Parte de los votos que Ciudadanos arañó el pasado 20 de diciembre por el espectro de centro-derecha peligran por los últimos movimientos del partido. Y no tanto por su alianza de gobierno con el PSOE, pues hasta el propio líder del PP, Mariano Rajoy, ha ofrecido una vicepresidencia a los socialistas, sino por el duro ataque que el presidente de C’s. Albert Rivera, lanzó el miércoles desde la tribuna del Congreso contra el jefe del Ejecutivo en funciones. La artillería no fue dirigida sólo a la figura de Rajoy, sino también al proyecto de recuperación económica que éste puso en marcha en 2011 y que quiere continuar en los próximos años.
Esta situación ha llevado a los cuadros del partido naranja, que tienen hilo directo con la dirección, a pedir a sus bases que propaguen un mensaje claro: “Rivera no ha pedido la cabeza de Rajoy”, según las fuentes internas consultadas por Vozpópuli. La consigna dice también que no va a haber más presión en este sentido, ya que “nosotros no vamos a hacerle las primarias a nadie”, escuchan estos días los afiliados de C’s de boca de sus delegados.
“¿Si no ha limpiado ni su casa, cómo va a limpiar España de corrupción?”, soltó Rivera a Rajoy en su estreno parlamentario, donde además cuestionó una y otra vez que el jefe del Gobierno en funciones renunciara al encargo Felipe VI cuando el monarca le propuso como candidato a la investidura antes que Pedro Sánchez. Tras el fracaso del secretario general de los socialistas, el ‘no’ de Rajoy -siempre momentáneo, puesto que no ha descartado postularse- quedará ya demasiado lejos para ser utilizado por C’s en su argumentario diario. Además, si la estrategia ahora de Ciudadanos pasa por recomponer puentes con los populares, tras los rifirrafes de esta semana, seguir reprochando al líder popular que se echara a un lado en la consulta regia, cuando ahora, en cambio, puede dar el paso, iría en contra de los intereses de la formación naranja, con el riesgo de quedarse descolgada. Por el otro lado, los partidos que promueven una coalición de izquierdas no quieren saber nada de Ciudadanos.
La denuncia de que Rajoy no ha querido ni siquiera reunirse con Rivera también se ha trasladado a la militancia
En Génova hay quienes apuestan por devolverle los golpes a Ciudadanos y desmontar su equilibrismo político. En esta tesis están los que cree que hay que dar menos protagonismo a la organización naranja a partir de ahora y mantenerla en un plano muy secundario en las próximas conversaciones con el PSOE. Si esto se produce, habrá que ver cuál es la respuesta de Rivera, que podría multiplicar sus embestidas contra Rajoy. Hasta hora, el principal gesto de indiferencia que le ha dedicado el jefe el Gobierno en funciones, esto es, no reunirse con él para escuchar cómo le explicaba el pacto con el PSOE (se lo pidió por carta), no ha sido bien encajado por el dirigente naranja, que ha subrayado, por tanto, que el presidente popular le “niega hasta la palabra”. La denuncia de esta actitud del PP también se ha trasladado a las bases desde los cuadros de la formación centrista para que incidan en ello.
Por otra parte, en las delegaciones territoriales de C’s hay satisfacción por haber logrado hasta ahora ahora una “doble contención”: la de Podemos y la del PSC, precisan. Gracias al acuerdo con el PSOE, señalan las mismas fuentes, C’s ha conseguido de momento frenar a la formación de Pablo Iglesias en sus aspiraciones de promover una salida del euro o una consulta separatista en Cataluña.
Precisamente, en relación a esto último, desde el partido de Rivera ven como algo positivo la calma mostrada por los socialistas catalanes, más allá del comentario que hizo su líder, Miquel Iceta, a puerta cerrada en el último Comité Federal del PSOE. Iceta justificó la baja participación de los afiliados catalanes en la consulta sobre el pacto El Abrazo en que “esto, en Cataluña, ha tenido una lectura un poco distinta del resto de España por el origen de Ciudadanos como fuerza política basada en un anticatalanismo y antinacionalismo, casi me atrevería a decir, primario”. Desde el partido naranja valoran que el PSC no se haya rebelado contra el acuerdo sellado con el PSOE, donde socialistas y naranjas se comprometen a “oponerse a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación de cualquier territorio de España”.
Rivera no menciona esta vez los casos de corrupción
En su intervención de este viernes en el Congreso, Rivera rebajó el tono a la hora de dirigirse a Rajoy y ya no le responsabilizó directamente, como hizo dos días antes, de los casos de corrupción que salpican al PP. El líder naranja optó por atacar al jefe del Ejecutivo en funciones por el flanco del “inmovilismo”. “No es tiempo de conformismo, señor Rajoy, sino de cambio”, le espetó Rivera. Al mismo tiempo, le reprochó que votara igual que Podemos, lo que, a su juicio, demuestra que “los extremos de la Cámara no quieren construir, sino destruir". "Van a votar 'no' los que quieren romper España y los que quieren que se pudra. Son incapaces de llegar a acuerdos”, sentenció.
Además, Rivera afeó al presidente popular que no quisiera recibirle para explicarle el pacto con el PSOE, un documento que, dijo, tiene “200 reformas para cambiar España y no cinco”, en alusión al texto que les entregó el PP en su última reunión formal, hace más de una semana. En última instancia, el dirigente naranja, que incluso pidió la abstención de aquellos diputados populares que "proceden de UCD", criticó a Rajoy que “haya puesto en jaque el papel constitucional del rey”. Se abre ahora el tiempo de recomponer puentes.