Cristiano Ronaldo se ha convertido en cuestión de Estado en el Real Madrid. A escasos meses de despedirse del Santiago Bernabéu (si la sanción FIFA no bloque las salidas y entradas en el club blanco) el portugués atraviesa por su peor momento desde que a Chamartín en 2009. Sus goles resultan intrascendentes para el equipo, apenas han supuesto dos puntos para el Real Madrid en Liga, y su juego comienza a pasar inadvertido justo cuando Benzema disfruta de su plenitud futbolística y Bale ha pasado a convertirse en un caudal goleador de solvencia.
Cristiano es un competidor infatigable al que su inevitable declive físico irá haciendo perder protagonismo. El problema es que nadie en el Real Madrid esperaba que eso ocurriese aún y los números comienzan a evidenciar que no es el jugador decisivo de temporadas pasadas. Su carácter ganador y su descomunal autoexigencia le generan una ansiedad en el campo que se plasma con gestos de desaire a árbitros y compañeros. Especialmente estéril se ha mostrado lejos del Bernabéu, donde no marca desde hace dos meses, una sequía que ha convertido al portugués en un jugador irascible y agresivo. Cristiano suma cinco agresiones claras en el césped en tres meses, lo que ha abierto un debate no solo en la grada y en los medios. Florentino ha mostrado a Zidane su preocupación por el asunto, insistiendo al francés en que trate de aplacar la crispación del portugués. A día de hoy David Simón (Las Palmas), Krychowiak (Sevilla), Alves (Barcelona), Nacho Cases (Sporting) y Molinero (Betis) han pagado la frustración del luso en forma de patada, codazo o puñetazo.
Otro de los temas que preocupan en las oficinas del Bernabéu son los constantes viajes de Cristiano a Marruecos, algo que estaría mermando su poderío físico. Una costumbre que parece haber agotado la paciencia de Florentino, quien le ha prohibido los viajes al país norteafricano según publican varios medios. Ese trasiego repercute en un Cristiano que no está fresco y no desequilibra con la facilidad de temporada anteriores. Y eso se ha traducido en una merma de su producción ofensiva, con especial relevancia en los partidos ante rivales de entidad como Barcelona, Atlético o PSG, en los que no ha marcado.
Su falta de protagonismo con goles sin relevancia, su sequía goleadora lejos del Bernabéu y ante equipos de entidad, las agresiones a rivales y los constantes viajes a Marruecos han sumido a Cristiano en una crisis de juego y goles que ha encedido las alarmas en el Bernabéu
Florentino ha pedido a Zidane que 'mime' al portugués para borrar el gesto crispado y la desesperación que acompaña al futbolista en los últimos tiempos. Todo empezó con la elección de Rafa Benítez, con quien el luso no congenió desde el primer momento. Algo que quedó plasmado en la pretemporada, con algún reproche del futbolista ante la prensa. A Ronaldo no le hizo gracia formar en la punta de ataque, donde tenía menos contacto con el balón y su número de remates a puerta descendió alarmantemente. La llegada de Zidane parece haber devuelto cierta tranquilidad al luso, que sin embargo ha perdido, a sus 31 años, relevancia en el equipo. Peso que han ganado Bale y Benzema. El pasado verano Cristiano ya pidió a Jorge Mendes que sondease el mercado buscando posibles destinos y desde el primer momento el PSG se ha significado como el destino perfecto para Ronaldo. Pagaría al Real Madrid el trapaso que pide y al jugador el sueldo que exige. Una solución que contenta a ambos, ya que la relación entre Florentino y Cristiano es distante desde hace tiempo.
El Real Madrid está fuera de la Copa, tiene la Liga casi perdida a cuatro puntos, que pueden ser ocho (siete por los tres del partido que le resta al Barcelona jugar con el Sporting más el average en contra tras la goleada en el clásico en el Bernabéu), y solo le resta la Champions para salvar la temporada y no volver a cerrar otra temporada en blanco. Por ello Florentino ha convertido la recuperación de Cristiano en una cuestión de Estado antes del regreso de la Liga de Campeones (27 de febrero en Roma). Es la primera misión en la agenda de Zidane: "Recuperar al Balón de Oro".
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