La banca española está apoyándose en el millonario ahorro de la remuneración del pasivo para compenar el maltrecho rendimiento del crédito, por debajo del 4% en la mayoría de los casos, fruto del bajo entorno de tipos de interés. Junto a la contención de costes, esta ha sido una de las grandes palancas de las entidades que han presentado resultados hasta el momento (todas salvo Santander) para lograr aumentar sus beneficios frente al pasado ejercicio. Sin embargo, Popular no logra despegar sus cuentas hasta septiembre. Sus beneficios de 237 millones apenas suponen un 1,7% más que en el mismo período del año anterior, pese a la sensible mejora de la situación macroeconómica en España.
La entidad ha logrado un ahorro de 430 millones por la caída de la remuneración del pasivo entre septiembre de 2013 y 2014, que ha ayudado a sostener la cuenta en negro en la comparación interanual. Frente a los 1.217 millones que el Popular pagó los tres primeros trimestres del pasado ejercicio por su bolsa de depósitos minoristas de 89.886 millones, la entidad ha reducido este coste hasta los 787 millones para una cartera que ha sufrido un ligero descenso (89.839 millones). Este menor coste se ha producido por el descenso de 70 puntos básicos en el stock hasta el 1,17%. La entidad, al igual que el resto del sector, considera que el descenso de la remuneración del pasivo será una constante en los próximos trimestres.
A diferencia de sus competidores, Popular sigue incrementando su nivel de provisiones frente a 2013. De hecho, la entidad presidida por Ángel Ron ha dotado hasta septiembre 1.554 millones de euros, un 94,4% más, frente a los 800 millones de 2013. Este incremento se ha destinado mayoritariamente a compensar el deterioro de sus créditos promotores. De hecho, Popular ha decidido destinar todas las provisiones lograda por las operaciones corporativas a reforzar la calidad de sus activos. Las dotaciones significan un 13,8% de los riesgos de la entidad. "No necesitamos más provisiones. Este incremento es un mero ejercicio prudencial con créditos subéstandar que están al corriente de pago", matiza Francisco Gómez, CEO de la entidad.
Precisamente, el consejero delegado de la entidad ha aprovechado el aprobado en los test de estrés, con un exceso de capital de 1.700 millones en el escenario adverso, para despejar cualquier duda sobre la solvencia de la entidad. "Popular es capaz de sortear cualquier escenario macro por duro que sea", insistió. "No necesitamos ninguna ampliación de capital ni tampoco nos lo ha solicitado ningún regulador", matizó.
Sin embargo, su capacidad futura para seguir incrementado sus buenos ratios de capital (11,17% de CET 1 phased in) dependerá de la evolución de los beneficios. Y para ello, Popular debe lograr darle la vuelta a las caídas interanuales en los márgenes de comisiones (10,9%) y de interés (3,8%). Gómez justifició estos descensos en la menor aportación del 'carry trade' frente a otros trimestres, los bajos rendimientos del crédito (3,78%) y el desapalancamiento de las grandes empresas.
"No necesistamos ninguna ampliación de capital ni tampoco nos lo ha pedido ningún regulador", asegura el consejero delegado Francisco Gómez
Todas estas circunstancias provocan la caída del 0,35% de su rentabilidad frente al pasado ejercicio. Así, el ROE de la entidad desciende en septiembre hasta el 2,45% frente al 2,8% del tecer trimestre de 2013. Hasta la fecha, Popular es la única entidad de la gran banca que se anota una caída en este apartado. La entidad confía en el cambio de tendencia en próximos trimestres para finalizar 2016 con una rentabilidad sobre recursos propios en el doble dígito. Ese es el objetivo de todas las entidades. De hecho, desde el sector se asegura que las futuras consolidaciones entre entidades se efectuarán para reforzar la escasa rentabilidad actual que genera el negocio en un entorno tan bajo de tipos de interés.
En este sentido, Popular estará atento a todas las posibilidades de compra que puedan producirse tanto en España como en Portugal. "Estudiaremos todas las operaciones siempre que sean rentables para nuestros accionistas", confesó Gómez, que incluso no descarta "en absoluto" aprovechar cualquier oportunidad en el mercado norteamericano para hacer crecer su filial Total Bank.
El banco, además, pretende volver a establecer su payout en el 50% del beneficio “lo antes posible”, aunque reconoce que estará “atento” a las limitaciones que los reguladores están imponiendo en esta materia. El Banco de España recomendó limitar el reparto de dividendos en efectivo en el 25% del beneficio.
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