La izquierda abertzale sigue avanzando en la senda de las decisiones unilaterales, y en un documento de debate interno repartido este miércoles entre su militancia pide a ETA que se desarme sin esperar a que el Gobierno tome ninguna iniciativa al respecto. Eso sí, lo hace en ocho líneas escasas de un texto de 50 páginas. Hace ahora exactamente dos años que la organización terrorista protagonizó un amago de desarme con la entrega de cuatro armas y 16 kilos de explosivos a la Comisión Internacional de Verificación (CIV), constituida a raíz de la tregua de ETA de 2011 y su posterior anuncio de “cese definitivo” de la violencia. Desde entonces no se había producido ningún avance. “Son evidentes el protagonismo y la capacidad de decisión que tiene ETA en esta materia –dice el texto-, pero también es cierto que la implicación de los agentes –tanto de Euskal Herria como de fuera- favorables a la resolución se hace completamente necesaria”.
El documento ahora conocido, que es producto de una etapa previa de aportaciones por parte de la militancia y de los presos de la banda terrorista, será sometido ahora a debate hasta la próxima primavera, en que debe quedar fijada la estrategia política de la izquierda abertzale para el futuro inmediato. El debate interno se produce a ocho meses escasos de los comicios autonómicos, si es que no se adelantan en función de lo que ocurra con la constitución del Gobierno en Madrid, en un contexto en el que la izquierda abertzale ha perdido cuotas de poder institucionalizado y se ha visto superada en las pasadas elecciones municipales y forales, y también en las generales, por Podemos, que amenaza con fagocitar una parte de su electorado.
El proceso de debate interno se produce a ocho meses de las elecciones autonómicas y con una izquierda abertzale debilitada en las urnas
Consciente de ello y de la situación de 'impasse' que vive el desarme de ETA como una etapa previa a su posterior disolución, ha decidido reclamar de la banda que retome el proceso sin esperar nada a cambio. “En lo relativo a las consecuencias del conflicto, es decir, al desarme y a la vuelta a casa de las y los presos y refugiados, en primer lugar debemos tener presente que el Estado español no tiene voluntad política para la resolución. Se trata de una estrategia de Estado y no de la política de un gobierno de determinado color o partido; es el resultado de una lectura compartida”, dice el documento, que, a continuación, concluye “no podemos seguir a la espera de la bilateralidad. No la descartamos, tenemos que reivindicarla, pero sin limitarnos políticamente a ello”.
Reinserción individualizada
Los presos es otro de los capítulos a los que el documento le dedica una parte importante de su análisis. También en este aspecto el texto es novedoso porque pide a los reclusos que se acojan a los cauces legales y a la aplicación individualizada de la ley para recuperar la libertad, "rechazando siempre el arrepentimiento y la delación", lo que supone renunciar a la amnistía, por más que en una parte del texto sostenga que la misma “es un objetivo de significado político (…) que la izquierda abertzale lleva en sus genes desde su surgimiento hasta nuestros días”.
El documento de debate reconoce que estuvo a punto de producirse una escisión
Precisamente esta asunción de la legalidad penitenciaria abrió una seria fractura en ella que estuvo a punto de costarle una escisión, reconoce el documento. “Ha habido un intento de escisión desfigurando el debate político sobre la amnistía –dice el texto-. Personas que se mostraron en desacuerdo con la actual estrategia decidieron priorizar el uso de esa reivindicación”. El documento de debate reclama finalmente en este terreno el traslado de los presos de ETA a cárceles del País Vasco y el traspaso de la competencia de prisiones al Ejecutivo vasco para dejar en manos de éste la última palabra sobre los reclusos de la banda.
Comisión de la Verdad
En otro apartado dedicado a las víctimas, el texto sostiene que todas “tienen los mismos derechos de reconocimiento, reparación y garantía de no repetición” y se plantea la creación de una ‘Comisión de la Verdad’, no para hacer un único relato de lo ocurrido, que considera imposible, sino para conseguir “unas mínimas bases compartidas”. El resto de formaciones políticas vascas lleva tiempo pidiendo a la izquierda abertzale una lectura crítica del pasado, que se concreta en el reconocimiento del daño causado por ETA y de que el mismo fue injusto, sin que hasta ahora lo haya conseguido. El documento de debate dice que no pueden aceptar “con la excusa de una lectura crítica el pasado, que la izquierda abertzale deba renegar de sí misma, de sus principios, de su proyecto político y de toda su trayectoria.
La izquierda abertzale apuesta por abrir un proceso soberanista unilateral similar al catalán
En cuanto a la independencia, Abian apuesta por abrir un segundo frente al Estado junto al proceso soberanista catalán. “En 2008-2009, cuando la izquierda abertzale estaba dando los primeros pasos para el cambio estratégico, no nos podíamos ni imaginar el desarrollo que iba a tener el proceso catalán y el terremoto político que iba a provocar (…) Hemos dicho que junto a Catalunya había que abrir un segundo frente, pero no se han alimentado lo suficiente las condiciones para ello”, y defiende abrir, como en Cataluña, un “proceso soberanista unilateral”.