El Partido Popular confía en que el acelerón final de la campaña se traduzca en al menos dos o tres puntos a su favor. Las encuestas anuncian una victoria sin discusiones del PP, pero no le aseguran la posibilidad de formar gobierno. Los analistas demoscópicos que colaboran con Génova sostienen que esa situación puede alterarse en la recta de llegada. El partido en el Gobierno suele recoger un par de puntos a la hora de la verdad, que en este caso pueden significar entre quince y veinte escaños.
Los sondeos publicados este lunes no despejan la duda sobre qué partidos podrán formar gobierno. Algunos abonan un escenario de verdadera incertidumbre, sin vencedor claro ni opción alguna de que algún candidato pueda superar el trance de la investidura. Esta teoría de refuerzo a la opción de Gobierno se basa en lo ocurrido en 1993 cuando PP y PSOE marchaban muy igualados y a la hora de la verdad fue Felipe González quien se alzó con el triunfo por algo menos de un millón de sufragios. En otras elecciones no hubo tal posibilidad ya que las victorias eran más claras y sólo se divisaba un empate en 2004, pero los atentados de los trenes de Atocha alterarn dramáticamente el resultado final.
En el PSOE son de la opinión de que el espectacular crecimiento de Podemos en las encuestas no es más que un espejismo
En esta ocasión los especialistas subrayan que esta tendencia también favorecerá al PSOE por encima de Podemos, la formación que le arrebata electores de forma creciente. El voto útil de la izquierda puede jugar en contra de Pablo Iglesias, según esta versión, aquilatada en otras elecciones.
El bipartidismo paralelo
Las teorías demoscópicas valen de poco para estos comicios, de acuerdo con lo expresado por esta fuente. Nunca se ha vivido una situación como la presente con dos partidos grandes y dos pequeños que pretenden encaramarse a la cabeza del pódium. De ahí que la teoría del arreón final en favor del Gobierno no puede considerarse en esta ocasión como una realidad científica. En el PP, sin embargo, mantienen el criterio de que Ciudadanos ha perdido fuelle, con una campaña demasiado larga para un partido sin apenas estructura. En el PSOE son de la opinión de que el espectacular crecimiento de Podemos en las encuestas no es más que un espejismo que se desvanecerá en gran parte a la hora del voto.
El bipartidismo va a pasar a la historia, según estas fuentes, pero no de forma radical. Las dos formaciones más veteranas seguirán siendo las opciones más votadas, en tanto que los dos partidos emergentes conseguirán un buen puñado de escaños pero no en número tan elevado como ahora se apunta. Con siete millones largos de indecisos todo es posible. Incluso el arrepentimiento de última hora de muchos que hasta el momento se habían decantado hasta ahora por las opciones de la renovación.
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