Comienza la campaña. Los candidatos van en caravana, comen en los pueblos, reparten abrazos. Sonríen más de lo habitual. Estrechan manos, besan niños, pierden la cuenta de los selfies. Son la cara visible, la que sale en los carteles que empapelan las calles con sus sonrisas profident.
Ellos son la cara de una maquinaria poderosa, de unos lustrosos equipos que pasan los quince días de gira con falta de sueño y el teléfono ardiendo con tanta llamada. Son los que controlan los horarios, los vuelos, la carretera, los que pagan los cafés y deciden la estrategia, siempre corriendo, como el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas. Son los equipos de campaña, la retaguardia del candidato que corrige el dato mal dicho y aclara las propuestas que han sido enunciadas en el atril.
Jorge Moragas, el fontanero jefe de la Moncloa, se encarga de dirigir y coordinar la estrategia del PP; junto a él se situan los vicesecretarios del partido que dan una imagen de renovación
El equipo más experto es, lógicamente, el del candidato con más kilómetros a su espalda. El Partido Popular sabe mucho de los entresijos de la política: sus miembros más codiciados han trabajado en Moncloa, lo que les permite una visión periférica de la política que en otros partidos aún no existe. El jefe de todo es Jorge Moragas, el principal fontanero de Moncloa, que en los últimos meses ha ejercido de enlace entre el Gobierno y el partido. Moragas, catalán, es el fiel escudero de Rajoy, una de las mentes pensantes del PP y quien controla todo lo que ocurre en la campaña. El presidente, jocoso, ha dicho en repetidas ocasiones que él va donde le dice Moragas.
El catalán se ha rodeado en la campaña más reñida de la democracia de su equipo habitual en Moncloa: perfiles menos conocidos pero expertos, como la tesorera Carmen Navarro y José Antonio Bermúdez de Castro. En ese segundo nivel también se encuentran Andrea Levy, que se ha hecho cargo del programa; Pablo Casado, que dirige la comunicación y es tertuliano habitual en representación del partido –él, como adscrito a Ávila, fue el primer anfitrión de Rajoy en su gira-; Fernando Maíllo y Javier Maroto. Son los cachorros del partido, gente joven que ha entrado tras el último naufragio electoral para remozar las formas y los fondos del partido. Javier Arenas, también vicesecretario, se ocupará de aportar al joven equipo la visión de las muchas campañas que lleva a sus espaldas.
Son la cúspide de un equipo que cuenta con 50 personas, entre ellas varios trabajadores del Gobierno, como Edelmira Barreira, Abelardo Bethencourt, José Sánchez Arce e Ignacio Peyró. También Isabel Díaz Ayuso, responsable de redes, o la jefa de Protocolo Valle Ordoñez.
PSOE
También es larga la nómina de colaboradores que apoyarán la campaña de Pedro Sánchez en el PSOE. El cerebro de la operación, en este caso, será César Luena, la mano derecha del líder en Ferraz, el cerebro político detrás del candidato y la figura que engrasa la maquinaria del centenario partido. La voz cantante la llevará la murciana María González Veracruz, en calidad de portavoz, uno de los cargos claves en todas las elecciones y que tendrá una estrechísima colaboración con Sánchez.
Por debajo de Luena quedan tres vicecoordinadores de área. Rodolfo Ares, parlamentario que fuera consejero de Interior en el Gobierno vasco en la época de Paxti López, es el encargado de la programación del comité electoral. Adriana Lastra, secretaria de política municipal del partido, se ocupará de los actos en las grandes ciudades. La asturiana es una de las figuras en alza del partido, miembro de una de las federaciones socialistas más importantes y persona de confianza de Javier Fernández. Por su parte, Miguel Gutiérrez, presidente del Comité Federal de Juventudes, llevará las cuestiones de Movilización, algo especialmente importante en una campaña electoral porque hay que llenar los pabellones y los teatros, que no cunda el desánimo que provocan los sillones vacíos y se vea alegría en las plateas.
César Luena, Rodolfo Ares, Adriana Lastra, Miguel Gutiérrez y María González Veracruz conforman el equipo de choque de Pedro Sánchez
Otra de las figuras clave en el proceso ha sido Meritxell Batet, la número 2 por Madrid, que ha sido la encargada de coordinar y estructurar el programa electoral, el documento clave que vertebrará el discurso de la formación en las próximas dos semanas. En su equipo de redacción han estado algunos de los socialistas con más predicamento, como José Enrique Serrano, muy experimentado diputado y que ha sido su mano derecha en estas cuestiones.
