Para muchos, el jugador más talentoso de la mejor camada de la historia del baloncesto español, Raúl López, hoy base del Dominion Bilbao Basket, acabará su carrera profesional a la conclusión del presente curso. Después de catorce temporadas ACB (y más de 400 partidos), además de otras tres en los Utah Jazz de la NBA, el base dirá adiós al basket en activo.
Así lo ha hecho saber el equipo vasco, que se convierte así en la última parada de la carrera deportiva de un jugador genial, al que sólo las graves lesiones de rodilla le impidieron marcar una época en nuestro baloncesto. Con más caché en categorías inferiores incluso que tótems como Navarro o Gasol, el de Vic deja, aún así, un buen puñado de momentos inolvidables.
El club bilbaíno ha hecho público que el catalán "desea centrarse en ayudar al equipo en los que serán sus últimos partidos como jugador profesional" y, en consecuencia, "no hará declaraciones públicas hasta la disputa de la última jornada de la liga regular". "Antes de ese partido Raúl estará a disposición de los medios de comunicación y desde el club se le realizará un homenaje", avanzan.
López se formó en las categorías inferiores del Joventut de Badalona, con el que debutó en la ACB en 1998. Tras pasar también por el Real Madrid, en 2002 se convirtió en el tercer jugador español en debutar en la NBA tras Fernando Martín y Pau Gasol. Después de dos años en Utah, el catalán regresó a España con el proyecto faraónico del Akasvayu Girona para jugar posteriormente de nuevo en el Real Madrid y en el Khimki ruso, antes de fichar en 2011 por el Bilbao Basket.
Además, y a pesar de sus recurrentes problemas de lesiones, con la selección española consiguió la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, la de bronce en el Europeo de Turquía de 2001 y la de oro en el Europeo de Polonia de 2009. Su entrenador en aquella mítica final de Lisboa, Charly Sainz de Aja, lo dejó claro en Gigantes: "Sin lesiones y sin Pau Gasol, hubiera sido el mejor español de la historia".