El relato se repite varias veces al año. “La moto venía circulando por el carril bus de Castellana, dirección Plaza Castilla. El turismo iba a realizar el giro para coger Rafael Salgado. Su conductor, al parecer, no vio la moto y se la llevó por delante. Tras el impacto, los dos ocupantes de la moto salieron despedidos: un varón de 24 años y una mujer de 29. Ambos eran atendidos por SAMUR-Protección Civil”.
Esta es la primera información policial que llegó a los medios de información el pasado día 23 de noviembre. Una similar a la que se produjo en el mes de agosto de hace año y medio cuando la entonces delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes tuvo un accidente parecido.
Cifuentes cree que bastaría con poner un espejo en el punto de La Castellana en el que tuvo el accidente
Cifuentes circulaba con su pequeña moto y fue arrollada por un vehículo que la estampó contra el suelo. Muchas motos circulan de manera autorizada por el carril bus y caen cuando los coches giran desde el carril central al lateral. Cifuentes estuvo a punto de morir y en varias ocasiones ha pedido que se modifique de alguna manera ese punto negro.
Se lo dijo a Ana Botella y ahora se lo ha dicho recientemente también a la alcaldesa, Manuela Carmena. Sin embargo, ninguna de las dos parece sensible a los graves accidentes de moto que se repiten en esa arteria de la ciudad.
Cifuentes cree que bastaría poner un espejo o tomar alguna otra medida para que no se produjeran estos incidentes que terminan con los motoristas en el hospital. La propia presidenta de la Comunidad ha reconocido que cuando se entera de que se ha producido un nuevo accidente en ese punto negro tiembla y recuerda la fase más dura de su vida.
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