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Sangría en TVE: su audiencia cae en picado y pone en peligro todos sus programas de producción externa

La televisión pública se encuentra sumida en una de las mayores crisis de su historia. Su déficit es estructural, su directiva está enfrentada y su audiencia roza cada día mínimos absolutos. En esta situación, no está asegurada la continuidad de sus programas de producción externa.

  • El presidente de RTVE, José Antonio Sánchez

La televisión pública española atraviesa sus horas más bajas. Las audiencias de La 1 rozan cada día mínimos históricos y sus directivos, enfrentados, son incapaces de frenar la pérdida de influencia, dinero y telespectadores que sufre la corporación. En verano, sin grandes eventos deportivos y con los pesos pesados de la parrilla “de vacaciones”, esta crisis se agudizará, lo que pondrá en cuestión a los programas de producción externa que, por contrato, necesitan alcanzar una cuota mínima de audiencia para continuar en la parrilla.

El perfecto ejemplo de esta situación se registró exactamente hace una semana, el lunes 18 de mayo, cuando La 1 terminó el día con una audiencia del 7,5 % que fue menor, incluso, que la de Cuatro y La Sexta. No resulta mucho más esperanzador el dato de abril, que se situó en el 9,9 %, a una distancia abismal de Telecinco y Antena 3, y a tan sólo un punto de su mínimo histórico. Esto, a pesar de que en esta cadena se emitieron partidos de Champions League y series como Cuéntame cómo pasó o El ministerio del tiempo.

Los programas que TVE contrata a productoras están sujetos a unas cláusulas por las que deben alcanzar una audiencia mínima

¿Qué ocurrirá en verano, sin los programas más atractivos de TVE en liza? La respuesta que ofrecen varias fuentes de la casa es que se entrará en una “crisis de audiencia sin precedentes”. Esto encamina a la producción externa de la corporación a una situación crítica, pues todos los espacios televisivos que se contratan a productoras audiovisuales están sujetos a una cláusula por la que se les exige alcanzar una audiencia mínima para seguir en la parrilla.

Los ejemplos de José Luis Moreno y Sáenz de Buruaga

La última palabra sobre su continuidad la tiene el presidente de RTVE, José Antonio Sánchez, pero lo más habitual es que, cuando uno de estos productos no ha alcanza su objetivo de audiencia, se retire tarde o temprano, como ha ocurrido recientemente con La alfombra roja palace, la fallida apuesta para la noche de los sábados, dirigida por José Luis Moreno, explican fuentes del Consejo de Administración de la corporación.

Uno de los programas que se enfrentará próximamente a esta coyuntura es Así de claro, el polémico espacio de debate y entrevistas encabezado por Ernesto Sáenz de Buruaga. El share de corte que establece su contrato es del 12 %. Es decir, si no sobrepasa esa barrera durante un número mínimo de programas, la dirección de la cadena podría fulminarlo.

Existen serias diferencias entre el director de TVE y el presidente de la corporación que dificultan la recuperación de la audiencia

Ahora bien, también podría optar por pedir a la productora que lo realiza una modificación de sus contenidos; o por cambiarlo de día. “Pero si tuviera una audiencia tan nefasta como la de 'El debate de La 1' (dirigido por Julio Somoano y en cuyo último programa registró un 4,4 % de cuota de pantalla) sería, cuanto menos, inexplicable que Sánchez lo mantuviera en pantalla. Todo el mundo se le echaría encima”, vaticinan las mismas fuentes del Consejo de Administración.

La dura rivalidad entre los directivos de TVE

Lo que no contribuye a revertir esta crisis es la "dura pugna” existente en los miembros cúpula de la casa. El director de TVE, José Ramón Díez, está sentenciado y fuentes de su entorno consideran que su dimisión es “cuestión de semanas”, al haberle sido arrebatadas una buena parte de sus funciones, que ha asumido el propio presidente y los “delfines” que ha colocado en este departamento.

Con el máximo responsable de la televisión maniatado y José Antonio Sánchez y su entorno “fallando estrepitosamente” en la mayor parte de las apuestas que realizan para subir de audiencia, una gran incógnita se ha situado sobre el futuro de RTVE y de sus 6.400 trabajadores. “No tenemos ni una mínima parte de la influencia de la que gozábamos hace años, nuestro presupuesto ha sido recortado por encima que el del resto de las empresas públicas y hemos cerrado los últimos ejercicios con un déficit más que preocupante. Caemos en picado. Caminamos hacia la desaparición”, lamentan desde Torrespaña.

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