España

Rajoy presiona a Barberá para que dimita antes de intentar su investidura

Rajoy pretende que Rita abandone voluntariamente el partido. Si Sánchez fracasa, quizás el presidente del PP intente su investidura. O quizás toque de nuevo elecciones. Consumado el gesto de Aguirre, queda el obstáculo de Barberá, un escollo con efectos políticos y electorales de naturaleza letal.

  • Alberto Fabra, Mariano Rajoy y Rita Barberá.

Una gestora en Madrid, otra en Valencia. Los dos principales bastiones del PP, tocados, heridos, con muletas. Y ambos, pendientes de nuevas revelaciones judiciales en los casos Púnica y Taula ahora en curso. La 'lideresa' madrileña anunció el domingo, por sorpresa y sin avisar, que dejaba la presidencia del PP madrileño, un gesto razonable aunque quizás innecesario, puesto que dentro de pocos meses se vería forzado a abandonarlo al celebrarse el congreso regional. Aguirre, que sigue en el Ayuntamiento como jefa de su grupo, no ahorró en su despedida gestos inequívocos hacia el presidente del partido, a quien le recordó que en casos de corrupción, un líder debe asumir también responsabilidades políticas. Rajoy le respondió vía móvil: "Te comprendo". 

Los lugartenientes de Génova intentan convencer a Rita de que sea ella quien renuncie en forma voluntaria a la militancia del PP, al menos en forma temporal

El foco del terremoto de la corrupción del PP se centra ahora en la 'operación Taula', en Valencia y en Rita Barberá. Se temen inminentes revelaciones de enjundia en la ciénaga valenciana. De momento, la exalcaldesa no está imputada ni aparece en escrito judicial alguno. Pero hay indicios de que las cosas van a cambiar. El líder del PP le tiene afecto y nada ha dicho contra ella en público. Pero los lugartenientes de Génova intentan convencerla de que sea ella quien renuncie en forma voluntaria a la militancia del PP, que se dé de baja en el partido al menos en forma temporal hasta que se disuelvan las dudas. O hasta que pase lo peor. Le recuerdan el daño que están haciendo a Rajoy y a su partido y le reprochan, con amabilidad, la situación en que dejó la demarcación valenciana, convertida en un carajal, en un despropósito. 

La exalcaldesa valenciana se niega en rotundo. Encerrada en su casa, sumida en un abatimiento sicológico profundo, no ha comparecido a ninguna de sus citas políticas en Madrid. Se le negó el cargo como presidenta de la comisión constitucional del Senado, después de habérselo prometido. A cambio le han permitido mantenerse en dos vocalías, algo es algo. Su continuidad como suplente en la Diputación Permanente de la Cámara Alta se debió a una falta de coordinación entre Génova y la dirección de los populares en el Senado. Cada uno iba por su lado y al final se produjo su prórroga en esta instancia, con el consiguiente escándalo en torno al blindaje de su aforamiento. Una historia que explotó mediáticamente repleta de inexactitudes que nadie en el PP ha pretendido clarificar.  

El declinar de Sánchez.

La estrategia de Rajoy pasa ahora por esperar a que Pedro Sánchez fracase, no consiga los apoyos suficientes para su investidura y, así, el presidente en funciones dará el paso para intentarlo, algo que hasta ahora ni había amagado. Lleva ya unos días Rajoy deslizando esta posibilidad, único antídoto contra su creciente desmoralización. Sus asesores le tienen casi convencido de que el líder socialista no va a lograr us empeño, no conseguirá reunir los votos necesarios. Ni siquiera con la ayuda de Podemos, un diálogo que va muy avanzado, el secretario general del PSOE podrá ser investido presidente, de acuerdo con estas versiones. Los separatistas no colaborarán, apuntan las fuentes mencionadas. Rajoy las da por buenas y prepara su propio paso al frente, que hasta ahora ha evitado ante el Rey en dos ocasiones. El líder del PP considera que, con un Sánchez ya derrotado, su papel en la investidura, aunque también resultara negativo, no sería un fiasco insuperable. 

El líder del PP considera que, con un Sánchez ya derrotado, su papel en la investidura, aunque también resultara negativo, no sería un fiasco insuperable

Para intentar esa investidura de la que ahora tanto hablan en Génova, e incluso para preparar una nueva ronda electoral, si es el caso, Rajoy necesita imperiosamente que desaparezcan algunos símbolos de la corrupción. Bárcenas ya se da por amortizado o, al menos, por imposible. Nada hay que hacer hasta que se abra la vista oral. La Púnica, que zarandea los pilares del PP de Madrid, puede ser un pozo de sorpresas pero con la dimisión de Aguirre, hay al menos un argumento de defensa política. Incluso si emergen más episodios negros, la renuncia de la 'lideresa' ayudará en la 'venta' pública del desastre.

Es Valencia lo que más preocupa. El 'caso Taula' tiene dimensiones políticas y mediáticas enormes, con más de veinte detenidos, registros en la sede de PP y un sistema de financiación ilegal absolutamente chusco que salpica en especial a cargos propios y a asesores o simpatizantes. Lo nunca visto. Pero en la cúpula del PP se temen también nuevas revelaciones. De ahí la importancia de que Rita ya no esté en el horizonte cuando todo esto explote. Si sigue en el partido y se mantiene en el Senado, el trámite hasta que pase su caso el Supremo, caso de resultar señalada por el juez, haría todo más lento, más árido y más difícil. Y coincidiría en el tiempo tanto con la posible investidura de Rajoy como con las elecciones generales anticipadas. 

Rajoy estima sinceramente a Barberá. Y le está muy agradecido por sus esfuerzos de tantos años. Nadie confirma si han hablado telefónicamente. Pero gente de la confianza del presidente del PP le han hecho saber cuál es su deseo. Si todo va a peor, le dicen, "será malo para ti y, desde luego, para el partido y para Mariano". No atiende a razones. Rita está obsesionada con sus enemigos, con el 'fuego amigo', considera que está siendo objeto de una crucifixión injusta por parte de sus propios compañeros y echa de menos un respaldo más firme o evidente desde las altas instancias de su partido, en el que ha ocupado cargos de enorme relevancia desde hace cinco lustros.

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