Tiene, no lo vamos a negar, un ‘puntito’ del tipo El secreto de puente viejo o La señora. Parece una historia escrita para televisión. Pero no. No ha sido así, al menos eso asegura Antonio Aparicio sobre Buenaventura, su segunda novela. “Como autor me debo a mis lectores, tengo que intentar transmitir y emocionar. Lo de escribir para tele está de moda y sucede. Hay autores que quizá estén pensando en llevar a un libro al cine o la televisión. Eso es un error. Yo antes trabajé como guionista, que es una base muy visual, claro. Planteo mis historias tal y como las tengo que contar: siendo honesto conmigo mismo”, asegura Aparicio.
Publicada por Suma de Letras, la novela es, según su autor, “un drama de intriga y misterio situado en la Asturias de 1933, con secretos inconfesables, amores intensos y enfermizos y muchos misterios por resolver”. Tras El secreto de Elisa Lecrerc, primera novela de Aparicio, el escritor albaceteño vuelve a sorprender a sus lectores con este thriller.
Aunque sus editores le emparentan literariamente con la Jane Eyreo de Charlotte Brontë, lo cierto es que se trata de una historia que pretende y procura envolver a quien se adentra en ella, para ello, Aparicio se vale de algunos mecanismos, unos más efectivos que otros. “Quería dotarla de esa especie de realismo mágico. Ese halo que tiene de misterio, romántico, pienso que una historia de este tipo en esa época en Asturias tiene una carga emocional muy fuerte”.
Construida a partir de mecanismos como el fundido entre voces y el uso del flashback –especialmente en la resolución del conflicto- Buenaventura narra la historia de Esperanza, una joven huérfana que en los años previos a la Guerra Civil se traslada a vivir a la mansión Campoamor –en Santa María de la Villa, Asturias– para trabajar como dama de compañía de una acaudalada aristócrata.
En un ambiente en el que sólo parece ser bien recibida por Rosario Campoamor, Esperanza recibe un encargo: encontrar a Buenaventura, la hija desaparecida de esta mujer que terminará por acogerla. Cada vez más sola y desprotegida, cuando doña Rosario le pide que encuentre a su hija antes de que muera y que no revele a nadie el cometido de su misión, especialmente a las personas más íntimamente relacionadas con ella, Esperanza emprenderá un arriesgado camino para descubrir la verdad sobre Buenaventura, conviviendo con los fantasmas de su pasado y enfrentándose a los peligros que la acechan. “Se trata, realmente, de una historia de mujeres. Ya por el título es posible verlo. El personaje principal es una chica tiene que aceptarse a sí misma”, asegura Aparicio.