Antonio Pradas, Carmen Montón, Ibán García del Blanco, Manuel de la Rocha, Susana Sumelzo, Luis Carcedo y Roberto Jiménez completan el entramado electoral de los de Ferraz. En las cuestiones económicas, aunque no aparece en la relación que publicó el partido de cargos de campañas, ha tenido una importancia capital Jordi Sevilla, gurú en esa área de Sánchez.
Los emergentes
Ciudadanos y Podemos tienen un recorrido político muy inferior en tiempo del que pueden presumir sus principales competidores. Eso hace que, en estos casos, los equipos de campaña sean muy similares a los que dirigen el partido en el día a día. No hay ni tiempo ni efectivos para desdoblar o para afinar, quien vale para la cotidiano también tiene que estar para lo extraordinario.
En el caso del partido naranja, los escuderos principales de Rivera serán el vicesecretario general José Manuel Villegas; el secretario de Organización, Fran Hervías, y el encargado de comunicación, Fernando Páramo. Villegas y Hervías son dos de los principales responsables del ascenso de la formación en los últimos años, que se ha visto incrementada drásticamente en los últimos meses. Es el núcleo más íntimo de Albert Rivera, los que le han acompañado en los buenos y en los malos momentos y quienes tratarán de organizar un partido en construcción.
José Manuel Villegas, Fran Hervías y Fernando Páramo son el triunvirato clave que ha apoyado a Rivera en el ascenso de Ciudadanos; ellos coordinan su campaña
El programa electoral ha sido recopilado y estructurado por Antonio Espinosa, secretario de Acción Política de la formación; auxiliado por todos los coordinadores de área, entre ellos, y con una importancia capital Luis Garicano. El profesor de economía, una de las caras visibles de la formación en las últimas semanas, es el encargado de hacer entrar por los ojos las rupturistas propuestas que plantea Ciudadanos para España. El resto de los nombres del equipo son también bien conocidos por su actividad reciente y en no pocos casos tendrán que equilibrar su labor en el partido con sus responsabilidades políticas. En esa lista figuran nombres como Inés Arrimadas, que lleva Formación; Begoña Villacís, Relaciones institucionales; Javier Nart, Justicia e Interior, o Juan Carlos Girauta, responsable de Instituciones Públicas.
Podemos ha configurado un equipo a imagen y semejanza del partido: lleno de expertos en ciencia política. Es la tradición en la formación morada. Un equipo hecho de politólogos que ha tenido grandes momentos, como las europeas y las municipales, pero también momentos bajos como las últimas catalanas. El jefe del grupo, como las otras veces, es Íñigo Errejón. Es la mano derecha de Pablo Iglesias, habitual en los platós de televisión, un experto politólogo que ha sabido dar la vuelta al escenario español aunque algunas encuestas digan que han perdido fuelle. El resto de nombres no es extraño para el usuario ducho en actualidad. No podía faltar Carolina Bescansa, especialista en demoscopia que ha tenido parte en la coordinación del programa electoral. Junto a ellos, Irene Montero, en el equipo del candidato, y Sergio Pascual, en la organización. Otros nombres que han aportado ideas y trabajo a la campaña son Rafael Mayoral, vicecoordinador de programa; Tania González, de Rescate Ciudadano, o Luis Alegre. También Pablo Bustundy, de Relaciones Internacionales, y Nacho Álvarez, de Economía, tendrán voz durante la campaña de Podemos.
El equipo de Podemos está cuajado de politólogos y es similar al que ha llevado a cabo los últimos comicios que han encumbrado a la formación
En Unidad Popular, la marca electoral de Izquierda Unida, la ambición es rascar varios diputados a pesar de las dificultades obvias que ha experimentado la formación en estos últimos tiempos. La jefa de campaña de Alberto Garzón es Clara Alonso; la responsable de programa, Marga Ferré, y la estratega jefe es Sira Riego. Unidad Popular ha organizado el trabajo en ocho grandes áreas (coordinación, estrategia, organización y agenda, argumentarios, red de apoyo, unidad popular, comunicación y programa) y se reunirá todas las mañanas para hacer previsiones y valoraciones del trabajo. El equipo está formado por 30 personas, entre ellas un coordinador por área. El programa ha sido fruto de un amplio proceso colaborativo con asambleas programáticas. El presupuesto de la formación es la mitad del que tuvieron en las últimas europeas, una bajada importante para una formación que lucha por su supervivencia.
Decenas de personas para solo quince días, para que el candidato llegue a tiempo, la conexión del satélite no falle y pueda salir en todos los informativos. Para que las posibles preguntas sean respondidas rápida y eficazmente, que la coordinación sea efectiva. Para que todo sea perfecto, por más imposible que eso sea. Cada noche los equipos dejarán al candidato en el hotel y se reunirán. Verán más los fallos que otras cosas, reinará el cansancio. Son solo quince días.
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