El menú más elaborado lo han recibido los 12 parlamentarios catalanes de En Comù Podem, formación sobre la que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quiere edificar un nuevo partido. El PSOE se ha comprometido con ellos a que si apoyan la investidura de Pedro Sánchez les garantizará los compromisos presupuestarios del Estado recogidos en el Estatuto de autonomía de Cataluña que los propios socialistas, en conversaciones con Esquerra Republicana, también se han comprometido a mejorar.
El PSOE promete a la izquierda catalana que el 19% de las inversiones estatales en infraestructura irán a Cataluña
Este compromiso apunta, sobre todo, a la obligación que tendría el Gobierno central de invertir en esta comunidad el importe equivalente al porcentaje del PIB catalán en relación con el PIB del conjunto del Estado, cerca del 19%. Desde la reforma del Estatuto hecha en 2006, la Generalitat ha venido quejándose año tras año del incumplimiento de esta disposición, sin tener en cuenta lo que al respecto ha dejado dicho el Tribunal Constitucional. Su tesis es muy sencilla: el ámbito de aplicación del Estatuto se limita a Cataluña y, por tanto, no puede vincular jurídicamente a órganos situados fuera de este territorio, por lo que las inversiones estatales en esta comunidad en materia de infraestructuras se deciden en las Cortes Generales a través de los Presupuestos estatales, ya que se trata de una competencia que escapa a los intereses de una sola autonomía.
Los socialistas eluden en su oferta a los diputados catalanes de Podemos este criterio del Constitucional, como también el hecho de que Cataluña ha sido la comunidad más beneficiada por los fondos de liquidez puestos en marcha por el Estado todos estos años para aliviar el mal estado de su tesorería. En la pasada legislatura, recibió casi 50.000 millones de euros a través del FLA, el pago a proveedores, el fondo de financiación y el fondo social.
Para atraerse a los 12 diputados de En Comú Podem, el PSOE les ofrece también la “revisión inmediata” del modelo de financiación autonómica y una revisión de los objetivos de déficit de Cataluña que tenga en cuenta su esfuerzo fiscal.
Reparto de premios para gallegos y valencianos
Esta última promesa se la hacen también los socialistas a los seis parlamentarios gallegos de En Marea, formación con la que aspiran a gobernar en Galicia a partir de las elecciones de otoño, y a los 4 diputados valencianos de Compromís que ya se han pasado al Grupo Mixto. A estos últimos, que hubieran apoyado la investidura de Pedro Sánchez de no haber firmado el pacto con Ciudadanos, les promete también una solución sin definir para hacer frente al elevado endeudamiento de la Comunidad Valenciana, un “tratamiento específico” para las obras del Eje Mediterráneo desde Almería hasta la frontera francesa, con “periodificación de tramos y fechas de finalización”, la ejecución de “inversiones singularizadas”, como el proyecto Avant en Alicante o el túnel pasante del parque central de Valencia, la aprobación de los contratos programa para el transporte metropolitano de las áreas de Valencia, Alicante-Elx y Castellón, la unificación tarifaria a finales de 2017 del transporte de titularidad estatal, autonómica y municipal, siguiendo el modelo implantado en Madrid y Barcelona, así como las transferencias de competencias sobre trenes de cercanías y media distancia “con una dotación presupuestaria suficiente”.
Los socialistas se comprometen a ejecutar las obras de infraestructura más ambiciosas planificadas en la Comunidad Valenciana
Fuentes socialistas admiten que este menú a la carta elaborado para los 27 diputados que acompañaron las listas de Podemos en Cataluña, la Comunidad Valenciana y Galicia el pasado 20 de diciembre, busca que rompan con esta formación y, al mismo tiempo, que recorten el margen del que todavía parecen disponer Pablo Iglesias e Íñigo Errejón para negar su abstención en una nueva sesión de investidura de Pedro Sánchez y provocar con ello el adelanto electoral. La organización morada como tal opera en el Congreso con 42 parlamentarios, pendientes ahora de las tensiones que encara el partido en Madrid y en media docena más de comunidades autónomas.
En las filas socialistas hay quien confía en que la estrategia del “divide y vencerás” acabará conduciendo a Podemos a ceder y por tanto, a facilitar la investidura ‘in extremis’ de Pedro Sánchez, aunque éste siga presumiendo de su acuerdo con Ciudadanos como uno de sus principales baluartes.
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