"No me retiro de la política y ayudaré en todo lo que pueda y sin pedir nada a cambio" decía Artur Mas el pasado nueve de enero, cuando, señalado por hasta el apuntador, cedió a Carles Puigdemont el testigo al frente de la presidencia de la Generalitat de Cataluña tras un acuerdo "in extremis" entre Junts pel Sí y la CUP. Pocos días más tarde, el miércoles 13 anunciaba su renuncia al acta de diputado en el Parlamento catalán, para poner un punto y aparte a su retirada temporal de la política activa. Una retirada que ha durado, según ha calculado este Buscón, cerca de 21 días y cuatro horas, el momento en el que el expresident ha vuelto a la carga de cuerpo presente en una entrevista emitida este sábado en El Punt Avui TV.
El deseo del expresident para esta nueva etapa es centrar sus esfuerzos en recomponer Convergència. Aunque antes quería tomarse unas buenas vacaciones para descansar. Pero, cosas del destino, su periodo estival no ha resultado del todo tranquilo. El pasado domingo 24 de enero, el expresident se convertía en abuelo por partida doble. Su hija mayor, Patricia, daba a luz sin complicaciones a dos niñas, llamadas Gala y Helena -en honor a su abuela, Helena Rakosnik- en un hospital barcelonés.
El pasado domingo 24 de enero, el expresident se convertía en abuelo por partida doble
Cuando Mas vuelva al trabajo, previsiblemente rechazará el despacho que le corresponde como expresidente para instalarse a partir de febrero en el Palau Robert de Barcelona, junto a la sede de su partido. Pero antes de volver al trabajo, Artur Mas ha salido a la plaza pública junto a su sucesor en el cargo, grabando la entrevista emitida este sábado por El Punt Avui TV, en la que ambos repasan el proceso de relevo y las sensaciones y emociones personales que vivieron a lo largo del fin de semana en el que se decidió el mismo.
En ella, Mas asegura no ver al Rey "jugándosela de manera clara a favor" de la situación catalana, aunque desvela que "en privado, tras las cortinas, ha intentado ablandar algunas posturas" contrarias al proceso soberanista. "Ellos (en referencia a España) parten de la base de que Cataluña es una propiedad. Podemos pedir, reclamar, salir a la calle, pero seguimos siendo una propiedad y nos tratan de esta manera", dice Mas. Pero también se lamenta de que la Casa Real no le haya agradecido los servicios prestados como presidente de la Generalitat.
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