pensaba levantar tiene aún las inscripciones de los batallones que la habían construido e incluso la fecha en la que se terminaban los tramos. Gefrema considera que esta pista habría que preservarla para evitar su deterioro pues es uno de los ‘monumentos’ más importantes que recuerdan el paso de la guerra por la zona.
Una batalla criminal
La Casa de Campo fue uno de los puntos, junto a la Ciudad Universitaria, más duros de la batalla por Madrid durante la Guerra Civil española. Las tropas franquistas llevaban meses paradas en un frente que se había estabilizado desde la Casa de Campo hasta el Clínico. Dominaban el Parque del Oeste, el Palacio de la Moncloa y una parte del pulmón de Madrid. Una parte de las tropas ‘nacionales’ había quedado en una especie de península unidas por un istmo que les permitía comunicarse con el grueso de sus tropas.
Los franquistas pasaban munición y tropas cruzando el río por este istmo, una pasarela, y construyeron una carretera dentro de la Casa de Campo a la que se le puso el nombre de 'Pista del Generalísimo'. Esta carretera tenía como objetivo evitar la ‘curva de la muerte’, un punto en el que caían decenas de soldados bajo las balas enemigas. Pero la ‘Pista del Generalísimo’ apenas se usó porque la guerra terminó con la victoria de Franco. Se construyó con hormigón de gran grosor, lo que permitía el paso de camiones sin que se hundieran en el barro como podía suceder en el resto del camino.
A lo largo de su recorrido se pueden ver decenas de inscripciones que, como otros restos del paso de la guerra por la zona, corren peligro de desaparecer. Podemos de la Comunidad de Madrid propuso este mes de julio que se haga un catálogo de la Memoria Histórica de Madrid para respetar estos restos. La dirección general de Patrimonio está trazando hace meses un plan para recuperar el mayor número de edificaciones y restos de la Guerra Civil.