España

El Gobierno se moviliza para evitar elecciones a cuatro días de la Nochebuena

Convocar a las urnas cuatro días antes de Nochebuena tiene sus riesgos, entre otros que una parte considerable de la población esté de vacaciones. El Gobierno se ha movilizado para evitarlo y la clave es impedir que el Senado enmiende los Presupuestos, una misión casi imposible.

  • Cristóbal Montoro habla con Mariano Rajoy en el banco azul del Congreso.

13 o 20 de diciembre. Estas son las dos fechas que maneja Mariano Rajoy para celebrar las elecciones generales y su decisión final dependerá de si los Presupuestos Generales del Estado para 2016 necesitan o no ser enmendados por el Senado, algo que va a ser casi imposible de evitar. Todos los Ministerios, especialmente el que dirige Cristóbal Montoro, se han movilizado en las últimas semanas para dejar perfectamente niqueladas las cuentas del año que viene en el Congreso de los Diputados, una tarea que no está resultando nada sencilla dado lo fácil que es incurrir en algún error en unos presupuestos que superan los 157.000 millones de euros en gastos no financieros y que afectan a todas las administraciones públicas. Tradicionalmente, estos errores se corrigen en la Cámara Alta, donde también suelen introducirse aportaciones de última hora que luego deben ser de nuevo refrendadas en el Congreso.

En el Gobierno se considera muy difícil prescindir de las enmiendas del Senado a los Presupuestos, por lo que se apunta al 20-D como fecha electoral más probable

Esto es, justamente, lo que el Gobierno ha pretendido evitar durante todo el mes de agosto, que los Presupuestos tengan que regresar a la Carrera de San Jerónimo una vez salgan del Congreso entre el 19 y el 23 de octubre, semana en la que quedarán definitivamente aprobados por el pleno. El objetivo es facilitar que las elecciones puedan celebrarse el 13 de diciembre para evitar convocar a las urnas el 20, a cuatro días de la Nochebuena, algo que se ha puesto, finalmente, muy cuesta arriba.

Rajoy, explican fuentes seguras, no puede arriesgarse a fijar la fecha de las elecciones el 13-D sin antes tener garantizado que las cuentas del año que viene no necesitarán remozarse en el Senado. Esta es la razón por la cual el presidente continúa siendo ambiguo con el calendario electoral, ya que si los Presupuestos necesitaran ser enmendados en la Cámara Alta, como va a resultar inevitable que ocurra, necesariamente el calendario correría por razones de tiempo hasta el 20 de diciembre, la apuesta hoy por hoy más segura.

El peligro abstencionista del 20-D

Esta última es una fecha que no agrada a la mayoría de los ministros, pues ven en ella muchos riesgos, entre ellos las altas posibilidades de que gran número de españoles se haya desplazado ese mismo domingo a su lugar de vacaciones navideñas y renuncie a ir a votar. Los dirigentes del PP con un perfil más político consideran, además, que el ambiente festivo de esas fechas no es el más apropiado para incentivar la participación en las urnas, pues en muchos hogares el clima familiar puede chirriar con las televisiones bombeando en sus informativos los sonidos propios de los mítines al uso. “El peligro de que el 20-D desincentive el voto y cabree al personal no hay que despreciarlo”, asegura un destacado dirigente del PP, quien valora también al mismo tiempo el hecho de que los españoles acudan a los colegios electorales con la paga extra en el bolsillo. Algo es algo.

Todos los ministerios han echado el resto para que los Presupuestos queden sellados en el Congreso y así evitar las elecciones a cuatro días de la Nochebuena

Según los escenarios temporales que maneja el Gobierno, la fecha límite para celebrar  las elecciones es el 27 de diciembre, suponiendo que se apuren todos los plazos y se mantengan abiertas las Cortes hasta el 26 de octubre. Entre la disolución de las Cámaras y la cita con las urnas deben mediar 54 días. Si, finalmente, las legislativas se fijaran para el 13 de diciembre, algo improbable, las Cortes serían disueltas el 20 de octubre, sin tiempo para que el Senado enmiende los Presupuestos. En todo caso, en el grupo popular se trabaja con la idea de aprobar antes de que finalice la legislatura la treintena de iniciativas que están en trámite y de dar cabida, faltaría más, a cualquier respuesta parlamentaria que requiera la nueva situación que se abrirá en Cataluña a partir del 27-S, incluido el rearme del Tribunal Constitucional que el Gobierno ha comenzado a tramitar en forma de una controvertida proposición de ley.

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