Las rebajas han llegado también a Renfe, corregidas y aumentadas en relación a las del año pasado pero con el mismo objetivo: tratar de solventar el problema de la ocupación de la red de alta velocidad, uno de los talones de Aquiles de la compañía pública. Durante enero y febrero, Renfe pondrá a la venta 1,3 millones de billetes con grandes descuentos, que llegan hasta el 70%. Las rebajas son idénticas a las que puso en marcha en 2015 pero la oferta de billetes se ha multiplicado casi por dos, toda vez que el pasado año la promoción tan sólo incluía la venta de 750.000 unidades.
La estrategia persigue disparar el número de viajeros de las redes de AVE y larga distancia, cuya evolución ha sido positiva en los últimos años, con ritmos de incremento superiores al 10% pero, al mismo tiempo, insuficiente para lograr baremos de ocupación que aproximen a Renfe a la rentabilidad.
La medida tuvo éxito el pasado año, a través de una agresiva oferta que disparó las cifras de pasajeros durante los primeros meses del año pero que también provocó una airada reacción por parte del resto del sector de transporte de viajeros. No era la primera vez que Renfe hacía este tipo de promociones pero los cuantiosos descuentos en las promociones hicieron que áreas como el transporte por carretera y el aéreo pusieran el grito en el cielo, acusando a la compañía pública de competencia desleal.
El incremento en el número de billetes con grandes descuentos a la venta también está relacionado con el hecho de que la red de AVE crece año a año y Renfe presenta al inicio de cada ejercicio nuevas rutas y nuevos destinos. Las condiciones económicas de la promoción apenas han variado: rebajas de hasta el 70% y precios que van desde un Madrid-Barcelona por 32 euros hasta los 23 euros del Madrid-Sevilla o los 20 euros del trayecto entre la capital de España y Alicante.
Una demanda que no casa con la oferta
Renfe redobla su estrategia de los grandes descuentos cuando la alta velocidad lleva un tiempo en el foco de la polémica debido a la publicación de numerosos estudios e informaciones periodísticas que ponen en duda la viabilidad económica de una red de AVE que, por otro lado, no para de crecer.
Los estudios concluyen que la demanda resulta de todo punto insuficiente para hacer que los elevados costes que suponen llevar a cabo el trazado de la red de alta velocidad puedan ser sufragados con los ingresos por venta de billetes. España es el segundo país del mundo que más kilómetros de AVE tiene pero, al mismo tiempo, es el que presenta una menor tasa de utilización. Los españoles realizan un viaje en tren de alta velocidad cada dos años, un factor clave que explica por qué la rentabilidad de la red es una quimera.
En los últimos días de 2015, Renfe inauguró nuevos destinos de alta velocidad como Salamanca, Zamora y León. La compañía llevó a cabo una promoción de lanzamiento, con billetes desde Madrid al precio de 20 euros. No obstante, los trenes han registrado una ocupación discreta en estos primeros días.
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