¿Cómo pudieron Francisco Granados y su socio David Marjaliza 'lavar' en una sóla operación 4,2 millones de euros en 2013 sin levantar las sospechas de las autoridades antiblanqueo? Eso es lo que se pregunta el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Eloy Velasco, instructor del 'caso Púnica', quién ha interrogado recientemente a un directivo de Ibercaja, la entidad a una de cuyas sucursales llegó la abultada cifra desde Singapur, sobre qué comprobaciones hicieron cuando se recibió la transferencia. El empleado de banca reconoció que, pese a ser una cantidad nada habitual, se limitaron a pedir a la empresa que figuraba como titular de la cuenta el concepto de la operación, como fijaba entonces la ley, y a hacer una consulta en Google sobre la mercantil emisora de la misma. En ningún momento informaron al Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales (Sepblac), mientras que al Banco de España sólo remitieron los datos básicos del movimiento en la relación que periódicamente enviaban al regulador con los traspasos al extranjero de más de 50.000 euros. Finalmente, ni éste ni los equipos de lucha contra el 'lavado' de fondos la investigaron. De hecho, fueron las autoridades de Suiza las que alertaron a la Justicia española de las actividades de Granados y Marjaliza en el país helvético y propiciaron el inicio de la 'Operación Púnica'.
La entidad financiera asegura que cumplió escrupulosamente la legislación y que no estaba obligada a informar al Sepblac porque Singapur, origen del dinero, no estaba considerado un paraíso fiscal
La millonaria transferencia bajo sospecha se recibió en la cuenta 2085-9726-50-0300075091 abierta a nombre de Inversiones y Estudios Urbanos SL, una de las mercantiles del entramado de Marjaliza, en la sucursal que Ibercaja tenía en el número 34 de la calle Estrella de Elola, de Valdemoro. El dinero procedía de Singapur, en concreto de la sociedad Millenia Trading Pte Ltd, quien remitió el dinero en dos partidas como supuesto pago por 28 cuadros, cinco fotografías, cuatro esculturas y 185 estilográficas. La primera remesa, de 2.125.000,00 euros, fue transferida el 13 de mayo de aquel año desde el Standard Chartered Bank, una entidad financiera de la ciudad estado, bajo el concepto "pago parcial factura". La segunda, por 2.115.934,98 euros, tuvo fecha de entrada en el banco de Valdemoro el 15 de julio y procedía de la misma entidad de Singapur. En este caso, se indicaba como justificación "the rest of the total price of the works of art" (el resto del precio total de las obras de arte).
La investigación sobre la llegada de estos 4,2 millones de euros desde Singapur se ha convertido en una de las líneas de investigación en la que el magistrado ha centrado buena parte de sus esfuerzos en las últimas semanas. Así, el viernes 19 de abril hizo venir desde la ciudad-estado asiática a dos empresarios españoles aficandos allí y cuya firma de inversión, CDD Investment Pte Ltd, realizó labores de intermediación en la compraventa de arte con la que se camufló el supuesto blanqueo. Días después ordenaba a la Guardia Civil el registro de la casa de los padres de Marjaliza y de la caja de seguridad que este empresario tenía a nombre de una de sus sociedades 'pantalla' en un banco suizo en busca, precisamente, de los cuadros, fotografías, esculturas y estilográficas aparentemente enajenados por él. Según fuentes cercanas a la investigación, la intervención judicial fue un éxito ya que se encontraron objetos artísticos en ambos lugares y, en el caso del país helvético, algunos de los que supuestamente habían sido vendidos para justificar la repatriación del dinero, así como otros de elevado valor.
Además, en las semanas anteriores el juez Velasco había interrogado a varios empleados de la sucursal bancaria de Valdemoro en la que se recibió la transferencia bajo sospecha, así como a C.R., responsable del departamento de Ibercaja que debía controlar los movimientos de dinero con el extranjero. De todos estos testimonios, sólo el de este último ya no está bajo secreto de sumario. En el mismo, este trabajador, que en la actualidad se encuentra prejubilado, admitió que a lo largo del año eran "muy pocas" las transferencias de fondos que alcanzan cifras tan abultadas como aquella. Además, el empleado de la caja reconoció que Inversiones y Estudios Urbanos SL, la mercantil en cuya cuenta se recibieron los fondos, "no era una empresa habitual que hubiera hecho operaciones por ese importe". Por ello, aseguró que decidieron realizar una serie de comprobaciones. "Me pareció raro", admitió al magistrado.
