María José Catalá está dándole la vuelta como un calcetín a algunas de las decisiones que Joan Ribó tomó cuando era alcalde de la ciudad. Una de ellas es la movilidad caótica que se ha registrado en la calle Colón, una de las más céntricas de la ciudad, durante los últimos años.
Las obras en la calle San Vicente (vinculadas a las de Colón) estarán finalizadas esta semana y para el día 12 de diciembre Catalá considera que "podrían estar listos los cambios que estamos llevando a cabo para abrir un segundo carril de tráfico privado".
El galimatías para acceder a este vial del centro de Valencia comenzaba porque no se podía entrar desde la Porta de la Mar que era el sentido lógico de la circulación y eso "se va a revertir".
Suprimir el segundo carril bus
También se va a suprimir el segundo carril bus para autobuses de la EMT porque "esto parecía una estación de autobuses al aire libre".
La alcaldesa de la ciudad recordaba recientemente que "estas actuaciones las llevaba en mi programa electoral y nadie se puede sorprender de que ahora lo cumpla".
Niega que ahora vaya a haber más impacto contaminante por el paso de vehículos porque "antes pasaban los autobuses en dos carriles (que es algo que no sucede en ninguna ciudad de Europa) y ahora lo harán los vehículos privados".
Diálogo vecinal
La primera edil explica que "hemos hablado con los vecinos y colectivos de la zona, como los comerciantes, y todo se ha hecho de manera consensuada", al tiempo que garantiza que "no vamos a hacer nada que no esté visado por los técnicos municipales".
Catalá analiza estas obras que "recuperan la normalidad del tránsito y hemos conseguido que hayan vuelto siete líneas de autobuses al centro de la ciudad".
Esta ejecución de obras va en sentido contrario a los que marcó el anterior equipo de Gobierno que alejaba cada vez más el tránsito de la zona centro pero contribuyó al colapso de otras vías fundamentales para la circunvalación interior de Valencia como las Grandes Vías.
Mejora del servicio del taxi
El sector del taxi no quería que se hiciera esta reversión de los carriles para bus y taxi porque le venía mejor para su actividad la anterior versión pero reconocen que "ha habido un diálogo ágil con el Ayuntamiento".
María José Catalá también está poniendo en marcha una "reflexión en voz alta" sobre el sector del taxi que, como ella misma ha trasladado a los taxistas "debe mejorar muchísimo porque los vecinos piden un mejor servicio y más taxis en las calles".
La Navidad ya no es tabú
La relación del Ayuntamiento con las fiestas navideñas también ha cambiado radicalmente con la instalación de árboles de Navidad en los barrios de la ciudad y una iluminación más potente y atractiva para los vecinos y visitantes.
La cabalgata de las Reinas Magas Republicanas que impulsó Ribó también va a pasar a mejor vida, en una actuación que deshace una imposición forzada por la nula tradición de esta cabalgata en la ciudad.
Los dos modelos de entender la política y la vida, de Ribó y Catalá, está quedando de manifiesto en restos primeros meses del mandato de la nueva alcaldesa en los que ha apoyado (frente a la oposición frontal de Ribó) la ampliación norte del Puerto de Valencia.
También cuestiones ideológicas como la instalación de un monolito en homenaje al movimiento del 15-M en plena plaza del Ayuntamiento ha sido abordada por Catalá que ordenó su retirada hace unas semanas.
Otra simbología que ha sufrido cambios tiene que ver con la jornada festiva del 9 d'Octubre para la Comunidad Valenciana como es la procesión cívica.
En su recorrido, Joan Ribó, eliminó la entrada de la Real Senyera a la Catedral de Valencia bajo el argumento de que ese acto ciudadano debía ser laico. El pasado 9 d'Octubre la Senyera volvió a entrar en la Catedral con la alcaldesa, María José Catalá, como portadora de la misma.
Regresa así una tradición muy interiorizada entre los valencianos y que sólo fue interrumpida en los 8 años del Gobierno en el que Ribó era alcalde de la ciudad.
El reconocimiento a Rita Barberá por parte de Catalá al nombrarla alcaldesa honoraria de la ciudad a título póstumo tampoco ha sido apoyada por Ribó ni el PSPV y sigue siendo un arma arrojadiza entre los partidos de izquierda y el PP.
La evolución de la letra pequeña de la gestión, los proyectos de barrio, los ajardinamientos, la mejora de la seguridad, la limpieza o los grandes retos como la solución ferroviaria en el subsuelo van a determinar la calificación ciudadana a Catalá en 2027.
En cualquier caso, el nuevo rumbo de la alcaldesa de Valencia está claro desde el principio de la legislatura.