Un dossier con fotos
Solicitó al director de la sucursal de Valdemoro, al que conocía por coincidir en reuniones sindicales, que pidiera al titular de la cuenta la documentación que justificase el "concepto" por el cuál se había recibido dicho pago. El trabajador de la entidad bancaria recordó que poco después le llamó alguien que dijo ser representante de Inversiones y Estudios Urbanos SL para saber qué necesitaba presentar y el plazo que tenían para hacerlo. Así lo hizo días después, con un voluminoso dossier que le entregó en mano su compañero de Valdemoro. Según detalló al magistrado, en el mismo se incluían imágenes de todas las obras de arte que supuestamente se habían exportado en la operación. En 11 días desbloquearon los fondos. "¿Hizo alguna gestión sobre la titularidad de la cuenta origen del dinero?", le interrogó el juez Velasco. "No estamos obligados, pero por curiosidad miramos en Internet el ordenante de la transferencia [la empresa Millenia Trading Pte Ltd, de Singapur] y vimos que era un marchante de obras de arte", aseguró para añadir que esta gestión en Google fue un extra. "El banco no tenía que haber llegado a tanto, no nos lo exige el Banco de España", recalcó ante el juez Velasco.
Un empleado de la caja asegura que hicieron algunas comprobaciones porque la cifra era muy elevada y la empresa que recibió los fondos no era habitual que tuviera "operaciones por ese importe"
Durante el interrogatorio, el juez Velasco preguntó en varias ocasiones si se avisó precisamente al regulador o al Sepblac de la sospechosa operación, a lo que el empleado de Ibercaja respondió que al no estar considerado Singapur como un país de blanqueo de capitales "no había obligación de comunicarlo". "¿Ni por esa cantidad tampoco?", inquirió el magistrado. El empleado se reafirmó. Sí dijo que al Banco de España se le remitió "por medios telemáticos" información sobre el CIF del titular de la cuenta, el importe y el concepto dentro de la relación que periódicamente se enviaba de todos los movimientos con el extranjero de más de 50.000 euros que se producían, como fijaba entonces la ley. Una gestión que desde enero de 2014 ya no es obligatoria. "La UE quitó ese límite para agilizar", destacó el jefe de departamento de Ibercaja quien, añadió, que si la operación ahora bajo en sospecha se hubiera realizado a partir de ese fecha "no me hubiera enterado de nada si todo era normal".
Desde la propia entidad se aseguraba este jueves a Vozpópuli que todos sus empleados relacionados con la transferencia investigada en el 'caso Púnica' siguieron "el procedimiento de modo escrupuloso y ajustándose a la ley". Y recordaban, precisamente, que en aquel momento la ciudad-estado asiática no tenía la consideración de territorio 'off-shore' para las autoridades españoles. Sin embargo, el juez Velasco y los investigadores no entienden cómo nadie puso bajo sospecha un movimiento que, en su opinión, debía haber sido considerado claramente sospechoso y, por tanto, disparar todas las alarmas 'antiblanqueo'. De hecho, el magistrado le llegó a espetar al empleado de Ibercaja durante el interrogatorio si sabía "que la ley le obliga a denunciar las operaciones sospechosas".
DE SINGAPUR A VALDEMORO, VÍA ALEMANIA
Según detalló el empleado de Ibercaja en su declaración como testigo en la Audiencia Nacional, el dinero partió de una cuenta en el Standard Chartered Bank de Singapur a nombre de Millenia Trading Pte Ltd hasta la sucursal en Valdemoro. Pero no fue un recorrido directo, sino que hizo 'un alto' en Alemania, en una entidad bancaria de este país, ya que la caja española no disponía de una cuenta bancaria en el país asiático desde la que operar directamente. El dinero fue remitido en dos partidas, aunque sólo la primera fue analizada por la entidad española. Según destacó el trabajador de Ibercaja al juez, para la segunda se consideró que eran válidas las comprobaciones que se hicieron para la transferencia inicial.
En documentos incorporados al sumario a los que ha tenido acceso Vozpópuli también se detalla el destino final que Granados y su socio dieron a buena parte de estos 4,2 millones de euros. Así, 1.343.961,23 euros acabaron invertidos en una ampliación de capital realizada en octubre de 2013 por la mercantil Neux Gestión de Activos SL, propiedad de Marjaliza, su mujer y el padre del primero. A través de Nexus, el socio de Granados tiene el control de otras sociedades de la trama, como Inversiones y Estudios Urbanos SL y Aruba Gestión, implicadas en la operación de venta de arte. Del resto del dinero de la venta de las obras de arte, Hacienda ha detectado que 1,3 milones acabaron en una cuenta precisamente de la primera de éstas, mientras que 150.000 euros terminaron en una imposición a plazo de la segunda.
Además, los expertos de Hacienda han detectado que 127.228 euros fueron transferidos de vuelta a Singapur. En concreto a una cuenta del mismo banco del que había partido el dinero hacia Madrid, pero que en esta ocación estaba a nombre de la asesoría de inversiones CDD Investment Pte Ltd, que aparece como socio único de la sociedad española Medley Capital SL, domiciliada en Madrid. Los empresarios llamados a declarar como imputados el pasado abril son los dueños, precisamente, de dichas sociedades. Un informe de la Agencia Tributaria concluye que esos 127.228 euros son "justamente el 3% de 4.240.934,98 euros, que son los fondos repatriados a España, bajo la cobertura de exportaciones a Millenia, lo que hace pensar que es la comisión satisfecha a CDD Investments que podría estar detrás de la planificación de la operación"